Reflexiones sobre el uso de Pruebas Psicométricas en el Contexto Educativo Colombiano
Juan Esteban Lozano Plazas & Maribel Mosquera Pastrana
Universidad Surcolombiana / Colombia
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Juan Esteban Lozano Plazas. Psicólogo egresado de la Universidad Surcolombiana e investigador con destacada participación en el Semillero de Investigación Carlos Finlay. Correo electrónico: estebanlozano93@gmail.com
- Autor de correspondencia.
Maribel Mosquera Pastrana. Psicóloga egresada de la Universidad Surcolombiana con destacada participación en el Semillero de Investigación Crecer. Correo electrónico: mariamosquera10117@hotmail.com.
Recibido: 14 de Junio de 2016
Aprobado: 15 de Diciembre de 2016
Referencia Recomendada: Lozano-Plazas, J, E., & Mosquera-Pastrana, M. (2016). Reflexiones sobre el uso de pruebas psicométricas en el contexto educativo colombiano. Revista de Psicología GEPU, 7 (2), 168-172.
Resumen: La utilización de pruebas en el contexto educativo colombiano tiene como finalidad evidenciar los resultados particulares, institucionales y nacionales logrados en el sistema de formación pedagógica adquirida, los cuales están bajo los lineamientos de las políticas de educación nacional. No obstante, los parámetros utilizados no parecen ser contextualmente sensibles a las diferencias y exigencias por las cuales atraviesan determinadas regiones o instituciones. Se plantea un análisis crítico de la situación y alternativas de solución que promuevan una evaluación integral, ecológica y sensible a la pluralidad en el sistema educativo del país.
Palabras Clave: Pruebas Psicométricas, Educación, Contextos.
Introducción
A comienzos del siglo XX se generó en la psicología un gran afán por alcanzar los albores científicos en su saber, y para ello se empezaron a producir distintos tipos de pruebas, test, baterías y evaluaciones objetivas que evaluaban grandes aspectos del ser humano, entre ellos el área de la inteligencia y el saber. Aquel momento se convertiría próximamente en la tradición evaluativa de corte cientificista por evaluar el contexto escolar en psicología (Marciales, 2012).
De esta manera, se iniciaría una gran avanzada por evaluar y cuantificar el alcance del rendimiento académico de los niños y jóvenes integrantes de distintas instituciones educativas con el fin de poder evaluar la educación prestada, y utilizándola a doble vía como un único medio para garantizar el ingreso a una educación superior marcada por los sistemas de producción dominantes, sin importar además, de las futuras brechas sociales gestantes características por el contexto de determinadas regiones del mundo, en especial, la de Colombia.
Desarrollo
En Latinoamérica y más específicamente en Colombia, se ha vivido una etapa denominada por algunos como la “modernización sin modernidad” (Corredor, 1992), la cual se caracteriza por el intento de ingresar al modelo de producción Norteamericano y Europeo sin evaluar ni analizar el estado actual de sus condiciones, generando de esta manera una gran diferencia entre lo que se quería mostrar y en lo que en realidad se era. De esta manera, sería entonces la educación una de las principales vertientes afectadas del país por su afán modernista, en donde la nación quería mostrar lo mejor de sí, con seres sumamente preparados, y para ello que mejor que evaluar cuantitativamente y con ayuda de la psicología científica, quien o quienes serían los que entraran a esta falsa denominada modernidad.
Es entonces, como se llega a la más profunda de las desigualdades del país, en donde se preparaba y educaba a una determinada y selecta clase social con fines sumamente individualistas y de preferencia para sus iguales, ¿o podría acaso un joven de condiciones económicas bajas y con la educación de la zona rural poder ingresar y ser parte activa de esta denominada modernidad?, ¿dejarían entonces las clases altas permitir que un joven no perteneciente a su grupo pudiese tener los mismos beneficios de los cuales ellos disfrutan a causa de recibir una buena formación y prepararse para ser competente y posible obstáculo para ellos?.
No obstante la sociedad al analizar esta paradoja decide implementar cambios y hasta 1930, como lo afirmó Helg (1987) la nación puso especial interés en la educación, la cual representó el único medio para realizar una verdadera integración nacional, en donde se debía preparar para ser en sí misma una sociedad más justa y feliz.
Esta idea de una sociedad nueva fracasaría por una oligarquía cada vez más apoderada de los recursos económicos, dejando ver de esta manera, grandes diferencias en cuanto a condiciones plenas y dignas para el fomento de la educación, debido a la falta de políticas que garantizase el equilibrio de condiciones y la prestación general del servicio de la docencia para la preparación de toda una nación.
Al transcurrir del tiempo se fue mejorando aunque de manera pausada e intermitente el mejoramiento de la educación en el país; sumando a esto, el cada vez más avanzado capitalismo que exigía la educación como el principal instrumento para la consolidación de una nación productora y competente para la actualidad, favoreciendo de esta manera la cada vez más incrementada utilización de pruebas que evaluaran que tan competente sería la institución educativa como cada estudiante en particular.
De esta manera se viviría un auge y sobreutilización de pruebas psicológicas, ya fuera para que un niño ingresara a la escuela, para medir sus conocimientos adquiridos, para el ingreso a la educación superior o para identificar si poseía alguna anormalidad cognitiva, la cual además de impedir al niño, lo rotulaba y lo separaba de la sociedad, volviéndolo un niño no competente y terminar así, alejado del mundo y de sus oportunidades.
Es de especial interés ahora tratar los temas psicológicos relacionados a la realización de estas pruebas psicométricas en los niños y jóvenes de nuestro país; en donde factores personales como la ansiedad y el estrés iban directamente proporcionales a los factores socioeconómicos y estos últimos estrechamente ligados a las políticas histórico-contextuales y a la casi nula presencia de una ética que luchase por el equilibrio y la justicia de adquirir el pleno desarrollo dentro de la sociedad.
Entonces, se puede entender como lo enuncia Miñana (2006) “la humanidad ha legitimado las desigualdades, los privilegios, las imposiciones y las servidumbres a través de pruebas” (p.407), en donde queda confinada de una u otra forma el futuro de un ser a la mera expresión de un resultado cuantitativo de una prueba académica, que además, no evalúa los aspectos simbólicos ni culturales y queda confinada a la mera instrumentalización mnésica del conocimiento (Torrado, 2000).
Los aspectos psicológicos que se evidencian a gran escala, a pesar de que existan pocos trabajos que indaguen por sus efectos (Marciales, 2012), se pueden encontrar síntomas depresivos, cuadros de ansiedad, pensamientos catastróficos, episodios de estrés, ataques de pánico o angustia, y en el peor de los casos, intentos de suicidio o refugio en las drogas. La única etiología, al parecer común y existente, es el anhelo por alcanzar buenos resultados, alcanzar sus objetivos; y en el caso de las pruebas SABER o SABER PRO, mejorar sus condiciones y las de sus familias.
Ahora, el aspecto socioeconómico cabe entenderlo desde un plano analítico y crítico, pues es al parecer uno de las principales causas y consecuencias de la utilización de las pruebas; ya sea por un lado, al ingreso de una mejor institución educativa que brinde mejor formación y consolidación de un “status”, como a la aspiración del mejoramiento de las condiciones económicas y laborales de los jóvenes –regulares- al ingresar a la educación superior, y por el otro lado, que aunque soporta la primera afirmación, hace referencia que a mayor gasto educativo, mejor calidad y formación académica se recibirá; cayendo en el reduccionismo de las representaciones sociales de clases y dejando a un lado el aspecto integral que debería fundamentar la educación, convirtiendo las pruebas psicológicas en una herramienta sumamente determinista y específica para cierta población.
Por tanto, las encargadas de que estas pruebas sean desde cierto punto deterministas, son las mismas políticas planteadas por los diferentes países, en este caso, Colombia, donde las pruebas psicométricas solo buscan evaluar ciertas áreas de conocimiento que determinarán –según creen ellos- el futuro y buena proyección laboral de un joven; convirtiéndola así en una evaluación ortodoxa y dejando a un lado las áreas y saberes que conforman a las personas como individuos pertenecientes a una cultura.
Conclusiones
Es por esto y el futuro de una sociedad más oportunista y equitativa, que las políticas deberían ser modificadas con el objeto de cumplir con los requisitos que conforman realmente y en su totalidad a la educación, es decir, que tomarán en cuenta los distintos tipos de formación y énfasis que se generan en las instituciones educativas, y aún más importante, reconozcan el gran valor simbólico y cultural con que cuentan los jóvenes. De esta manera se podría tener pruebas psicométricas fundamentadas políticamente en las llamadas competencias educativas del saber, ser y hacer.
Por último, se hace indispensable generar reflexión sobre el aspecto ético de las pruebas, pues en la actualidad no se encuentran fundamentadas para la heterogeneidad de la población y sus particularidades sociales, económicas y geográficas del país. Por consiguiente, se vuelve indispensable que los psicólogos estandaricen y contextualicen las pruebas para la inserción y el reconocimiento del nivel educativo, además de cumplir con los más altos estándares estadísticos, pero lo que se hace aún más importante, es que cumplan con las exigencias y particularidades de nuestro contexto Colombiano, reconociendo las subjetividades y características ideográficas que nos constituyen como nación.
Pensando de esta forma, se reconoce que el ser humano no solo adquiere conocimientos teóricos de las ciencias, también es un ser social y por tanto, se debe educar y evaluar con pruebas íntegras e idóneas, por ende, se debe formar para generar capacidad de juicio autónomo, solidaridad, proyectos de vida, amor y disposición al diálogo (Bolívar, 2001), todo esto enmarcado en un plano de reconocimiento de diversos contextos que moldean al ser humano, aceptando y respetando además su historia, y enmarcandose en el que debería ser su principal objetivo, lograr que los sueños e interéses de niños y jóvenes se realicen mediante la educación, contribuyendo a su autorrealización y dentro de una nación equitativa e integradora.
Referencias
Bolívar, C. B. (2001) Pedagogía y Psicología. Revista Kinesis, Edición No. 31, pp- 97.
Corredor, C. (1992). Los Límites de la Modernización. Bogotá: CINEP.
Helg, A. (1987). La Educación en Colombia, 1918-1957: Una Historia Social, Económica y
Política. Bogotá: CREC.
Marciales, G. P. (2012). Psicología Educativa: Trayectorias, convergencias y vórtices. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.
Miñana, C. B. (2006). Saberes locales y construcción de lo público en la escuela. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
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