INTRODUCCIÓN
La identificación de los factores sociales posibilitadores de la participación estudiantil propuesta en el presente artículo, hace parte de los resultados parciales del proyecto “Factores sociales que posibilitan la participación estudiantil en la Universidad de Nariño”, en el que se pretende generar transformaciones sociales a partir de la compresión de los fenómenos encontrados en la población universitaria. en las esferas política, académica, artística y deportiva.
La participación es la base de la transformación social, el escenario desde el cual se nutre la democracia y se construyen sociedades autocríticas. De ahí, que Kandel (2007), cuestionara "si es posible concebir la democracia en las universidades cuando éstas se han convertido en el núcleo de la apatía y del desencuentro, en sistemas de reproducción de información y no de problematización de la misma", mientras Vecino Alegret (2003), advierte el delicado cuestionamiento que deben hacerse las universidades, "cuando es la apatía la principal forma de participación estudiantil". En ese sentido, Cabrera (2005), concibe que la problemática de la participación de estudiantes universitarios en los procesos que integran la dinámica del campus, corresponde a un malestar de la cultura contemporánea evidenciado no sólo en actividades extra clase sino intra clase, como causa no necesariamente del anclaje en estrategias pedagógicas tradicionales sino del triunfo del individualismo sobre la construcción comunitaria. De esta manera, "siendo la participación estudiantil el efecto de una compleja red de relaciones entre discursos y prácticas sociales" es necesario abordar su rol dinamizador, por cuanto es desde la interacción social donde las comunidades académicas construyen intersubjetivamente los sentires y sentidos de la realidad social, a fin de movilizar y re significar los efectos nocivos de la indiferencia y la apatía social marcados comportamientos de los estudiantes en la Universidad de Nariño.
La comprensión comunitaria de la participación estudiantil, permite problematizar el conjunto de relaciones desde donde se estructuran los fenómenos del mundo de la vida universitaria; cuestionando y aportando herramientas de comprensión al quehacer formativo de la Universidad de Nariño, dado su carácter público y su innegable e imperativo papel en la región. Desde su dimensión comunitaria, sabemos que cada estudiante es poseedor de un discurso, el cual muchas veces obedece a lógicas ideológicas que subsumen al individuo en un goce desenfrenado, que al alienarle le inhabilita para transformarse y transformar las condiciones de vida. Los cambios producidos en las sociedades y la cultura, permean las pequeñas o grandes interacciones comunitarias, las cuales muchas veces están sujetas a procesos de mecanización de la interacción social; es así, que en la Universidad es creciente el fenómeno donde los estudiantes limitan su tránsito por la vida universitaria a la adquisición de un saber desde el cual proyectan una vida individualista sujeta a la obtención de bienes y servicios.
La relevancia investigativa del presente estudio es indagar los factores sociales asociados a los procesos de participación estudiantil, en la inmediación de sistemas de desinformación, aparatos de control y represión, uso masivo de los medios de comunicación y crecientes fenómenos de organización masiva extrauniversitaria; fenómenos que presumen gran interés para la construcción de estrategias dentro del paradigma de la autonomía universitaria que permitan la problematización de lo público, lo integral, lo curricular y lo reivindicatorio.
Por otra parte, en la Universidad de Nariño existen diversas evidencias observacionales manifiestas en los listados de asistencia a foros, reuniones de comisiones de reforma e incluso en los listados de inscritos a deportes o grupos culturales donde se evidencia la baja participación estudiantil; siendo ese otro factor relevante del presente estudio para fundamentar desde el saber psicológico una descripción de los elementos que constituyen la realidad universitaria a partir de la interpretación de estructuras simbólicas y comunitarias en torno a los procesos de participación, a fin de brindar insumos a futuras intervenciones que favorezcan un mejoramiento en los niveles de participación en la Universidad.
Participación
La participación hace referencia a los procesos donde las personas no se limitan a ser simples observadores sino que se involucran en los procesos, se ven implicados, motivan el cambio con sus acciones y además lo hacen de forma constante. Participar debe significar tomar parte en las decisiones y las responsabilidades desde el sitio en el que se está y desde la función que se ocupa: para esto es necesario el diálogo y la organización; implica tanto dar ideas como concretarlas; participar es conocer, aceptar, compartir, trabajar y posibilitar soluciones, es estar siempre consciente de la importancia de formar parte de algo (Dueñas & García, 2012). Para definir los espacios de participación universitaria en que los estudiantes pueden verse involucrados, se debe tener en cuenta diferentes factores; en primer lugar el nivel de implicación de los estudiantes, el tiempo y los recursos que requiere pertenecer a dichos espacios, así como el conocimiento que se tiene de los espacios (Ferrer et al 2012).
Dentro de las funciones más relevantes de la universidad es la responsabilidad social, mediante la cual los estudiantes reciben una formación en valores de análisis, reflexión y participación democrática en los procesos sociales (Merhi, 2011), razón por la cual se debe resaltar la importancia de los espacios de participación universitaria como aquellos escenarios que permiten a los estudiantes, desarrollar actitudes, aprender nuevas habilidades y experimentar situaciones que impliquen su participación en la sociedad (Andolina, Jenkins, Zukin & Keeter , 2003). En relación con lo anterior se afirma que el contexto universitario cumple el deber de participar en la creación de la sociedad, labor que implica generar procesos reflexivos respecto a lo que los universitarios hacen, articulando principalmente tres aspectos, investigación, la docencia y la vinculación con la colectividad (Grondona y Rodríguez, 2012).
Teniendo en cuenta que la universidad se convierte en un espacio que desempeña un papel clave en el progreso de la cultura participativa del estudiante, en todos los campos en los cuales interactúa; se afirma que la participación de los estudiantes permite que la universidad se desarrolle en todos los espacios, brindado una educación formal, académica e integra, concibiendo la participación no sólo como un medio para mejorar los resultados sustantivos de la toma de decisiones entorno a diferentes procesos, sino también como una finalidad en sí misma, ya que la participación produce unos resultados positivos ligados al propio proceso participativo, es decir, permite que el sujeto adquiera diferentes aprendizajes actitudes y valores (Rodero, 2012).
Las universidades deben garantizar que sus estudiantes cuenten con diferentes escenarios académicos, políticos, culturales y deportivos promovidos por la misma institución. De esta manera los estudiantes tendrán derecho a participar, dentro del marco del respeto y la tolerancia por el otro, en los espacios académicos como conferencias, talleres, seminarios, debates, coloquios, conversatorios, publicaciones y las diferentes actividades definidas por las facultades y escuelas que a la vez podrán proponer la creación de nuevos espacios. Además se pretende que los escenarios universitarios fomenten la participación en espacios culturales y deportivos, debido a que estos hacen parte de la formación integral del individuo y garantizan su bienestar.
Comunicación
La psicología social concibe la comunicación como un término incluyente, que abarca todo contacto o interacción entre sujetos y afirma que toda conducta humana se basa en la misma, posibilitando la socialización del hombre. La comunicación como fundamento de la interacción social, es el mecanismo que ha hecho posible la existencia de la sociedad, es el principio básico de la organización social, y como tal, es requisito indispensable para las relaciones sociales; todo ello pone de manifiesto que la comunicación, antes que nada, es un proceso social articulado en torno al fenómeno de compartir, de poner en común, de vincular (Rizo, 2006). En la sociedad la comunicación es considerada el proceso primordial más efectivo que permite a las personas interrelacionarse y lograr acuerdos para beneficiar los procesos de su interés y desarrollo en los ámbitos personal, académico, cultural, político y demás. (Quero, Mendoza & Torres, 2014).
Se consideran tres niveles de análisis en los cuales se enmarca la interacción y el proceso de comunicación; la comunicación personal o intrapersonal, abarcando el plano de la intersubjetividad, la comunicación interpersonal, que focaliza su atención en las relaciones entre participantes de una misma interacción y la comunicación de masas, que tiene como eje central a los medios de difusión de información; a partir de ello y destacando la importancia de la comunicación en las relaciones con el otro se plantea que la interacción y la comunicación se encuentran ligadas por el lenguaje permitiéndole al ser humano relacionarse con el contexto que lo rodea, razón por la cual se afirma que en el proceso de comunicación los sujetos proyectan sus subjetividades y modelos del mundo y a la vez interactúan desde sus lugares de construcción de sentido; de esta manera se origina la comunicación interpersonal conocida como la base de las comunicaciones humanas, debido a que comprende las interacciones en las que los individuos ejercen influencia, por lo tanto en la relación de interacción con el otro los sujetos buscan adaptarse al comportamiento y expectativas estableciendo reglas, normas y dinámicas compartidas (Rizo, 2006).
La comunicación es fundamental para formar nuestra personalidad, que puede ser definida como la forma de entender y sentir la realidad. Así mismo, la comunicación se constituye como una necesidad del individuo para también, reconocerse y reconocer al otro. Por lo tanto se asume a la comunicación interpersonal como el tipo de transacción que tiene lugar cuando los comunicadores son deseosos y capaces de compartir parte de su individualidad y de estar conscientes de la individualidad de los otros (Domínguez, 2013). Una comunicación efectiva es aquella que le permite al ser humano desarrollarse; promueve la interrelación auténtica entre las personas al facilitar la expresión de los pensamientos y sentimientos de los y las participantes que conforman el tejido social; promueve la obtención y difusión de conocimientos, la construcción de una identidad y una cultura, reflexionar sobre nuevas formas de percibir y dar significado a la existencia; en síntesis es contribuir con el progreso de la humanidad (Naranjo, 2005).
Estrés Académico
El término estrés académico se utiliza cuando las reacciones adaptativas en un sujeto se presentan en un contexto educativo el cual aumenta en relación al progreso académico, cabe resaltar que cuando el sujeto llega a la educación superior se presenta un punto elevado de estrés a causa de las altas cargas de trabajo, además coincide con una etapa de la vida en la que el estudiante debe enfrentarse a muchos cambios, específicamente, el ingreso a la universidad, coincidiendo con el proceso de separación de la familia, la incorporación al mercado laboral y la adaptación a un medio poco habitual (Pulido et al, 2011), en relación con ello se afirma que las exigencias académicas se comportan como estresores curriculares de respuestas por lo que son conocidas específicamente como estrés académico (Huaquín & Loaíza, 2004).
Este complejo fenómeno implica la consideración de variables interrelacionadas tales como estresores académicos, experiencia subjetiva de estrés, moderadores del estrés académico y finalmente, efectos del estrés académico. Todos estos factores aparecen en un mismo entorno organizacional, la Universidad, la cual implica un conjunto de situaciones altamente tensionantes puesto que el individuo puede experimentar una falta de control sobre el nuevo ambiente, potencialmente generador de estrés (Martin, 2007). Es posible afirmar que la presencia de éste en estudiantes de todos los niveles y edades es una realidad que sin lugar a duda acontece en las instituciones académicas (Román, Ortiz & Hernández, 2008). El estrés académico describe aquellos procesos cognitivos y afectivos que el estudiante percibe del impacto de los estresores académicos, es decir, el estudiante evalúa diversos aspectos del ambiente académico y los clasifica como amenazantes, como retos o demandas a los que puede responder eficazmente o no; estas apreciaciones se relacionan con emociones anticipatorias tales como: preocupación, ansiedad, confianza, ira, tristeza, satisfacción, alivio, entre otros. (Afonso, Calcines, Monteagudo & Nieves, 2015).
Barraza (2003, citado por Garcia et al, 2012) afirma que los mayores niveles de estrés se encuentran relacionados con situaciones como la competitividad grupal, la sobrecarga de tareas, el exceso de responsabilidad, las interrupciones del trabajo, un ambiente físico desagradable, la falta de incentivos, el tiempo limitado para hacer el trabajo, los problemas o conflictos con los asesores, los conflictos con compañeros, las evaluaciones y el tipo de trabajo que se pide; en relación a ello cabe resaltar que los exámenes conforman en cierta medida uno de los estresores académicos fundamentales en la vida estudiantil, con sensibles efectos en los individuos. El estrés académico afecta a variables tan diversas como el estado emocional, la salud física o las relaciones interpersonales, donde se distinguen efectos relacionados con lo conductual, cognitivo y fisiológico sea a corto o largo plazo; tales como hábitos poco saludables como el consumo excesivo de cafeína, patrones emocionales ligados con la ansiedad y menor respuesta del sistema inmunológico. La universidad se convierte entonces en un entorno en el cual se encuentran un conjunto de situaciones altamente estresantes debido a que el individuo puede experimentar una falta de control sobre el nuevo ambiente, siendo más prevalente el estrés en los primeros semestres de la carrera, periodos anteriores a exámenes, las notas finales, el excesivo trabajo para casa, entre otros (Martin, 2007).
Motivación
De forma general, el término motivación es un concepto que se utiliza cuando se quiere describir las fuerzas que actúan sobre, o dentro de un organismo, para iniciar y dirigir la conducta de éste; es decir, son fuerzas que permiten la ejecución de conductas destinadas a modificar o mantener el curso de la vida de un organismo, mediante la obtención de objetivos que incrementan la probabilidad de supervivencia, tanto en el plano biológico, como en el plano social (Palmero, Guerrero, Gomez, Carpi & Gorayeb, 2011). Este término también puede ser utilizado para explicar y entender las diferencias en la intensidad de la conducta, en otras palabras las conductas más intensas pueden ser consideradas como el resultado de los más elevados niveles de motivación. Igualmente, el término motivación puede usarse para indicar la dirección selectiva de una conducta (Palmero et al, 2011).
La motivación es aquello que impulsa a una persona a realizar determinadas acciones y a persistir en ellas hasta el cumplimiento de sus objetivos; implica la existencia de alguna necesidad, ya sea absoluta, relativa, de placer o de lujo; cuando una persona está motivada a “algo”, considera que ese “algo” es necesario o conveniente. En relación con lo anterior se entiende la motivación como el lazo que lleva esa acción a satisfacer la necesidad, en este sentido, la motivación se convierte en un activador de la conducta humana (Pila, 2012), la motivación además, es una variable intangible, se infiere su presencia a partir de ciertas manifestaciones de un individuo (Palmero et al, 2011).
Las conductas no ocurren de forma espontánea, ya que son inducidas, bien por motivos internos o incentivos ambientales. La motivación tiene que ver con las razones que subyacen a una conducta y pueden ser analizadas al menos en dos niveles: por una parte, preguntando por qué un individuo exhibe ciertas manifestaciones conductuales; por otra parte, preguntando cómo se llevan a cabo tales manifestaciones conductuales. La explicación de la conducta en términos de los mecanismos motivacionales referidos al porqué, tiene que ver con la causa última, mientras que la explicación en términos referidos al cómo, tiene que ver con la causa próxima (Palmero et al, 2011).
Imaginarios
Se entiende el carácter del imaginario como esquema interpretativo que hace posible la realidad social, con los imaginarios la colectividad define su identidad construyendo su propio sistema de referencias y regula la acción social (Cegarra, 2012). El concepto de imaginario se interesa por la indagación del conocimiento que las personas tienen sobre la sociedad en que viven, para luego averiguar en qué medida dicho conocimiento permite y legitima la acción de los sujetos (Moreno & Rovira, 2009).
Al considerarse un esquema de interpretaciones y de valoración, el dispositivo imaginario provoca la adhesión a un sistema de valores e interviene eficazmente en el proceso de su interiorización por los individuos, moldea las conductas, cautiva las energías, y llegado el caso conduce a los individuos a una acción común; se le asigna un papel de socialización al intervenir en distintos niveles de la formación y construcción permanente de la compleja trama social (Cegarra, 2012).
Un imaginario social es una construcción histórica que abarca el conjunto de instituciones, normas y símbolos que comparte un determinado grupo social y, que pese a su carácter imaginado, opera en la realidad ofreciendo tanto oportunidades como restricciones para el accionar de los sujetos. De tal manera, un imaginario no es una ficción ni una falsedad, sino que se trata de una realidad que tiene consecuencias prácticas para la vida cotidiana de las personas (Moreno & Rovira, 2009).
Teniendo en cuenta lo anterior se hace la salvedad de que el concepto de institución que se retoma no es un sinónimo de organización, sino que tiene un carácter antropológico ya que, a lo largo de la vida cotidiana las personas establecen dinámicas de interacción, las cuales se regularizan y entonces se transforman en instituciones. De tal manera una institución es una construcción social que con el tiempo adquiere una vida propia y que tiene la capacidad de moldear la vida cotidiana de las personas (Moreno & Rovira, 2009).
MÉTODO
Paradigma
El estudio se realiza desde el paradigma cualitativo, porque su intencionalidad se centra en la comprensión de una realidad construida históricamente y analizada en sus particularidades a la luz del sentir y la lógica de sus protagonistas. Técnicamente, utiliza el método inductivo con una perspectiva holística y con un diseño flexible (Hamui & Varela, 2012).
Enfoque
Se parte desde el enfoque histórico-hermenéutico debido a su origen en el interés práctico de ubicar y orientar la praxis personal y social dentro de un contexto histórico. Este interés presupone un contexto social, en el cual el lenguaje es el medio que hace posible la intercomunicación y la interacción. Es un enfoque de carácter inductivo, porque busca comprender, interpretar y elaborar conceptos a partir de los resultados. Se interesa por conocer la realidad desde la perspectiva de los participantes y comprender los sentidos y significados que los actores sociales le dan a un determinado fenómeno, sin pretender intervenir sobre dicha realidad (Gómez & Villalobos, 2014).
Tipo de estudio
Fenomenológico este tipo de estudio centra su atención en los individuos, otorgando un lugar privilegiado a la subjetividad como fuente de conocimiento. Su función es ayudar a comprender un fenómeno no desde la interpretación externa, sino a partir de la experiencia propia, desde el relato del individuo que expresa sus vivencias. La fenomenología permite estudiar diferentes situaciones, por medio de la escucha atenta y la descripción detallada de cada evento, para elaborar una estructura que represente dichas vivencias (Gómez & Villalobos, 2014).
Participantes
Unidad de análisis: Estudiantes de la Universidad de Nariño de las sedes Torobajo, centro y VIPRI de la Universidad de Nariño.
Unidad de trabajo: Se realizaron 4 grupos focales de 7 estudiantes cada uno, con matricula vigente al periodo A de 2015 pertenecientes a diferentes programas de las sedes Torobajo, centro y VIPRI de la Universidad de Nariño.
Técnicas e instrumentos
En la presente investigación se utilizó la técnica de grupos focales, la cual se caracteriza por ser un espacio de opinión para captar el sentir, pensar y vivir de los individuos, provocando auto explicaciones para obtener datos cualitativos. La técnica es particularmente útil para explorar los conocimientos y experiencias de las personas en un ambiente de interacción, que permite examinar lo que la persona piensa, cómo piensa y por qué piensa de esa manera. El trabajar en grupo facilita la discusión y activa a los participantes a comentar y compartir sus opiniones (Hamui & Varela, 2012).
Procedimiento
En un primer momento se hizo un acercamiento a la literatura científica relacionada con los factores sociales que posibilitan la participación estudiantil, para con ello obtener información teórica que permitiera delimitar las categorías deductivas. En la segunda fase de la investigación se realizó el acercamiento con la población y se aplicó la técnica de grupo focal en 4 grupos de estudiantes. Finalmente con los resultados obtenidos se realizó el análisis de la información y la respectiva triangulación con la teoría de referencia.
Resultados
La participación estudiantil es un proceso que permite el desarrollo de las potencialidades del ser humano desde diferentes perspectivas, de ahí la importancia de que los contextos universitarios posean dentro de sí escenarios que permitan conjugar diferentes actores, dando paso a la interacción entre sujetos y la potencialización de los mismos en diferentes dimensiones. Existen factores asociados a dicha participación, los cuales posibilitan el accionar de las personas frente a los espacios proporcionados, teniendo en cuenta la información teórica, el acercamiento con el grupo focal y el análisis de los discursos los resultados arrojaron los siguientes datos.
Comunicación
En el factor comunicación los resultados encontrados indican, que existe cierta debilidad en la difusión de la información de actividades programadas en la Universidad, que sumado al gran número de estudiantes en el Campus Universitario, y la distancia entre las diferentes sedes, no se logra una suficiente cobertura. Se puede observar en respuestas cómo;
“El campus es bastante extenso y la gente es muchísima, además de que todos tienen horarios muy diferentes, para llegar la información a todos debe ser complicado, pero de eso se encarga se supone que la función de bienestar universitario es publicitar eso y hacer que por lo menos las personas estén enteradas”.
“Pues, la verdad tengo muchas expectativas frente a esto y quisiera que exista más información por ejemplo en la parte académica quisiera que exista, no sé si exista informarme sobre convenios y becas universitarias para especializaciones o post grado, intercambios culturales”.
Estrés académico
Se identificó exceso de carga académica y tiempo limitado para la misma, por consiguiente, se requeriría un tiempo extra para participar de las actividades que ofrece la Universidad. Se observa dificultad en la administración del tiempo y existe cierta incompatibilidad en los horarios de los programas y las actividades programadas. Se pudieron apreciar afirmaciones como:
“Falta de tiempo quizá sea un factor que influye mucho en la participación de las actividades ya que uno se centra mucho en hacer lo que le toca realizar exposiciones, estudiar para parciales y tal vez no saca tiempo para dedicar a otras áreas que también son importantes y también desconocimiento que uno tiene frente a las actividades que la universidad realiza”.
Motivación
La motivación es un factor muy importante que interviene en esta problemática ya que remite a toda una variedad de intereses que movilizan o no a la participación, entre ellas se encuentran por ejemplo, el interés personal como el de fortalecer el desarrollo integral, la formación académica y profesional, la búsqueda de autonomía y legitimidad de los derechos y deberes de los estudiantes. En otro orden motivacional se identificó el interés social que propende por un reconocimiento y aceptación social, así como un deseo de filiación. Cabe resaltar también que la afinidad con las temáticas o actividades programadas es un elemento importante dentro de la motivación que promueven a la participación de estos espacios. Las siguientes proposiciones dejan en evidencia el papel de la motivación en la participación.
“Yo creo que en las actividades en las que se participa es más por gusto, particularmente las deportivas y las académicas o sea a uno porque le gustan, yo creo que a nadie le obligan a estar sentado en un seminario o practicar un deporte, a veces como lo decíamos toca por manejo de la universidad o requisitos uno hace los créditos deportivos y los académicos porque tiene que pasar sus currículos completos pero uno más se vincula cuando les tiene afecto o tiene una rutina que es cuando lo practica”.
“Particularmente las expectativas son aquel conocimiento, en cuanto a lo deportivo disfrutar cambiar de ambiente y pasar lograr cumplirlo, las actividades políticas quizás las expectativas son limitadas uno quizás quiere transformación política en cuanto al bienestar del país o la sociedad sin embargo uno se limita un poco y las artísticas las expectativas son también como distraerse, disfrutar de tu entorno, fomentar la creatividad”.
Apatía
Partiendo de que la apatía se relaciona con una especie de desmotivación o indiferencia, se identificó en relación a este factor que; las cátedras extra clase son realizadas por cumplir con las exigencias del pensum, esto porque dentro de las respuestas de los participantes, se establece una relación entre actividades programadas por la Universidad, con espacios académicos como talleres de formación humanística, diplomados, seminarios, congresos, conferencias requeridos; por consiguiente la participación en ellas depende de la afinidad con su perfil profesional, o porque éstas son requisitos académicos o exigencias por cumplir dentro de los espacios académicos. Otro aspecto que se resalta en este factor es que no se reconoce un liderazgo que permita la identificación de los estudiantes. Las siguientes afirmaciones dan cuenta de ello.
“La parte que ya no me gusta es cuando empiezan en actos de violencia y pues así no se gana nada y a mí me da como miedo participar”.
“Yo la verdad soy un poquito apático a las cuestiones políticas, sobre todo con los temas que pueda que me competan pero no lo veo así los temas de la universidad por ejemplo la elección del rector y demás me da apatía realmente, no me gusta la política, no tengo un buen concepto de ella, trato de no vincularme mucho con ella, en cuanto a los temas sociales de protestas y demás, frente a la huelga de maestros no sería conveniente ser parte nuestra o no se me involucro de cierta manera tratando de buscar soluciones por las vías pacíficas, hablando, las vías de hecho no las comparto y estoy totalmente en contra porque esto demuestra lo más bajo del ser humano, que simplemente se tornan violentos porque si pero no es una forma correcta de llegar a los temas por eso soy apático”.
“Si se han llenado mis expectativas sin embargo pienso que falta mucho compromiso y falta mucho apoyo por parte de la universidad teniendo en cuenta que somos los estudiantes los que están representando a la universidad y muchas veces es simplemente un esfuerzo del estudiante y la universidad no colabora”.
Imaginarios
Los imaginarios colectivos, los imaginarios sociales son un factor relevante en la participación y dinamizan de manera significativa las dinámicas de los grupos; dentro de los participantes se develaron imaginarios orientados mayormente a las actividades de orden político y se considera que las actividades políticas están relacionadas con actos violentos y que además las organizaciones estudiantiles tienen un discurso limitado y una ideología extremista; además la realización de muchas de estas actividades se asocian con pérdida de clase. Se puede apreciar en las siguientes proposiciones recurrentes.
“Y otra razón es que hay muchas rivalidades entre las asociaciones juveniles es impresionante, aparte de que se extremisan y digamos uno pues asiste a los debates y uno se da cuenta que son primero muy egoístas con sus conocimientos y segundo no son de mente abierta se cierran mucho en sus ideologías y no le dan cabida al otro”.
“a veces si son causas justas que uno en verdad está de acuerdo con las reformas o lo que nos quiere implementar a veces el gobierno pero al llegar a la etapa de la violencia la verdad no, porque no se está llegando a nada además la mayoría es para perder clases, la verdad”. (Ver tabla 1 en PDF)
DISCUSIÓN
A partir del proceso investigativo, fue posible evidenciar los factores que posibilitan la participación, así como corroborar a través del discurso de los participantes la importancia de la existencia de espacios que fomenten la participación estudiantil en todos los aspectos y que los involucren como sujetos activos de las mismas a partir de los factores implicados como el tiempo y los recursos, tal como se señaló teóricamente Ferrer (et al 2012). Se logró hacer visible la necesidad de contar con actividades que conjuguen las diferentes esferas que permiten el desarrollo del potencial humano recibiendo por parte de la universidad una formación integral que impliquen su participación en sociedad, afianzando así el postulado de Andolina et al. (2003).
Respecto a la comunicación es posible afirmar lo significativa que es ésta en relación a la participación estudiantil, puesto que permite el conocimiento de los diferentes procesos que se desarrollan en la universidad y en ese sentido la interacción interpersonal entre los miembros de la misma, constatando así con lo expresado por Quero, Mendoza & Torres (2014) al postular que esto contribuirá al desarrollo en los distintos ámbitos de las personas como lo personal, académico, cultural, político y deportivo. Se observó que este proceso es bastante débil dentro del campus universitario, ya que no se da la cobertura suficiente ni tampoco se da a conocer de manera adecuada y oportuna aquello que se ofrece como actividad, el hecho de que no exista una comunicación pertinente entre los actores encargados de divulgar la información y quienes la reciben influye directamente en el interés que el sujeto tenga en aquello que brinda la universidad a lo largo de su estancia en ella; en ese sentido se da de manifiesto el hecho de que el déficit comunicacional presente en la universidad influye directamente en los niveles de participación por parte de los estudiantes, debido a que no conocen muchos de los espacios que se brindan o no reciben la información adecuada en relación a ellos.
Por otra parte en cuanto al estrés académico los resultados de la investigación constatan con la teoría en un principio formulada, puesto que su presencia en la cotidianidad de los estudiantes universitarios es una realidad observable así como lo expresan Román, Ortiz & Hernández (2008); los sujetos participantes aseguraron que un factor contundente en la participación en los distintos escenarios ofrecidos por la universidad es la carga académica y los estresores que viene consigo tal como lo indican Huaquín & Herrera (2004). La sobrecarga de trabajo y el tiempo reducido frente a sus carreras trae como tal la poca participación en los espacios de diferente índole que se dan en la universidad puesto que el no sobrellevar bien tales tareas la acumulación de trabajos así como el afán de obtener buenos resultados trae consigo situaciones altamente tensionantes (Martin, 2007), además de la aparición de sentimientos como preocupación y ansiedad (Alfonso et al. 2015) alejando a los sujetos de involucrarse en los diferentes escenarios.
Con relación al factor social de motivación se puede notar que los sujetos anclan su participación en actividades por el aprendizaje significativo que les representa, gustos, preferencias y su formación integral, esto evidenciado en lo referido por Pila (2012) al decir que la motivación es aquello que impulsa a una persona a realizar determinadas acciones y a persistir en ellas hasta el cumplimiento de sus objetivos y que implica la existencia de alguna necesidad, ya sea absoluta, relativa, de placer o de lujo que sea considerada por la persona como algo necesario o conveniente.
Finalmente los imaginarios que tienen los estudiantes universitarios son un factor relevante que incide en la participación y dinamiza de manera significativa las dinámicas de los grupos; se identificaron imaginarios orientados especialmente en las actividades de carácter político encontrando que los participantes relacionan estas actividades con actos violentos y que además las organizaciones estudiantiles tienen un discurso limitado y una ideología extremista, a partir de esta información se puede evidenciar como los esquemas interpretativos de la sociedad y contexto en que se desenvuelven los sujetos legitiman sus acciones como lo refieren (Moreno & Rovira, 2009).
CONCLUSIONES
El proceso investigativo permitió evidenciar y ratificar la importancia de reconocer los factores que posibilitan la participación estudiantil, en una visión de intervención comunitaria, ya que su desconocimiento genera dinámicas en contraposición al propósito de construcción de sociedad enmarcada en el contexto universitario. Se observó como tales factores dependiendo de su funcionamiento son quienes impulsan u obstaculizan la acción participativa de los sujetos como constructores y mediadores de la transformación social desde el rol estudiantil.
Resulta significativo resaltar el papel fundamental que juega la comunicación en la participación, puesto que la ejecución inadecuada de esta afecta de manera directa los niveles de participación en el estudiantado donde el desconocimiento de gran parte de espacios ofrecidos por las dependencias hace que los niveles de asistencia a estos sean notoriamente bajos, tal como lo demuestra el presente estudio, razón por la cual se enfatiza en la importancia de generar procesos de interacción pertinentes donde los entes a cargo de la difusión de información de la universidad provea estrategias que permitan que todos los estudiantes se mantengan actualizados de lo que está ocurriendo y de esa manera fortalecer este aspecto tan trascendental.
Un eje crucial dentro del ámbito universitario es el estrés académico siendo un fenómeno cuyas implicaciones afectan de manera directa la participación, incluso la intensión de los individuos de ser partícipes de algún escenario diferente a lo académico disminuye si este aspecto se encuentra presente, razón por la cual resulta importante que los contextos universitarios tengan en cuenta este punto con el fin de dar manejo oportuno y pertinente con el fin de disminuir los resultados contraproducentes que esto trae consigo. En relación con ello es posible asegurar que la motivación fue un punto fundamental, ya que como atributo envuelve componentes claves de las interacciones dentro del campus universitario, puesto que a partir de su análisis se demostró cómo los comportamientos en torno a la participación se encuentran en un marco motivacional que permite a cada individuo desde su interés particular asistir, interesarse o ser partícipe de los diferentes escenarios; en contraposición a este concepto se encontró que la apatía interviene dentro de la participación puesto que muchos de los estudiantes mostraron indiferencia frente a ser parte de diferentes procesos, fuera de lo extra clase, ofertados por la universidad.
Los imaginarios por su parte han constituido esquemas dentro del campus universitario que en gran medida han promovido la no participación estudiantil, puesto que han suscitado creencias frente a ciertas dinámicas universitarias especialmente lo concerniente a lo político, en relación con organizaciones estudiantiles, donde el discurso y las formas de movilización han desarrollado un papel determinante dentro de este aspecto.
REFERENCIAS
Alfonso, B., Calcines, M., Monteagudo, R. & Nieves, Z. (2015). Estrés académico. Rev EDUMECENTRO, 7, 163-178.
Andolina, M., Krista., J. Zukin,C. Keeter, S. ( 2003) Habits from home lessons from school; influences on youth civic engagement” Political Science & Politics, pp 275-280.
Cabrera, E. (2005). Palabras que dejan huella: violencia en la escuela a través del discurso. Revista Iberoamericana de Educación, 037, 49-54.
Cegarra, J. (2012). Fundamentos Teórico Epistemológicos de los Imaginarios Sociales Cinta moebio 43: 1-1.
Domínguez, R. (2013). La comunicación interpersonal: elemento fundamental para crear relaciones efectivas en el aula. Razón y palabra. Primera Revista Electrónica en América Latina Especializada en Comunicación.
Dueñas, L. & Edgar, G. (2012). El estudio de la cultura de participación, aproximación a la demarcación del concepto. Razón y palabra. Primera Revista Electrónica en América Latina Especializada en Comunicación.
Ferrer,M. Figueras,M. Hernández-Leo, D. García,M, Murillo,C. Fernández , F.(2012) La participación estudiantil en la UPF, Consell Social, Universidat Pompeu Fabra, Barcelona España, ISBN 84-695-7220-2
Gómez, Y. & Villalobos, F. (2014). Competencias para la formulación de un proyecto de Investigación. Guía metodológica del proyecto INVESTIC para docentes investigadores.
Grondona, O. Rodríguez, M. (2012) Universidad y sociedad; análisis de una experiencia de psicología social comunitaria en Quito, Abya-Yala, Quito Ecuador, ISBN 978-9978-10-119-3
Hamui, A. & Varela, M. (2012). La técnica de grupos focales. Investigación en educación médica 4 (16).
Huaquín, V. & Loaíza, R. (2004). Exigencias académicas y estrés en las carreras de la facultad de medicina de la universidad austral de chile. Estud. Pedagóg, 30, 39-59.
Kandel, V. (2007) Participación estudiantil y gobierno universitario. Nuevos actores - viejas estructuras. Universidad de Buenos Aires.
Kandel, V; Cortés, C; (2002). Reflexiones en torno a las nuevas formas de participación estudiantil en la vida política de la universidad. Fundamentos en Humanidades.
Martin, I. (2007). Estrés académico en estudiantes universitarios. Apuntes de Psicología, 25, 87-99.
Moreno, C. & Rovira, C. (2009). Imaginarios: Desarrollo y aplicaciones de un concepto crecientemente utilizado en las Ciencias Sociales. Investigación para la Política Pública, Desarrollo Humano, RBLAC-UNDP.
Naranjo, M. (2005). Perspectivas sobre la comunicación. Universidad de Costa Rica. Facultad de Educación, Instituto de Investigación en Educación.
Palmero, F., Guerrero, C., Gómez, C., Carpi, A. & Gorayeb, R. (2011). Manual de teorías emocionales y motivacionales. Departament de Psicologia Bàsica, Clínica y Psicobiologia.
Pila, J. (2012). La motivación como estrategia de aprendizaje en el desarrollo de competencias comunicativas. Tesis para optar por el grado de Magister en Docencia y Gerencia en Educación Superior.
Pulido, M; Serrano, M; Valdés, E; Chávez, M; Hidalgo, P; Vera, F. (2011). Estrés académico en estudiantes universitarios. Psicología y salud.
Quero, Y., Mendoza, F. & Torres, Y. (2014). Comunicación efectiva y desempeño laboral en Educación Básica. Negotium, vol. 9, núm. 27, enero-abril, 2014, pp. 22-33. Fundación Miguel Unamuno y Jugo Maracaibo, Venezuela.
Rizo, M. (2006). La psicología social como fuente teórica de la comunicología. Breves reflexiones para explorar un espacio conceptual común. Andamios. Revista de Investigación Social.
Rodero, E. (2010). La participación de los estudiantes en la universidad. Universitat Pompeu Fabra. Barcelona.
Román, C.; Ortiz, F. & Hernández, Y. (2008). El estrés académico en estudiantes latinoamericanos de la carrera de Medicina. Revista Iberoamericana de Educación. 46, 25.
Vecino, F. (2003) La universalización de las universidades: Retos y Perspectivas. Palacio de las Convenciones. Ciudad de la Habana.