REVISTA DE PSICOLOGIA -GEPU-
ISSN 2145-6569
IBSN 2145-6569-0-7

   
 
  Depresión y Variables asociadas al Diagnóstico de VIH-SIDA en la Población de la IPS Vital Salud
 Depresión y Variables asociadas al Diagnóstico de VIH-SIDA en la Población de la IPS Vital Salud
 
  
 
 
 
 
 

 

 

Elisama Beltrán De la Rosa, Orlando Silvera Tapia, Kelly Yelena Armella, Ariamis Marín Daza, Amalia Román Garrido & Nataly Rojas Jiménez 

    

 

Universidad Metropolitana de Barranquilla- Universidad del Norte / Colombia  


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Elisama Beltrán De la Rosa.
Candidata a doctora en Psicología Altlantic International University- EE.UU. Magíster en psicología en intervención familiar Columbus IBS-Aragón, España. Especialista en salud familiar Universidad del Norte, Especialista en VIH, Asociación Colombiana de Infectología. Especialista en psicología en intervención familiar Columbus IBS-Aragón, España. Psicóloga Universidad Metropolitana. Docente de la Universidad Metropolitana de Barranquilla. Investigadora del grupo CEPUM, Universidad Metropolitana.  Correo electrónico: elisama.beltran@unimetro.edu.co.

Orlando Silvera Tapia. Estudiante de maestría en Salud Pública, Universidad del Norte. Especialista en periodoncia Universidad Sao Pablo. Especialista en Gerencia en Salud Universidad del Norte. Gerente de la IPS Vital Salud. Odontólogo Universidad Sao Pablo. Correo electrónico: osilvera31@hotmail.com  


Kelly Yelena Armella. Estudiante pregrado de Psicología. Universidad Metropolitana. Correo electrónico:  kellyyelena@hotmail.com. 


Arianis Marín Daza. Estudiante pregrado de Psicología. Universidad Metropolitana. Correo electrónico: animada20@hotmail.com.


Amalia Román Garrido. Estudiante pregrado de Psicología. Universidad Metropolitana. Correo electrónico:  amaly2202@hotmail.com 


Nataly Rojas Jiménez. Estudiante pregrado de Psicología. Universidad Metropolitana. Correo electrónico:  natyrojas_02_06@hotmail.com


Recibido: 13 de Marzo de 2016

Aprobado: 30 de Junio de 2016


Referencia Recomendada: Beltrán-De la Rosa, E., Silvera-Tapia, O., Armella, K., Marín-Daza, A., Román-Garrido, A., & Rojas-Jimenez, N. (2016). Depresión y variables asociadas al diagnóstico de VIH-Sida en la población de la IPS Vital Salud. Revista de Psicología GEPU, 7 (1), 40-71  


Resumen: El presente artículo describe los principales hallazgos que se desprenden del estudio acerca de la depresión y variables asociadas al diagnóstico de VIH-Sida, el cual se realizó desde la metodología descriptiva comparativo, de tipo   transversal, con método de medición basado en el enfoque cualitativo y cuantitativo, donde se involucran variables de tipo socio-demográficas, categoría clínica de la infección por el conteo de CD4, carga viral, factores asociados a la depresión. El estudio se estableció con una muestra de 120 pacientes bajo los siguientes criterios de exclusión: pacientes en gestación, puérperas, con diagnóstico y tratamiento psiquiátrico por depresión y efectos adversos al tratamiento antirretroviral. Dentro de los resultados generales se encontró que no existe una relación entre el diagnóstico de VIH-Sida y la depresión; lo que existe es una relación entre las condiciones asociadas a la enfermedad y la depresión.


Palabras Claves: Depresión, VIH, Sida, CD4, Carga viral, Antirretroviral.


Abstract: The present article describe the principal findings from the study about the depression and clinical categories associated to HIV-AIDS diagnosis, this study was developed with a descriptive and comparative methodology transversal type, there were used socio-demographic variables and clinical category of infection CD4, viral load, associated factors to depression. The study sampling size is 120 patients according to the following exclusion criteria: pregnancy woman, puerperal woman, patients with psychiatric diagnosis and treatment for depression and side effects to anti-retroviral treatment. As a result there is no relationship between HIV diagnosis and depression, but there is a relationship between associated conditions to the illness and depression.


Keywords: Depression, HIV-AIDS, CD4, Viral load, Anti-retroviral.  

  

Introducción


El virus de Inmunodeficiencia Humana VIH-Sida  se considera como una de las enfermedades más devastadoras del presente siglo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que “…aproximadamente 78 millones [71 millones–87 millones] de personas contrajeron la infección por el VIH y 39 millones [35 millones–43 millones] de personas han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el VIH” (ONUSIDA, 2014), además indica que en el mundo se infectaron  35 millones de personas  con VIH (OMS, 2013),  de los cuales 30 millones son adultos, y 3.4 millones son menores de 15 años (OMS, 2012), estimó además que anualmente mueren  1.8 millones de personas  por la enfermedad. De acuerdo con Salvador, Lallana, Taboada & Mendaza (1997) “La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) constituye la pandemia más agresiva de nuestro siglo y actualmente es el problema sanitario más grave por sus consecuencias devastadoras.” (p. 69)


En Latinoamérica según los datos de la UNICEF (2013 Pág. 5) se estima que más de 1.5 millones de personas están viviendo con el VIH/SIDA de los cuales 740 mil son jóvenes entre los 15 y 24 años de edad.  De acuerdo al informe mundial de avances de UN General Assembly Special Session on Drugs (UNGASS, 2012) en Colombia la población más afectada en Colombia se encuentra entre los 20 y 39 años de edad (52.7%), presentándose un incremento en el número de casos reportados en los últimos años, sobretodo en personas mayores de 60 años.  


Por otra parte la depresión es una enfermedad frecuente en el mundo, y se calcula que afecta a unos 350 millones de personas (OMS, 2012).  La depresión difiere a lo que comúnmente se conoce como variaciones habituales del estado de ánimo o respuestas emocionales breves correspondientes a problemas de la vida cotidiana, y en ocasiones puede convertirse en un problema de salud, debido a la duración e intensidad,  es  importante anotar que  la depresión se encuentra categorizada por niveles: Según la Clasificación Internacional de Enfermedades  CIE-10, como  leve, Moderada, Severa  y  Muy Severa, cada uno de estos niveles presenta criterios específicos que favorece un buen  diagnóstico diferencial. (OPS, 2008) alterando de forma simultánea las actividades laborales, escolares y familiares, asimismo se ha asociado al suicidio, convirtiéndose en la causa de aproximadamente 1 millón de muertes anuales. (OMS 2012). La Organización Panamericana de la Salud – OPS (2002) ya advertía la problemática situación del virus en el mundo: 


Ya en su tercer decenio, la epidemia de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana y el SIDA (VIH/SIDA) en las Américas sigue aumentando en forma sostenida. Hacia finales de 1999 se estimó que aproximadamente 2,5 millones de personas estaban infectadas por el VIH en la Región: alrededor de 1,3 millones en América Latina, unos 360.000 en el Caribe y aproximadamente 900.000 en América del Norte (cuadro 22). La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) estiman que cada día se producen entre 600 y 700 nuevas infecciones por el VIH en la Región, y que hasta el año 2000 habían muerto más de medio millón de personas por esta causa. (p. 278)


Según Bertolote, Tarsitan & De Paula (s. f), en el estudio sobre La comorbilidad de la depresión y otras enfermedades: un antiguo problema sanitario, un nuevo programa de la OMS, se encontró una alta prevalencia de personas con diagnóstico de VIH que presentaban como comorbilidad la depresión, lo que repercutía en el desarrollo y cuidado de la enfermedad con menor adherencia en el tratamiento o las recomendaciones médicas, incrementando así la remisión a la consultas psiquiátricas.  Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2012) se presenta una prevalencia significativamente mayor en la población con diagnóstico de VIH que en la población general (alrededor de 35%), la presencia de la depresión se ha asociado a un deterioro de la calidad de vida, evolución de la enfermedad- VIH y disminución en la adherencia a la terapia anti-retroviral (Wolff C, 2012).


De acuerdo a  Ballester  R. (2003) en su estudio titulado Eficacia terapéutica de un programa de intervención grupal cognitivo comportamental para mejorar la adhesión al tratamiento y el estado emocional de pacientes con Infección por VIH/SIDA, “los  programas de intervención psicológica para los pacientes  con infección por VIH son escasos y todavía lo son más,  los trabajo que  presentan datos acerca del grado de eficacia de estos programas sobre variables clínicas relevantes” (Ballester, 2003. Pág. 1). Sin embargo este estudio muestra como la intervención grupal cognitivo-conductual estructurado en ocho sesiones ofrecen resultados preliminares acerca de su eficacia.  


Por otro lado  Gaviria,  Quinceno & Venaccia S. (2009) evaluaron las estrategias de afrontamiento de la ansiedad-depresión focalizadas en la cognición, lo que arrojo un cambio significativo en la población estudiada con respecto a las técnicas de  autoeficacia  utilizadas en este grupo de pacientes pertenecientes a este estudio,  mostraron un cambio favorable en el afrontamiento del diagnóstico de VIH,  adhesión al tratamiento y más aún esclarecer como la depresión se encuentra asociada a factores externos de índole psicosocial que del diagnóstico de VIH, lo cual se superó con el proceso de intervención grupal y manejo clínico de la infección por VIH. (Canario & Baéz, 2005; Cárdenas,2005)


Se considera entonces que la depresión en pacientes con diagnóstico de VIH-Sida, es de especial cuidado en la evolución clínica de la infección puesto que puede convertirse en un obstáculo para la adherencia al tratamiento, el incumplimiento en los controles médicos, o la continuidad en las recomendaciones del equipo interdisciplinario. 


Estado emocional y diagnóstico de VIH 


De acuerdo con los lineamientos legales del Ministerio de Salud y Protección Social (2006) en Colombia se estableció a través de guías de atención en VIH que la intervención psicológica se enfoca desde la terapia cognitiva basada en la autoeficacia, dicha intervención se dirige al manejo de creencias y expectativas de los resultados clínicos, estableciendo los recursos psicológicos, factores psicosociales del paciente que determinan las áreas de intervención en cada caso. De acuerdo con Tavera (2010) señala que: 


La infección por VIH se define como una enfermedad de afección al sistema inmune que afecta de manera directa a los linfocitos CD, es así que la baja respuesta inmune puede tener como consecuencia la presencia de infecciones intercurrentes o el desarrollo de células cancerígenas. Briongos et al (2007), la define como enfermedad inmunodepresiva, de impacto sociosanitario, debido al fuerte impacto y costo social que genera en las sociedades. El MINSA (2006, citado en Alcántara 2008) reporta que el gasto mensual por un sujeto viviendo con VIH puede fluctuar entre 1000 a 10 000 dólares al mes, debido a que usualmente afecta a población económicamente activa. (p. 2)


El estudio  Psychosocial Determinants of Health-Related Quality of Life of People Living with HIV/AIDS on Antiretroviral Therapy at Udupi District, Southern India de Kamath y Hegde (2014) señalan que el estado emocional y los factores psicosociales influyen notoriamente en la calidad de vida del paciente,  quien en este estudio  encuentra una diferencia significativa en la depresión asociados a situaciones psicosociales, condiciones interpersonales y la espiritualidad. De acuerdo con Cazenave, Ferrer, Castro & Cuevas (2005), la familia se constituye en el grupo primario de atención y cuidado: 


Dentro del grupo familiar, según la evidencia, los cónyuges son la primera fuente de cuidados para las personas que se encuentran casadas, y los hijos la segunda; sin embargo, se reconoce que las hijas y las madres son las que ocupan el primer lugar como “cuidadores primarios” y los hijos y los padres el segundo lugar. (p. 51)


De acuerdo con UliukinIM, Voronin EE (1999)  en su estudio HIV infection: the psychological indices at different stages of the disease, se indica que la  depresión puede presentarse en las diferentes fases clínicas del VIH,  se relaciona con el índice psicológico: actitud, nivel de adaptación, alteraciones neuropsíquicas;  concluyendo  que en las primeras etapas de la infección por VIH o infección aguda, no se observaron alteraciones de adaptación a diferencia del  resto de etapas como son la etapa de Infección crónica,  y la fase Sida,  que si presentaban cambios emocionales, como la depresión, ansiedad  entre otras. (Castillo, García, González, & Hincapié, 1995; Huanguang, Uphold, Wu, Reid, Findley, Duncan, 2004), así afirman Teva, Bermúdez, Hernández & Buela (2005) “La aparición de síntomas de depresión es esperable antes el conocimiento del diagnóstico de VIH, pero estos síntomas pueden convertirse en patología si no desaparecen tras un proceso de ajuste a su nueva situación por parte del individuo.” (p. 41)


Sin embargo estudios como el de Chanakira, Kingdom y Freeman (2014), Social and psychosocial factors associated with high risk sexual behaviour among university students in the United Kingdom , muestran que los cambios emocionales obedecen al  comportamiento sexual debido a la incapacidad de mantener  prácticas sexuales  por el mismo deterioro  de salud  o por  falsas  creencias de no poder involucrarse en una relación de pareja  o no poder llevar  una vida  sexual  activa en el futuro, por temor  a infectar a su pareja o por temor al rechazo de esta.   Por su parte Halkitis, Pérez-Figueroa, Carreiro, Kingdon, Kupprat & Eddy (2014) en su texto Psychosocial burdens negatively impact HIV antiretroviral adherence in gay, bisexual, and other men who have sex with men aged 50 and older AIDS Care, relaciona el componente emocional y la depresión en el paciente con VIH con: estereotipos, estigma social y la discriminación referida a la tendencia sexual.  


Mientras que Rabiere y Lebrón (2010) en su estudio Distorsiones cognitivas de personas que viven con VIH que asistieron al centro sanitario de Santo Domingo. El diagnóstico VIH positivo puede ser considerado como un acontecimiento potencialmente estresante y traumático, al estar asociado con un proceso de enfermedad de carácter crónico, irreversible y mortal que involucra, además, sentimientos de vergüenza, rechazo social, posible pérdida de trabajo y desprestigio social. (Ver tabla 1 en PDF)


Infectología y VIH 


En el caso de la infección por VIH es clasificado en fases o  Categorías clínicas A-B-C, dependiendo del resultado del  conteo de  linfocitos o células  CD4,  clasificación está  amparada por el Centro de Control y enfermedades  infectocontagiosas (CDC 1993). Cada categoría clínica se caracteriza por síntomas específicos que favorecen cambios tanto físicos como psicológicos en la persona que lo padece, la cual se encuentra atenta a cualquier cambio de su estado general, lo que puede generar un estado de tensión ante eventos relacionados con su tratamientos o efectos del mismo, sobre todo ante resultados de laboratorios, los cuales evidencian el progreso de la infección. 


Este proceso genera un desgaste emocional en el paciente lo que se puede asociar a las múltiples  reacciones  o alteraciones emocionales,  desencadenada  por el  proceso diagnóstico y seguimiento de la infección;  y que en ocasiones suscita intervenciones psicológicas desde un enfoque cognitivo basada en la  auto-eficacia,   la Guía para el manejo de VIH /SIDA basada en la evidencia  (2006) propuesta por el Ministerio de Salud y Protección Social en Colombia sugiere que dicha intervención debe realizarse desde las etapas iníciales del diagnóstico de VIH buscando favorecer la capacidad de afrontamiento del paciente, ante los cambios clínicos que requiere el seguimiento de la infección, los recursos inmediatos en el manejo de la infección  que dispone el paciente como son: Terapia Antirretroviral de Gran Actividad - TARGA, Seguridad social, apoyo integral que  involucra familia, pareja  y/o  red de apoyo. 


Todos estos recursos inmediatos favorecen desde su inicio la evolución clínica controlada del paciente a nivel integral, generando cambios en su actitud y su capacidad resiliente, sobreponiéndose al diagnóstico de VIH con todas las implicaciones en el manejo de la infección por el resto de su vida. A continuación se específica las categorías clínicas de la infección del VIH-Sida a través del Sistema de Clasificación según el centro de control y prevención de enfermedades CDC de Atlanta (CDC, 1993)

 


METODOLOGÍA Y PROCEDIMIENTO 


Para el presente estudio la población estuvo constituida por 150 pacientes  por criterios de exclusión 20%, la muestra es de 120 pacientes (n: 120) La unidad de estudio pertenece  al programa integral VIH-Sida de la IPS Vital Salud de la ciudad de Barranquilla- Colombia. Dentro de las consideraciones éticas se tuvo en cuenta la aplicación del consentimiento informado  y el aval del comité de Bioética de Investigación de la Universidad Metropolitana y de la IPS Vital Salud de la ciudad de Barranquilla  instituciones que apoyaron la investigación.  


Para la muestra se indicaron Criterios de  exclusión como pacientes en estado de gestación,  puérperas,  pacientes en tratamiento psiquiátrico por depresión y pacientes con efectos adversos al TARGA.  


Diseño

El diseño se considera descriptivo comparativo,  de tipo transversal, con método de medición  basado en el enfoque cualitativo y cuantitativo, donde se involucran variables de tipo socio-demográficas,   edad, sexo, tendencia sexual, estado civil,  categoría clínica de la infección por el conteo de CD4, carga viral,  factores intervinientes y tipos  de depresión.

 

Instrumentos


Para este estudio se considera la escala Hamilton  el cual  evalúa  determinantes individuales, lo que  favorece la exteriorización de estímulos asociados a la enfermedad.  


1. La escala de Hamilton:  Evalúa la depresión, ajustada a la clasificación Internacional de  enfermedades CIE-10. (OPS 2008)  La validación de la versión española, la escala consta de 17 variables, las cuales son definidas en series  de categorías  e intensidad creciente, (Hamilton, 1960 Pág. 56) cada una de las variables   tiene entre tres y cinco posibilidades  de  respuestas, con una puntuación de 0-2 o de 0-4 respectivamente. La puntuación total va de 0 a 52. Pueden utilizarse   diferentes puntos de corte a la hora de clasificar el cuadro depresivo Hamilton M., (1960 Pág. 23).    La Guía de Práctica Clínica elaborada por el National Institute for  Clinical Excellence  (NICE, 2004)  guía de  alta calidad a nivel global en su elaboración y  puntuación  de  "muy recomendada" según el instrumento Appraisal of Guidelines Research and Evaluation ( AGREE  2003), recomienda emplear  los siguientes puntos de corte: No deprimido: 0-7 , Depresión ligera/menor: 8-13, Depresión moderada: 14-18, Depresión severa: 19-22,m Depresión muy severa: >23


2. Historia clínica: variables socio- demográficas,  categoría clínicas de la infección por VIH-Sida.


2.1 Recuento de CD4 o conteo de CD4: Mide del número de  células CD4  en un milímetro cúbico (mm3) de  sangre,  el valor de referencia en personas no infectadas está entre 450 y 1.600 mm3.  (Vélez; Rojas, et al  2005, Pág. 3)


2.2 Carga viral: Mide la cantidad de ARN vira  los anticuerpos  del VIH  en  sangre. (ATIS, 1999).Los resultados se  expresan como  número de copias de ARN  del VIH en un mililitro de sangre. Una carga viral de 10.000 copias se considera  baja y una mayor de  100.000, alta,   denominándose  indetectable  a un resultado< de 40 copias.  (Vélez; Rojas, et al  2005 Pág. 3).

 

Procedimiento


Los participantes del estudio pertenecen al programa integral VIH-Sida de la IPS Vital Salud de la ciudad de Barranquilla- Colombia, los cuales acuden una vez al mes a su valoración y seguimiento integral, durante  la consulta de valoración  se les informó,  que formarían parte de un  estudio a nivel científico, sobre la detección  de trastornos emocionales como la depresión, para lo cual firmaron el respectivo consentimiento informado. 


Para el desarrollo de este estudio se realizó la aplicación de la escala  de Hamilton  en la obtención del diagnóstico de depresión, la  Historia clínica tales como: variables sociodemográficas. Edad, sexo, estado civil, tendencia sexual,  Resultados de pruebas de laboratorio como Carga viral, Conteo o recuento de linfocitos o CD4.  


Las variables establecidas para considerar la relación entre el diagnóstico de VIH y la depresión fueron categorías o etapas  clínicas del VIH como son fase A, fase B y fase C.  Como nota sobresaliente al aplicar la prueba se detectaron factores intervinientes  como ideas erróneas, distorsiones cognitivas relacionado con el estigma y la discriminación,  relacionar  el diagnostico con un castigo divino, todas estas ideas,  distorsiones cognitivas fueron intervenidas  bajo el modelo de la  auto-eficacia  basado en el enfoque cognitivo conductual.


RESULTADOS


El análisis de los resultados se realizó a través del programa SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) versión 18. Se estableció con una muestra de 120 pacientes con los siguientes criterios de  exclusión: 


1. Pacientes en gestación o puérperas. 

2. Pacientes con diagnóstico y tratamiento psiquiátrico por depresión y efectos adversos al tratamiento antirretroviral.    

De acuerdo con los resultados se establecen las condiciones sociodemográficas más importantes de la población, sexo y edad, estado civil y diagnóstico de VIH, tendencia sexual, depresión de acuerdo a la escala Hamilton, y finalmente un análisis integrado de estas variables. 


En relación a las variables sociodemográficas se encuentran los siguientes datos, en el que se establece la prevalencia del sexo masculino sobre el femenino. (Ver tabla en PDF)

 

Con respecto a la edad se destaca que una alta población pertenece al ciclo evolutivo de edad media, consolidándose los 37 años como edad promedio. 


Sin embargo acerca de estos datos se puede establecer entonces una relación importante entre la edad y el sexo de la población participante, en razón de que los diagnósticos más frecuentes se encuentran alrededor de los 30 años tanto en hombre como en mujeres, lo que supondría el periodo de vida sexual más activa (Ver imagen en PDF)

 

Sin embargo acerca de estos datos se puede establecer entonces una relación importante entre la edad y el sexo de la población participante, en razón de que los diagnósticos más frecuentes se encuentran alrededor de los 30 años tanto en hombre como en mujeres, lo que supondría el periodo de vida sexual más activa. (Ver imagen en PDF)


En el estado civil se evidencia que el porcentaje más alto de personas convivientes con diagnóstico de VIH se concentra en la población que vive en unión libre con un 38.3% seguido de la población soltera con un 32.5%. (Ver imagen en PDF)


Adicional a esto, se encuentra que con respecto a la tendencia sexual, la población conviviente con VIH de la muestra es en un 83.33% heterosexual. (Ver imagen en PDF)

Mientras que en cuanto al sexo y al estado civil se tiene que el 49.02% de la población femenina que vive en unión libre tienen diagnóstico de VIH y tan solo el 30.43% en la población masculina del mismo estado civil, contrasta que el 47.83% de la población soltera masculina tiene diagnóstico por VIH mientras que la población femenina soltera solo tienen diagnóstico el 11.76%, pero en la población femenina viuda se incrementan el porcentaje de mujeres con diagnóstico de VIH con un 21.57%. (Ver imagen en PDF)

En todo caso, el porcentaje más alto de diagnóstico con VIH se concentra en la población que vive en unión libre sumando ambos sexos. Para el caso femenino se le sigue la viudez, mientras que en el caso de los hombres es la soltería la puntuación más alta. 


Para efectos de análisis del tiempo de antigüedad del diagnóstico se pudo establecer que el 40.8% de la población tiene entre 7 y 11 años de convivir con él. (Ver tabla en PDF)


En cuanto al tiempo de convivir con el VIH se encuentra que el 16.7% de la población tiene 4 años de haber sido diagnosticado, seguido del 15% con 10 años de tener el diagnóstico, y 12.5% con 5 años de convivencia con el VIH. (Ver imagen en PDF)


También se pudo establecer una relación importante entre la antigüedad del diagnóstico y el sexo, encontrándose que los hombres tienen en su mayoría un promedio de convivencia con el diagnóstico de VIH de entre 4 y 11 años, en más alto número de casos que las mujeres en el mismo periodo de antigüedad, aunque no en el mismo porcentaje, en ese sentido las mujeres superan a los hombres. Es decir un 73.5% para los hombres con 52 casos de 69 pacientes, y un 84.3% para las mujeres con 43 casos de 51 pacientes. 


En relación a los resultados obtenidos por la Escala Hamilton de depresión, se encuentra que 39.2% de la población no presenta depresión, sin embargo el 34.2% presenta depresión leve, un 24.2% presenta depresión severa, y un 2.5% presenta depresión moderada, es decir el 60.8% de la población presente síntomas depresivos. (Ver tabla en PDF)

 

Adicionalmente se pudo establecer que la población, también presentaba enfermedades  médicas asociadas al diagnóstico. En general se encuentran otras infecciones de transmisión sexual (ITS) con un 70.9% de la totalidad de la población. (Ver tabla en PDF)


Lo que se puede asociar entonces a las categorías clínicas pertenecientes a la condición especifica del virus. Entonces se presenta que el 23.3% de la población presenta índice Sida (x <200/mm3). Mientras el 18.3% se encuentra sintomático (x>500/mm3) y el 15.8% se encuentra sintomático (x<200/mm3). (Ver tabla en PDF)

 

Con respecto a los factores personales asociados al diagnóstico de VIH de la población se encontró que el 23.3% de las personas se encuentra emocionalmente estable, un 16.7% presenta crisis familiares, un 15.8% tiene pérdida de empleo y tan solo un 9.2% presentan ansiedad. (Ver tabla en PDF)

  

Por su parte los datos importantes se encuentran en los resultados de Carga Viral y conteo de Linfocitos CD4 para la población se encuentra la siguiente relación. (Ver tabla en PDF)

 

La media frecuente en el conteo de Linfocitos CD4 se encuentra en 430.77 en general para el total de la población. (Ver imagen en PDF)

 

Frente a la relación de la sintomatología depresiva arrojada por la escala Hamilton y las categorías clínicas del VIH se encuentra que el 10% de la población sin síntomas depresivos tiene Indicador Sida (x < 200/mm3), y un 9.2% de la misma población sin síntomas depresivos se presentan en la categoría Sintomático (x > 500/mm3). 


Para el caso de los resultados de la Escala Hamilton con síntomas depresivos leves se encuentra que el 6.7% de esta población se presenta en la categoría clínica Sintomático (x > 500/mm3) y otro 6.7% de la misma población con síntomas depresivos leves se presenta en la categoría clínica Sintomático (x < 200/mm3). (Ver tabla en PDF)

 

En relación a la sintomatología depresiva tipo depresión moderada arrojada por la escala Hamilton y las categoría clínicas del VIH se encuentra que en realidad no es significativo puesto que solo se presentan 3 casos, cada uno equivalente a 0.8%, un caso en las categorías clínicas de Sintomático (x >500/mm3), sintomático (x: 200- 4999/ mm3) e indicador Sida (x<200/mm3). (Ver tabla en PDF)


Para el caso de los resultados referidos a la sintomatología de depresión severa establecida por la Escala Hamilton y las categorías clínicas, los datos obtenidos indican que el 9.2% de esta población con síntomas de depresión severa se encuentran en la categoría Indicador Sida (x < 200/mm3), el 3.3% en la categoría Sintomático (x < 200/mm3) y un 3.3% en la categoría Indicador Sida (x > 500/mm3). (Ver tabla en PDF)

   

En gráficas, las referencias indican asociaciones importantes entre los resultados de Escala Hamilton y Carga viral. (Ver gráfica en PDF)

 

De acuerdo con la gráfica, se observa que la población con depresión leve y depresión moderada según la Escala Hamilton, presentan una carga viral mayor de 30.000 copias, lo que se considera alto y con un mayor factor de riesgo de enfermarse. Mientras que los que se encuentran por debajo de 10.000 copias, con mejor adherencia al tratamiento -en relación a la población anterior- no presentan depresión. 


En gráficas, las referencias indican asociaciones importantes entre los resultados de Escala Hamilton y Conteo de linfocitos CD4. (Ver gráfica en PDF)

 

La gráfica anterior indica que la población con evidencia de estabilidad clínica y conteo de linfocitos CD4 por encima de 400 presentan depresión leve y severa, según la Escala Hamilton. De igual forma, se encuentra una población con conteo de linfocitos CD4 por encima de 400 no presentan depresión. 


De acuerdo con los resultados obtenidos en razón de la Escala Hamilton y las categorías clínicas, también fue posible determinar relaciones específicas entre las categorías clínicas del VIH y los factores personales asociados a estas categorías encontrándose con mayor frecuencia condiciones referidas a las crisis familiares, síntomas de ansiedad y pérdida del empleo, y con muy baja frecuencia situaciones asociadas a la estabilidad emocional. (Ver tabla en PDF)


Igualmente, para el caso de las categorías clínicas de VIH, se pudo establecer comorbilidad con otro tipo de enfermedades asociadas al diagnóstico de VIH, se destacan linfadenomagalia cervical, hepatitis B, herpes zoster, TBC pulmonar, sarcoma de Kaposi. Se destaca también en todas las categorías clínicas existe una población que permanece asintomática.  (Ver tabla en PDF)


De los resultados hasta este momento, se pueden señalar varios aspectos, destacando: 


1. La relación entre el sexo y el diagnóstico de VIH. 

2. El estado civil y el diagnóstico de VIH.

3. La tendencia sexual y el diagnóstico de VIH

4. Los resultados referidos a la Escala Hamilton encontrándose una alta población con síntomas deprimidos, con un 34.2% presenta depresión leve, un 24.2% presenta depresión severa, y un 2.5% presenta depresión moderada, es decir el 60.8% de la población presente síntomas depresivos. 

 


DISCUSIÓN


La depresión se constituye en uno de los problemas de salud mental de mayor prevalencia en el mundo, incluso se considera una situación de salud pública debido a su sintomatología incapacitante y prevalencia en la población. (WFMH, 2012, P. 7) de acuerdo con la OMS (2012) "Se pierden casi un millón de vidas al año por suicidio, lo cual se traduce como 3.000 suicidios por día. Por cada   suicida,  hay 20 o más que intentan terminar con su vida" (OMS, 2012). 


Por otro lado de acuerdo con la ONUSIDA (2008) se tiene que existe una relación directa entre el diagnóstico de VIH y las situaciones de salud: 


El VIH/SIDA es una importante causa de defunción y discapacidad, especialmente en los países de bajos y medianos ingresos. El ONUSIDA estima que en 2007 vivían con el VIH 33 millones de personas. La salud mental y el VIH/SIDA están estrechamente interrelacionados; los problemas de salud mental, en particular los trastornos por el consumo de sustancias, están asociados con un mayor riesgo de infección por VIH y de SIDA, interfieren con su tratamiento, y, a la inversa, algunos trastornos mentales se producen como resultado directo de la infección por VIH. (p. 2)


El Instituto de Salud Mental (NIMI) refiere que: 


Los estudios muestran que las personas que están infectadas con VIH son más propensas a desarrollar depresión que la población en general. La depresión afecta la calidad y expectativa de vida de una persona, así como su capacidad para seguir un tratamiento para el VIH/SIDA (p. 4)


Siendo así se puede pensar que existe una relación causa efecto entre el diagnóstico de VIH y la posterior aparición de síntomas depresivos, o la depresión propiamente dicha.  Es decir, que es muy probable que una persona conviviente con el diagnóstico de VIH padezca depresión, sin embargo, el Instituto de Salud Mental (NIMI) no considera que en realidad exista tal relación cuando señala “La depresión puede parecer una reacción inevitable después de recibir un diagnóstico de VIH/SIDA. Pero la depresión es una enfermedad independiente que puede, y debería ser tratada, incluso cuando una persona está recibiendo tratamiento para el VIH/SIDA.” (p. 4) 


No obstante la ONU (2008) señala que esta población en muchos casos se encuentra asociada a factores de vulnerabilidad social puede existir mayor propensión a enfermedades mentales. 


Las personas con VIH suelen sufrir de depresión y ansiedad a medida que asumen las consecuencias del diagnóstico de la infección y afrontan las dificultades de vivir con una enfermedad crónica potencialmente mortal, por ejemplo el acortamiento de la esperanza de vida, los regímenes terapéuticos complejos, la estigmatización, y la pérdida de apoyo social, familiar o amiga. La infección por VIH puede estar asociada con un alto riesgo de suicidio o intento de suicidio. Los predictores psicológicos de la idea de suicidio en personas infectadas por el VIH comprenden trastornos concomitantes debidos al consumo de sustancias, un historial de depresión y la falta de esperanza. (p. 2)


En razón de lo anterior, el presente estudio Depresión y variables asociadas al diagnóstico de VIH-Sida en la población de la IPS Vital Salud, pudo evidenciar que no es posible pensar que exista una relación entre el diagnóstico de VIH y la depresión, puesto que los resultados evidencian que: 


1. Si bien es cierto existe una alta población con depresión, referidos en la Escala Hamilton con un 34.2% presenta depresión leve, un 24.2% presenta depresión severa, y un 2.5% presenta depresión moderada, es decir el 60.8% de la población presente síntomas depresivos, la depresión en estos pacientes se debe a situaciones asociadas a factores personales o de otra índole que no se refieren directamente a la presentación del diagnóstico de VIH. 


2. De acuerdo con la relación de género, carga viral y estado civil (Ver gráfica en PDF)

Se encuentra que la carga viral es alta en la población masculina, con valores promedios de 22.758 copias, mientras que en el género femenino se encuentra en promedio en 9.374 copias, esto se relaciona con el hecho de que la mujer de acuerdo con la literatura médica es mucho más responsable con su tratamiento y manejo del diagnóstico, a pesar de sus múltiples roles, es mucho más efectiva en la adherencia al tratamiento, seguimiento de recomendaciones médicas e interdisciplinarias, cuidados paliativos con su parejas. Es de consideración que 21, 57% del 42,50% del género femenino se encuentran en estado de viudez, lo que representaría mayores cargas afectivas, madre, empleo en condiciones de cabeza de familia, entre otros.  (Ver gráfica en PDF)

   

Lo que puede corroborarse con el grafico que relaciona el género con el conteo de CD4 en el que es posible ver que el género femenino se encuentra por encima de 500, 3 CD4 y en el género masculino se encuentra por debajo de 500 CD4 estando en 374,8 CD4.  (Ver gráfica en PDF)


3.    Se encuentra que en lo referido a la tendencia sexual y carga viral, la población homosexual y bisexual presenta una carga viral de indetectabilidad o menor de 40 copias, en contraste los resultados evidencian que en la población transexual se observa una carga viral alta.  En todos los casos, es posible pensar que la carga viral indetectable o alta, se relaciona con los estereotipos sociales, en razón de que en la población homosexual existe la necesidad de un compromiso social frente a su diagnóstico, y al deseo de no ser discriminado o rechazado por la sociedad, incluida la familia, siendo que existe aún hoy día el imaginario de que este tipo de diagnóstico afecta principalmente a esta población, lo cual no se ajusta a la realidad. En el caso de la población transexual, se encontró que la población acude al tratamiento únicamente solo cuando presenta síntomas definitorios de Sida. Para el caso de la población heterosexual se encuentra una carga viral, lo que se relaciona con una adherencia no optimizada, no concientización del diagnóstico, unido al imaginario que considera que “¿si solo me acuesto con mujeres/hombres, porqué me pasa esto a mí?”, “Esto nunca me va a pasar”.  (Ver gráfica en PDF)


4. Igualmente se encuentra una relación importante entre la carga viral y la antigüedad del diagnóstico,  es significativo referir que a mayor antigüedad con el diagnóstico, menor es la carga viral. Lo que se puede relacionar con la concientización del diagnóstico, adherencia optimizada, cumplimiento de tratamiento médico e interdisciplinario, compromiso social, y superación del estigma social.  (Ver gráfica en PDF)


De acuerdo con los resultados encontrados se considera que la depresión no es un diagnóstico asociado al diagnóstico VIH en esta población, pero si se puede considerar como un diagnóstico relevante en razón de las implicaciones emocionales, psicológicas y sociales que esta población debe afrontar en razón de su condición de salud y los rigurosos cuidados que debe asumir. 


Sin embargo también se consideran importantes los resultados referidos a la tendencia sexual, estado civil, género y carga viral, en razón de los estereotipos sociales, adherencia al tratamiento y concientización del diagnóstico. 


CONCLUSIONES


El Virus de Inmunodeficiencia Humana – VIH, es responsable según la OMS (2012) de 1.8 millones de muertes debido al diagnóstico, entre mujeres, hombres y niños. Siendo poco alentadoras las cifras anuales de nuevos infectados con cifras referidas a 35 millones de personas (OMS, 2013). En Colombia según Profamilia (2015) se encuentra que: 


En Colombia, según cifras del Instituto Nacional de Salud (INS), desde 1983 se han reportado oficialmente 83.467 casos, de los cuales 5.754 se presentaron en el 2011. El 34.17% de los casos fueron de personas entre los 25 y 34 años (concentrando el mayor porcentaje), el 23.50% en personas entre los 35 y 44 años, el 14.41% entre 45 y 54 años y el 18.72%, entre 15 a 24 años de edad. (Profamilia, 2015)


Estos datos sugieren que la mayor población infectada en Colombia con el Virus de Inmunodeficiencia Humana – VIH se encuentra en edades comprendidas entre 25 y 44 años. Lo que es consistente con el estudio Depresión y variables asociadas al diagnóstico de VIH-Sida en la población de la IPS Vital Salud, dado que la edad promedio encontrada es de 37.05 años. 


Según Salud Ambiental del Distrito en Barranquilla (2013) se encuentra que el incremento de la población con diagnóstico de VIH opina que:


La tasa de incidencia, es decir el número de casos por cada cien mil habitantes, se ha mantenido estable, sin incrementos significativos, precisó Goenaga, porque en el 2010, fue de 48,8; luego pasó a 50,29 en el 2011; y en el 2012 cerró con 51,79. En el 2013, con cifras parciales e incompletas, se tiene que esa tasa de incidencia es del 33,25, pero toca esperar su conclusión y precisar. (ElTiempo, 2013)


De acuerdo con los resultados encontrados, se concluye que no existe relación funcional entre el diagnóstico de Virus de Inmunodeficiencia Humana – VIH y la depresión, es decir que la depresión en esta población no aparece como causa directa del Virus de Inmunodeficiencia Humana – VIH. En oposición a Wolff L., Alvarado M. & Wolff R. (2012) quienes sugerían que: 


Algunos estudios que apuntan en esta dirección son los de Jin y cols. en China, que reportaron 79% de trastorno depresivo crónico (con tan sólo un caso diagnosticado antes de contraer el VIH)7 y el de Gibbie y cols, en Australia, en el que encontraron 39 y 15% de antecedentes de depresión pasada en pacientes con infección por VIH y en controles seronegativos, respectivamente. Morrisson y cols, compararon mujeres con infección por VIH con controles seronegativos, encontrando una prevalencia puntual de depresión de 19,1 y 4,8% y de 47,3 y 38,7% de prevalencia de vida, respectivamente. (Wolff L., Alvarado M. & Wolff R., 2012, p. 66)


Igualmente significativo resulto que la población con mayor adherencia al tratamiento, concientización del diagnóstico y recomendaciones médicas e interdisciplinarias fuera aquella con tendencia homosexual y bisexual, situación respaldada en los datos referidos a la carga viral de esta población, en oposición con la población heterosexual y transexual cuyas cifras de carga viral sugieren lo contrario en razón de adherencia al tratamiento, concientización del diagnóstico y recomendaciones médicas e interdisciplinarias. 


Sin embargo, si es de considerar que la población femenina, constituida por un 42.50% de la población total del estudio, cuyo estado civil de viudez representa el 21.57% constituye mayores cargas afectivas, madre, empleo en condiciones de cabeza de familia, entre otros.  


En razón de lo anterior es preciso que en los procesos de intervención en población con diagnóstico de VIH, se centren en dos condiciones importantes para efectos de adherencia al tratamiento lo siguiente: 


1. Dirigir los procesos de psicoeducación de acuerdo con el género y estado civil, puesto que los resultados sugieren que la mayor población con diagnóstico de VIH se encuentra en hombres solteros con un 47,83%, y un 21,57% en mujeres viudas, y curiosamente en un 30,43% en hombres y un 49,02% en mujeres en unión libre.


2. E igualmente considerar la tendencia sexual (83,33% heterosexual, 13,33% homosexual, 2,50% bisexual y 0,83% transexual) en procesos de intervención psicosocial y psicoeducación.


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