Abstract: This article of analysis and theoretical understanding, posits a brief traditional psychoanalytic understanding of psychotic organizations, reading authors like Juan David Nasio (2001- 2008), y Ledoux (1987), been made from the works of Sigmund Freud (1903), Melanie Klein (1929), Donald Winnicott (1959), Jacques Marie Émile Lacan (1966), Françoise Doltó (1979), y Jean Bergeret (1980), an understanding of psychotic organizations. Wanted to glimpse some of the contributions that these various authors have offered deeper subjective logic underlying psychosis while psychic structure.
Keywords: Psychoanalysis, Subject, Himself, Understanding Clinical- Psychological, Psychotic Organizations.
Breve Introducción sobre las Contribuciones que Sigmund Freud realiza desde una Comprensión Clínico-Psicológica en la Formación de las Organizaciones Psicóticas
Sigmund Freud (1903), a partir de las memorias que Daniel Paul Schreber, escribió sobre la evolución de su enfermedad “Nerviosa” en: Memorias de un Enfermo Nervioso (1979), durante el tiempo que estuvo hospitalizado en el Hospital de Sonnestein en 1844. Sigmund Freud, estudio su obra y un año después, pública un comentario acerca de ella (Memorias de un Neurópata ,1903); Freud (1903), nunca conoció personalmente al presidente Schreber, solo lo hizo a través de su libro.
El presidente Schreber, llamándose así en su delirio, era psicótico; a partir de este caso, Freud comenzó a realizar una aproximación conceptual sobre la formación de las organizaciones psicóticas, y llegó a comprender que el psicótico sustrae gran parte de su carga a los objetos libidinales y al mundo en general, vive en su espacio interior, y en consecuencia, no podría tener acceso al Psicoanálisis (Nasio, 2001).
Es así, como Freud a partir del caso Schreber, se permite realizar contribuciones a los conceptos de la ubicación del Sí mismo, tomando como objeto libidinal el concepto de narcisismo, y el concepto de represión. Freud se ocupa de esta patología con una mirada distinta, ya no va a tener que ver con la clínica psiquiátrica de esa época, que se encargaba de observar solamente al sujeto en su conducta, y no desde la lógica interna del discurso del sujeto, lo cual logra que Freud, se separe de las concepciones psiquiátricas de esa época entorno a la Psicosis (Nasio, 2001).
Para esto, Freud trata de demostrar que la locura debe comprenderse, no desde el punto de vista del observador, sino desde el interior, desde el punto de vista del que delira. Es aquí donde el inconsciente para Freud, obedece a una lógica rigurosa en sus manifestaciones clínicas; en este sentido, el delirio es comprendido como un intento de curación, frente a la experiencia de derrumbe mental (Nasio, 2001).
A partir de las contribuciones de Freud en torno a la Psicosis, serán entonces sus herederos quienes explicaran respecto a las comprensiones de Freud, la formación de las Organizaciones Psicóticas; donde principalmente a través de Melanie Klein (1929), quien situará la Psicosis sobre una explicación de una relación arcaica con la madre, Jacques Marie Émile Lacan (1966), quien va a efectuar un avance decisivo sacando el mayor partido posible de ciertas nociones freudianas en: Historia de una Neurosis Infantil (1917-1919), para individualizar un concepto específico que juegan las estructuras simbólicas “Lo real por vía del Imaginario”, en la comprensión de los procesos psicóticos como la forclusion. Donald Woods Winnicott (1959), quien no elaboro una teoría sobre la Psicosis, pero suministró unas ideas de la teoría del desarrollo emocional temprano, en la concepción biológica de los cuidados maternos, y Françoise Doltó y Jean Bergeret (1979-1980), con la contribución francesa al Psicoanálisis, en tanto a sus aportaciones clínicas sobre las organizaciones psicóticas en las nociones de: sujeto, lenguaje, deseo, cuerpo, estructura de personalidad y rasgos del carácter psicóticos, esquizofrénicos y paranoicos.
Estos, son los aportes teóricos que nuestro Padre en cada contribución al Psicoanálisis, permite comprender hacia un camino de la subjetividad, y en particular, a la lógica interna que se mueve en un mundo psíquico cargado de manifestaciones inconscientes.
Metodología
Para el presente artículo se emplea un Análisis Textual, sobre las relaciones conceptuales utilizadas en textos de corte psicoanalítico, con el fin, de expresar argumentativamente dichos conceptos.
Por lo tanto, este análisis permite reflexionar sobre la necesidad de comprender aquellos aportes teóricos de corte psicoanalítico a través de la historia, en una comprensión Clínico-Psicológica, que explica las formaciones que subyacen a la Psicosis en tanto estructura psíquica.
La Paranoia, una Comprensión desde la Lógica Interna en el Discurso del Sujeto
Para Freud (1910), la paranoia, es la expresión de una fijación narcisista y también de la lucha contra esta fijación. La paranoia, presenta unos mecanismos que la ponen en juego: el primero, la proyección, entendida como un mecanismo de defensa que opera en situaciones de conflicto emocional o amenaza de origen interno o externo, atribuyendo a otras personas u objetos los sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan inaceptables para el sujeto (Nasio, 2001).
Es así, como en este mecanismo se proyectan los sentimientos, pensamientos o deseos que no terminan de aceptarse como propios, porque, generan angustia o ansiedad dirigiéndolos hacia algo o alguien, y atribuyéndolos totalmente al objeto externo.
El segundo mecanismo que presenta Freud sobre la paranoia es la represión. En la paranoia, consiste en un desprendimiento parcial o general de la libido, la libido que estaba asociada a objetos exteriores se repliega sobre el yo. Ese proceso calificado como silencioso, sería la etapa de la represión propiamente dicha, mientras que el delirio, sería la expresión de un retorno de lo reprimido, que vuelve a volcar la libido en objetos que ésta había abandonado (Nasio, 2001. Pp 62,65).
Para Freud, la nueva realidad creada en la locura es siempre inadaptable, no para el sujeto que vive esta realidad psíquica, sino más bien, para quienes le rodean; una cultura que vive una realidad guiada por un código de valores (normas, política, leyes…), una cultura que nazca de donde nazca, impregnará a los sujetos en sus consciencias limitando sus capacidades de expresión, de revelación. Es por esto que, la distinción principal entre Neurosis y Psicosis que Freud plantea, queda plasmada en el siguiente fragmento: “La Neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada de ella; la Psicosis la desmiente y procura sustituirla” (Nasio, 2001, quien retoma los postulados de Freud, 1910: pág. 195).
Es así como Freud, deja abierta la posibilidad de que en la Psicosis también se recurra a la fantasía como material para la nueva realidad sustituta a partir, de los fragmentos del vínculo que el sujeto había tenido con la realidad hasta el momento (huellas mnémicas, representaciones inconscientes).
Una Relación con la Madre que determina una Organización Compleja en la Construcción que el Sujeto Forma de la Realidad
En sus aportes teóricos, Melanie Klein (1930), no teorizo en rigor la Psicosis y Neurosis Infantil, pero fue la primera en psicoanalizar niños y en dar nuevos puntos de referencia para las Psicosis. Trato a niños muy pequeños que presentaban perturbaciones graves de la personalidad, cada tratamiento basado en el análisis de niños, le brindaba la oportunidad de formular preguntas, confirmar hipótesis, de realizar progresos técnicos audaces, y de producir nuevas teorizaciones sobre las organizaciones psicóticas en los niños, teorizaciones revolucionarias para la época (Ledoux, 1987; quien retoma a Klein ,1930 p 9-16).
A partir de 1929, los aspectos técnicos fundamentales de la práctica de Klein, obedecían a los mismos principios del análisis en el adulto (el descubrimiento de la técnica del juego, y la existencia de la transferencia con los niños), por ejemplo: el niño no produce asociaciones verbales como el adulto, por el contrario, juega, se mueve, se manifiesta en diferentes modos expresivos que son considerados por Klein como simbólicos, al representar un discurso de transferencia, pueden ser objeto de interpretación, y permite tener acceso a lo inconsciente a través de sus fantasías.
Otros aspectos fundamentales en la práctica de Klein, es la consideración de que en la angustia está el centro de la cura y se debe construir la situación analítica. La angustia, es un motor pero también un freno, a veces habrá que aliviarla, a veces habrá que suscitarla para poder interpretarla. Para esto, se tendrá contacto con el inconsciente del niño y se actúa sobre la angustia, por un lado, movilizándola mediante la interpretación, por otro, movilizando las angustias más profundas siempre mediante la interpretación, a fin de mantener el interés del niño por su tratamiento (Ledoux, 1987; quien retoma a Klein, 1929, p 86).
Es así, como a partir de la práctica Klein, se fundamentan conceptualizaciones teóricas para la comprensión de la Psicosis en los niños al tratar el caso de Dick, quien era un niño de cuatro años que por la pobreza de su vocabulario y desarrollo intelectual estaba en el nivel de un niño de 15 ó 18 meses. Presentaba dificultades de adaptación y relación emocional con su ambiente, carecía de afecto y era indiferente a la presencia o ausencia de la madre o su niñera, no tenía casi intereses, no jugaba y no tenía contacto con su medio, generalmente articulaba sonidos ininteligibles pero tampoco los deseaba, repetía constantemente ciertos ruidos cuando hablaba, y utilizaba incorrectamente su escaso vocabulario.
Más aún, cuando la madre advertía a veces claramente en Dick una actitud fuertemente negativa, al expresar precisamente lo contario de lo que se esperaba de él por ejemplo, si la madre lograba hacerlo repetir junto con ella algunas palabras, con frecuencia Dick las alteraba completamente, aunque otras veces podía pronunciar perfectamente esas mismas palabras. Además, a veces repetía correctamente las palabras, pero seguía repitiéndolas en forma incesante y mecánica hasta que saturaba a todos.
Lo anterior, en la práctica de Klein sobre la (oposición y obediencia de Dick), no se reflejaba afecto ni comprensión alguna, además, cuando se lastimaba, demostraba gran insensibilidad al dolor y no experimentaba el deseo universal de todo niño pequeño de ser consolado y mimado.
Es así, como desde el principio de la práctica de Klein en el caso de Dick, sólo rara vez había manifestado angustia, e incluso en un grado anormalmente reducido, con excepción de cierto interés especial: el primero, la existencia desde el primer año de vida del niño de pecho, en particular la precocidad de la aparición del conflicto edípico y del superyó precoz y feroz; este es sometido a pulsiones agresivas y destructoras, es sometido a la fragmentación que elabora mecanismos de defensa precoces, donde se encuentra el clivaje del yo, expresión creada por Freud (1927), como un estado de incoherencia de un fenómeno estructural. Más adelante sobre estos aportes freudianos, Klein retomó esta “expresión” para desplazar el clivaje hacia el objeto de deseo, al ser considerado como un mecanismo de defensa que poco a poco moldean el yo, y elaborar su teoría de los objetos en una relación estructural con la madre (Nasio, 2001; quien retoma a Klein, 1929 p 86).
El segundo aspecto fundamental en la teoría de Klein es el sadismo, considerado como la extraña crueldad y la agresividad que caracterizan la primera infancia desde el primer año de vida del niño. Desde el comienzo del juego con el niño están presentes las pulsiones destructoras, el niño de pecho es un “Gran Sádico”, un “Gran Asesino”, en el plano de sus fantasías, es aquí donde en la práctica de Klein el suscitar la angustia era indispensable para reconocer aquellas pulsiones agresivas del niño (Nasio, 2001; quien retoma a Klein, 1929 p 88).
El tercer aspecto fundamental en la teoría de Klein, considera la noción de situación ansiogena. Esta se genera porque el sadismo del niño desencadena la angustia y también, porque él la imagina bajo el efecto del temor a las represalias, y la reacción contra él, de la acción agresiva y destructora que dirigió contra los objetos; el niño se siente entonces, amenazado por las mismas armas que él mismo utilizo, es el “yo” el que siente la angustia, y se protege mediante mecanismos de defensa (Nasio, 2001; quien retoma a Klein, 1929 p 88).
Por último, el cuarto aspecto fundamental en la teoría de Klein es la construcción de la realidad. El niño, es quien debe crear la realidad, debe simbolizarla mediante las “Pulsiones destructoras”, “Sádicas”, debe tratar de destruirlas, de atacarlas en sus fantasías; para esto la angustia es el motor de este proceso, porque, es el agente de la identificación, y es el desencadenante de una abundante formación de símbolos y fantasías (Nasio, 2001 Pp 89,90).
Lo anterior, permite comprender que en el caso de Dick, la desusada inhibición de su desarrollo era el fracaso en sus etapas primitivas de formación psíquica, lo genital había intervenido muy precozmente, esto produjo una prematura y exagerada identificación con el objeto atacado y contribuyó a la formación de una defensa igualmente prematura contra el sadismo; El “Yo” había cesado el desarrollo de su vida de fantasía y su relación con la realidad. Después de un débil comienzo, la formación de símbolos se había detenido, las primeras tentativas habían dejado su huella en un interés que, aislado y sin relación con la realidad, no podía servir de base a nuevas sublimaciones, el niño era indiferente a la mayor parte de los objetos y juguetes que veía a su alrededor, y tampoco entendía su finalidad o sentido. El desarrollo ulterior de Dick había sido perturbado porque el niño no podía vivir en fantasías la relación sádica con el cuerpo de la madre.
La Contribución Lacaniana en la Psicosis
Ledoux (1987), quien cita a Lacan (1966), refiere que es considerado como el psicoanalista que más ha conceptualizado en la comprensión de la Psicosis, ya que algunos de sus discípulos: Mannoní, Castets, P.Aulagnier, han conceptualizado acerca de ella, y han sido importantes y bastante conocidos como para que se imponga dar un rodeo y volver al maestro.
Por su parte, Nasio (2001) al citar a Lacan (1966), explica que la Psicosis se define específicamente por la forclusión, es decir, por un rechazo específico del significante del nombre del padre (termino considerado como metáfora paterna al lograr la identificación del falo y garantizar la Ley). Esta Ley, es lo que permite la función simbólica, al ser visto al padre como un “Padre Simbólico”, que va a ser el significante del Edipo en la castración del sujeto.
Por lo tanto, la forclusión será entonces para la Psicosis, como la represión a la Neurosis (Nasio, 2001; quien retoma a Lacan, 1966; quien toma a Freud 1917-1919).
Es importante precisar que para Lacan (1966), el nombre del padre, dentro de la función simbólica y como significante del Edipo, tiene que ver con la madre, y lo que la madre haga de la palabra del padre, es decisivo para el destino del hijo. Si la madre, reconoce la palabra del padre en su “Función de Ley”, el niño aceptará la castración simbólica y accederá al orden simbólico y al lenguaje, entonces, tendrá un nombre y un lugar en la familia; en caso contrario, permanecerá prisionero de lo imaginario sometido a una relación dual (Nasio, 2001; quien retoma a Lacan, 1966 p 85).
La característica principal de la forclusion considerada como “Rechazo específico del padre” en el plano de la fantasía del niño en la Psicosis, consiste en que todo sucede como si no hubiera habido reconocimiento, no se elaboró un desarrollo en la función simbólica, no se elaboró un “Padre Simbólico”, se creó un vacío, un hueco, pero hay retorno de los significantes repudiados, y ellos reaparecen en lo real bajo forma alucinatoria, bajo la forma de una realidad marcada por el sello de lo imaginario, y se pone en evidencia la ausencia del nombre del padre en lo simbólico (Nasio, 2001; quien retoma a Lacan, 1966 Pp 87,88).
Consecuente en lo simbólico, la condición de sujeto depende de lo que le suceda al otro, lo que en el sujeto sucede está articulado como discurso. Es así, como el inconsciente de este sujeto, siempre estará marcado por el discurso un otro (Nasio, 2001; quien retoma a Lacan, 1966 p 91).
De esta manera, Lacan (1966) plantea que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, porque le permite conceptualizar. El psicótico habla, se encuentra dentro del universo del lenguaje, sin embargo, lo que ocurre en él, es que ese lenguaje no lo incluye como sujeto (Nasio, 2001; quien retoma a Lacan, 1966 p 91).
Es aquí donde Lacan (1966), va a cuestionarse sobre la Psicosis, va a preguntarse ¿Porque eso que es rechazado en lo simbólico aparece de nuevo en lo real? Para resolver este cuestionamiento, toma el análisis que (Freud, 1910), hace del caso Schreber, donde encuentra que ese discurso interior, ese inconsciente no simbolizado, es lo que aparece en el delirio místico de Schreber; y así, Finaliza su conceptualización, dejando una teoría de la Psicosis en plena evolución para la época (Nasio, 2001; quien retoma a Lacan, 1966 p 92).
Una Contribución Inglesa sobre el Desarrollo Emocional Temprano en la Concepción de los Cuidados Maternos: La Maduración
La comunicación en el desarrollo emocional temprano están fuertemente ligadas con el establecimiento de las relaciones objétales. Para esto, Donald Winnicott (1959), en su contribución a esta teoría sobre la concepción de los cuidados maternos, plantea que deben ser continuos y permanentes a fin, de que no se produzcan discontinuidades en el crecimiento y la maduración; estos cuidados, instauran una personalidad unitaria y al reconocer fallas en la estructura unitaria (lactante-madre), el niño puede estar susceptible de producir una angustia inconcebible, fuente original de las perturbaciones neuróticas y psicóticas. Sobre las perturbaciones psicóticas Winnicott refiere:
El origen de las psicosis no es contemporáneo del Edipo, se sitúa en una estadío en el que el ser humano inmaduro depende realmente de los cuidados del medio, en una situación de máxima dependencia, de dependencia doble, antes que un tercero entre en escena. (Ledoux ,1987; quien retoma a Winnicott, 1959 p 40).
Las reflexiones de Ledoux (1987), sobre los postulados de Winnicott (1959), se refieren principalmente a la presentación de objeto, como un buen cuidado materno en la relación madre-hijo. El bebé no se halla sujeto a las satisfacciones instintivas de la madre, por el contrario, trata de encontrarse y adaptarse por sí mismo al objeto (seno o biberón).
Otras reflexiones teóricas que realiza Winnicott en la relación “Madre-Hijo”, es el holding o sostén, considerado como el entorno que facilita la evolución de la dependencia a la independencia; el handling, considerado como manipulación o manejo en el cuidado corporal que hace la madre de su hijo. A partir de estas reflexiones teóricas, cuando el medio ambiente es bastante bueno, entonces, el proceso de maduración tiene como resultado una personalidad infantil que logra cierto grado de integración al amparo del apoyo del yo (adaptación de la madre a las necesidades de su hijo), y con el tiempo de forma más independiente.
Estas reflexiones en el desarrollo emocional temprano de la personalidad infantil que constituyen los procesos de maduración, son lo que van a fortalecer la Salud Mental de los sujetos (Ledoux ,1987; quien retoma a Winnicott, 1959 p, 41)
Una Contribución Francesa sobre las Organizaciones Psicóticas
Françoise Dolto (1979), en una contribución psicoanalítica francesa en torno a las organizaciones psicóticas, plantea que la infancia presenta un papel fundamental para el desarrollo de la persona, se reconoce al niño desde su más tierna infancia como sujeto de Sí mismo, en una línea del Psicoanálisis Freudiano que considera al paciente como el sujeto de sus deseos inconscientes. Sobre esta línea Dolto refiere: "El papel del psicoanalista no es desear algo para alguien sino lograr que pueda alcanzar su deseo" (Ledoux ,1987; quien retoma a Doltó, 1979 p, 57).
Estas reflexiones de Dolto contribuyen en comprender la concepción en un encuentro de (madre, feto, y padre), porque el feto, es un ser humano en potencia que se comunica inconscientemente con la madre; por lo tanto, los estados emocionales de la madre, así como todo lo que le sucede, marcaran la vida psíquica del feto sobre una madre que al no reconocer su concepción puede dar a luz a un niño que será psicótico (Ledoux, 1987).
Las teorizaciones que Ledoux (1987), cita en Doltó (1979, págs. 59, 60,61), describen el desarrollo del niño en una serie de “Castraciones” que posibilitaban la simbolización: la castración umbilical, como la separación del cuerpo a cuerpo por nutricio que debe realizar la madre mediante el lenguaje; la castración oral, permite la posibilidad para él o ella, de acceder a un lenguaje que no sea únicamente comprensible por la madre, lo cual, le permitirá al infante no seguir dependiendo exclusivamente de la madre; la castración anal, considerada como el descubrimiento de una nueva relación viva con el padre, y con otras mujeres, es entrar en el actuar en la sociedad.
Cada una de las castraciones en la teoría de Dolto es una especie de prueba tras la cual, el niño crece y se humaniza; la responsabilidad de los padres es ayudarlos a atravesarlas con éxito, y al mismo tiempo, moldearan la imagen del cuerpo en la historia de sus reelaboraciones sucesivas. Para esto, Dolto añade el adjetivo “Simbolígeno” al término castración, sobre la palabra castración refiere: “Significa en francés, la mutilación de las glándulas sexuales, es decir, un ataque que deja irreversiblemente estéril al individuo castrado. En psicoanálisis la palabra castración, da cuenta del proceso que se cumple en un ser humano, cuando otro ser humano le significa que el cumplimiento de su deseo, con la forma que él querría darle, está prohibido por la Ley; significación que pasa por un lenguaje gestual, mímico o verbal” (Ledoux 1987; quien retoma a Dolto, 1979 p 65).
Es así como Dolto (1979), postula que gracias a la castración se puede favorecer el desarrollo de la individuación. Con esto, se refiere la comunicación de los cuerpos que resulta creadora, en una comunicación del “Lactante” a sujeto “Madre” como primer objeto deseante y objeto total, después con el padre, sus allegados, y otras personas como los educadores, quienes contribuirán y recordaran todo este proceso construido en la primera infancia del niño, y moldearan en compañía de los pares el desarrollo del lenguaje del niño (Ledoux, 1987).
Las reflexiones de Dolto (1979), permiten comprender que el ser humano es un ser de lenguaje, incluso en el vientre de la madre; mientras que para Freud (1915), el sueño, reflejado como un síntoma patológico, es un lenguaje difícil de descifrar, porque el síntoma es entendido como un sustitutivo de una expectativa de satisfacción, provocado por un proceso de represión ante situaciones o pensamientos que resultan conflictivos (Ledoux 1987).
Una Comprensión sobre las Estructuras Psicóticas en los Postulados de Jean Bergeret
Jean Bergeret (1980), presenta un panorama psicoanalítico francés sobre la comprensión de las organizaciones psicóticas, en sus reflexiones sobre “Noción de Estructura de Personalidad” y los “Rasgos del Carácter”. Sobre la noción de estructura de personalidad Bergeret refiere: “Corresponde aquello que en un estado psíquico mórbido o no, está constituido por elementos metapsicológicos profundos y fundamentales de la personalidad, fijados en un ensamblaje estable y definitivo” (p 75).
Bergeret, al referirse a la metapsicología en aspectos teóricos del psicoanálisis, se refiere a los hechos psíquicos en su conjunto, especialmente a lo inconsciente, por lo tanto, la persona considerada verdaderamente sana, con una Psicosis o Neurosis, no es simplemente la que se declara como tal por ejemplo: una estructura psicótica no descompensada, es mucho más verdadera, mucho más rica en potencial de creatividad y mucho menos alienada, su campo de creatividad considerado como (el juego pulsional), es la base de todas aquellas relaciones objétales que conserva en sí tantas fijaciones conflictuales como en la mayoría de sujetos considerados “Normales”, en sus procesos primarios y secundarios.
Es por esto que, un individuo con una estructura psicótica que recibe un tratamiento correcto, conservara intactas todas sus oportunidades afectivas y relacionales de retornar a una situación de normalidad nuevamente, pero también, puede llegar a descompensarse sin que su estatus anterior de normalidad se vea afectado (Bergeret, 1980).
Es así, como la noción de estructura de personalidad a la que se refiere Bergeret, no se puede confundir con un simple inventario de síntomas como los llamados en el Modelo Medico, sus comprensiones sobre la Psicosis refieren que las verdaderas estructuras no originan personalidades pseudo- normales es decir, personas que funcionan por imitación, que se adaptan al medio, a los demás, y son socialmente exitosos, pero ante una situación estresante o inesperada, pueden desarmarse o evolucionar a un estado superior, y pueden concluir a lo que menciona Canguilhem (1966): “Estados sucesivos de adaptación, readaptación y desadaptación, que genera un comportamiento con características diferentes a las usualmente vistas en el individuo frente a una frustración”.
Las reflexiones de Bergeret, no solo proponen la Psicosis desde una perspectiva cultural, propone la noción de los “Rasgos del Carácter Psicótico, Esquizofrénico y Paranoico”. Las nociones psicológicas no denominan un “ Carácter Psicótico”, sino más bien, se habla de una pre-psicosis, que no es constituida tanto como una anormalidad patológica, es constituida como una organización de un estado psicótico que se observa en un periodo de vida de un enfermo psicótico anteriormente a la aparición de sus síntomas (Bergeret,1980 p 225).
Es así como el estado pre-psicótico, presenta en el carácter psicótico los siguientes rasgos: mecanismos de defensa en vivencias contradictorias (gratificantes por un lado e inquietantes por otro), el comportamiento defensivo al mostrarse como una “Armadura Caracterial” en el seno de una estructura neurótica. Es ahí, donde se puede encontrar algunos de estos rasgos ocultos por ejemplo, en políticos, artistas y escritores.
Las reflexiones teóricas de Bergeret acerca de los “Rasgos del Carácter Psicótico”, menciona por ejemplo, que en el estado pre-psicótico del sujeto se encuentran los rasgos de carácter esquizofrénicos. Sobre los “rasgos del carácter esquizofrénicos” Bergeret refiere: “Las emociones llevan a la inversión la mayoría de las funciones del “Yo” en los procesos de pensamiento, y la intrincación ambivalente de los componentes relacionales de ternura y hostilidad” (p 267).
Los rasgos del carácter esquizofrénicos, constituyen un fondo común de comportamiento, por ejemplo: un comportamiento frío, áspero, de soledad sentimental, dificultad de comunicación, inseguridad, tendencia al aislamiento, dificultad en las relaciones sociales, poca simpatía, y en algunos casos los celos (Bergeret, 1980 p 268).
Por último, dentro de los aportes de Bergeret sobre la noción de estructura, postula los “Rasgos de Carácter Paranoicos”. Estos son considerados en aportes que Bernard y Brisset refieren a esta contribución de Bergeret como: la fijación de un temperamento agresivo en formas expresivas de frustración o reivindicación. Es así, como se logran establecer algunos elementos comprensivos de una estructura paranoica, gracias a los aportes teóricos de corte psicoanalítico, en las reflexiones que Bergeret refiere sobre la comprensión de las organizaciones psicóticas.
Para Reflexionar
La formación de las organizaciones psicóticas, parecen evidenciar desde la comprensión de la locura que Sigmund Freud (1903) postula, que esta parte desde el interior, desde el punto de vista de quien delira, con la realidad donde la subjetividad autónoma de quien delira, es condicionada por el exterior. Su reconocimiento se da desde los aportes que distintos autores del Psicoanálisis, entre estos Melanie Klein (1929), Donald Winnicott (1959), Jacques Marie Émile Lacan (1966), Françoise Doltó (1979), y Jean Bergeret (1980), elaboran sobre una comprensión de las organizaciones psicóticas.
El conflicto psicológico de los delirios en la Psicosis, con la realidad actual que presente el sujeto y las teorías de la Neurosis y la Psicosis, partiendo y terminando en la negación y condicionamiento externo del sujeto, quien al ser observado solo desde fuera, es desgarrado de su propia certeza de Sí mismo. Los mecanismos observados por Freud en la Paranoia, la proyección como defensa de lo inaceptable para el sujeto son definidos por lo inaceptable para el exterior, las normas sociales, normas de los padres y de algunos procesos de institucionalización donde la palabra del sujeto es acallada por otro que domina su experiencia, son las que determinan lo inaceptable; el pensamiento y sentimiento de los sujetos son negados en esta ecuación, lo predominante son las proyecciones del exterior hacia estos sujetos, re-direccionando todo el mecanismo de defensa y formando la defensa del exterior ante el sujeto psicótico.
Esta mudanza del mecanismo se da de la misma forma en la represión, ya no es el sujeto que delira quien se desprende de su libido, su relación con el exterior es la que se repliega y sus efectos son los que buscan reprimir el “Yo”; por lo tanto, el delirio que es la expresión de esta represión, y se despliega de acuerdo a como el entorno condiciona y constituye el “Yo” del sujeto delirante, y la libido propia es substituida por una libido impuesta por “Otro”. La misma técnica del juego de Klein (1929), se ve transformada en la interacción e imposición del exterior sobre el sujeto, ya no será tomado en cuenta el juego y la angustia del niño que se mueve y manifiesta libremente, se imponen las asociaciones verbales del adulto, sin permitir la formación del sujeto y por tanto, deteniendo el encuentro y reconocimiento de Sí mismo. De este modo, el sadismo de Klein es remplazado por un “Destructor” pero del Sí mismo- ya no es el niño quien busca desde sus pulsiones destruir, es el exterior.
El efecto derivado al dejar de lado al sujeto es el acallar su comprensión de Sí mismo, en relación con los aspectos fundamentales de Klein; la angustia y el sadismo para la construcción de la realidad, son trasladados a una realidad constituida desde el exterior, las armas de defensa son armas ajenas y por tanto, la formación de símbolos y fantasías no son el resultado de la angustia del “Yo”, son el resultado de una forclusion, como la observa (Nasio,2001;sobre los postulados de Lacan,1966) , al rechazar el significante del nombre del padre, es el rechazo al significante del propio “Yo”. Lo cual, cambia el vacío marcado por lo imaginario por un vacío de la inexistente constitución y conciencia de Sí mismo.
También, debemos comprender que toda organización psicótica está precedida por ausencias en el vínculo afectivo, al ser el protagonista de una relación que implica que cuando un niño expresa una necesidad lo hace con el propósito de recibir de la madre una respuesta afectiva. Por lo tanto, un desarrollo emocional ausente de expresiones y comunicación afectiva en la relación (madre- lactante- niño), establece conflictos psíquicos en un futuro.
Es así, como las experiencias emocionales que la madre haya significado, van a configurar los fantasmas arcaicos- sustrato simbólico del contenido representacional, los cuales, se van configurando en la relación con la madre, el padre y el núcleo familiar.
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