REVISTA DE PSICOLOGIA -GEPU-
ISSN 2145-6569
IBSN 2145-6569-0-7

   
 
  Estilos de Crianza y su relación con Sintomatología Internalizante en Estudiantes de 8 a 16 años

Estilos de Crianza y su relación con Sintomatología Internalizante en Estudiantes de 8 a 16 años  
 

Sandra Castillo Santis, Lina Carpintero Montalvo, Darwis Sibaja Morales & Kelly Romero Acosta 
 

 

Corporación Universitaria del Caribe / Colombia

 

 

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Sandra Castillo Santis, Lina Carpintero Montalvo & Darwis Sibaja Morales. Estudiantes de Psicología X semestre de la Corporación Universitaria del Caribe – CECAR. 


Kelly Romero Acosta. Psicóloga. Ph.D en Psicopatología de niños, adolescentes y adultos. Docente Investigadora de la Corporación Universitaria del Caribe – CECAR. Celular: 3045746380. Correo electrónico: kelly.romero@cecar.edu.co



Recibido: 18 de Noviembre de 2015
Aprobado: 31 de Diciembre de 2015 
 
 

Referencia Recomendada: Castillo-Santis, S., Carpintero-Montalve, L., Sibaja-Morales, D., & Romero-Acosta, K. (2015). Estilos de crianza y su relación con sintomatología internalizante en estudiantes de 8 a 16 años. Revista de Psicología GEPU, 6 (2), 53-65
 
Resumen: Cuando se habla de estilos de crianza se hace mención a la manera como los padres educan a su hijo o hija y a la relación que hay entre estos. Cada familia tiene un estilo de crianza diferente, teniendo en cuenta las características del hogar y los antecedentes de los padres. Dicho esto, el objetivo de este artículo es examinar la relación entre estilos de crianza parental y la presencia de síntomas internalizantes en estudiantes de ocho a dieciséis años de edad. Se utilizó una metodología con paradigma positivista de tipo transversal y un diseño de investigación cuantitativa.  

Palabras claves: Estilos de crianza, Sintomatología Internalizante, Depresión, Ansiedad.

Abstract: Parenting styles is relate to the particular way in which parents educate his son or her daughter and the relationship between them. Each family has a different style of parenting, considering household characteristics and background of parents. The aim of this study is to examine the relationship between parenting styles and internalizing symptoms in students from eight to sixteen years of age. This is a cross-sectional study based on the positive paradigm. 

Keywords: Parenting Styles, Internalizing Symptoms, Depression, Anxiety.

Introducción

Los estilos de crianza se refieren básicamente a un conjunto de conductas manifestadas por los padres hacia los hijos (Céspedes, 2008; Papalia, 2005; Sordo, 2009). En otras palabras, es la relación que tiene los padres con sus hijos y las funcionalidades que hay entre ellos. 

Los estilos de crianza son totalmente diferentes en cada familia y varían en cada uno de los padres, por ende, cada comportamiento de la estructura del sistema familiar es diferente. Cuando se conforma un sistema, en este caso la familia, se debe conocer la función de cada estructura y como éstas se relacionan entre sí, y a la vez mirar cómo influye el ambiente social en este sistema, es decir, como se ve inmerso el sistema (familia) en el supra sistema ambiente (Musitu y sus colegas, 1988). Según Goleman (1997), la familia puede considerarse como la primera escuela en la que el ser humano aprende acerca de sus valores o lo que es aceptado por las reglas de la sociedad en la cual vive (es decir, por el supra sistema).

Palacios (1987) señala que los estilos educativos parentales pueden establecerse teniendo en cuenta varios componentes. El autor divide estos componentes en varios grupos. El primer grupo se relaciona con el infante, y se incluyen las características del grupo etario, el género, el orden de nacimiento y las características de personalidad. El segundo grupo está relacionado con las características físicas del contexto, dónde se incluye, cómo vive la familia y el contexto histórico donde está enmarcada. El tercer grupo se relaciona con los padres e incluye el género, la experiencia como hijos y como padres,  las características de la personalidad desarrolladas en el transcurso de la vida, el nivel educativo y las expectativas de logro y satisfacción que tienen ellos como padres hacia sus hijos.

En efecto, la experiencia que como hijos tienen los padres, es decir, la forma como ellos fueron educados y el estilo de crianza con el cual crecieron, influye directamente en el estilo de crianza escogido. Hay evidencia que indica que las pautas de crianza se suelen transmitir de generación en generación. Por ejemplo, Henao, en 2011, realizó un estudio cualitativo, de corte hermenéutico cuyo objetivo fue analizar los cambios intergeneracionales de algunas familias con respecto a las prácticas de crianza, a partir de los discursos de los agentes en cada grupo familiar. Cuando se compararon los tipos de crianza de las tres generaciones se encontraron muchas más similitudes que diferencias y entre las características que se conservaron en el tiempo se halló la autoridad y el respeto en todas las generaciones. Las prácticas educativas y el acompañamiento en los procesos formativos fueron el norte de las familias. La afiliación y la creencia religiosa desde el catolicismo también fueron variables constantes que permanecieron hasta la tercera generación. 

En contraste, Pulido y sus colegas (2013) hallaron diferencias entre los estilos de crianza a través de las generaciones. Esto a pesar de que en la mayoría de las familias estudiadas los abuelos cuidaban de los niños toda la semana, mientras que los padres solo se podían hacer cargo los fines de semana. En este sentido, la transmisión generacional es dada por los mismos abuelos y abuelas, quienes son los que asignan las pautas y creencias en relación a los roles del padre, de la madre, de los hijos y de las hijas. Los autores atribuyen estas diferencias de estilos de crianza al cambio de lo rural a lo urbano. Por este motivo, muchas de las pautas de crianza (incluso desde el lugar de los abuelos) tuvieron que transmutarse con el fin de lograr una adaptación favorable al  nuevo estilo de vida.

Se sabe que la familia es el primer nivel de socialización de los seres humanos a partir del cual se desarrolla la personalidad y se aprenden a regular los estados emocionales. Según Bornstein (2002) y Torío (2003) nadie parece dudar de que la familia sea el contexto de crianza más importante en los primeros pasos de vida de la evolución de un individuo. La familia es el principal lugar donde se adquieren habilidades sociales y comunicativas y, también, los primeros hábitos que permitirán desarrollar la autonomía.  Mestre y sus colaboradores, en el 2007, estudiaron los estilos de crianza en la adolescencia y su relación con el comportamiento pro-social, la empatía, la agresividad, la inestabilidad emocional y la ira. Del estudio se concluyó que la relación que tiene los adolescentes con la madre, junto a la función que emplea la misma en la diada, alcanza una correlación favorable hacia la prosocialidad de los adolescentes si ésta se caracteriza por la estimulación de la autonomía junto con el afecto y el apoyo emocional que se le brinda al individuo.

Musitu y sus colegas (1988), consideran que los elementos que determinan los estilos de crianza contribuyen a una mejor práctica educativa; éstas serían la estructura, el afecto, el control conductual, la comunicación y la transmisión de valores. Donde los cuatro primeros hacen pie a las relaciones intrafamiliares o micro sistémicas, y el último hace referencia a la dimensión social. La posición dentro de un supra sistema (ambiente social) explicará en gran medida la toma de postura y modos de actuación en el sistema familiar. 

Según Rodrigo y Palacios (1998), los estilos o prácticas de crianza sirven para modular y canalizar las conductas de los hijos en la dirección que los padres vean mejor. En estudios anteriores se ha encontrado que los estilos de crianza influyen en el desarrollo de sintomatología internalizante (Steinberg, 2006). Franco, Pérez & Pérez (2014) hallaron que algunas actitudes y pautas de crianza (tales como, el grado de satisfacción, los niveles de apoyo, el compromiso con la crianza, entre otros) influyen significativamente en el desarrollo y en el mantenimiento de alteraciones emocionales en los hijos. 

También, Steinberg (2001) ha estudiado la relación de los estilos de crianza con la aparición de sintomatología internalizante en adolescentes. Él asegura que es menos probable que los niños y adolescentes que son criados en familias cuyos miembros ejercen un alto grado de firmeza y al mismo tiempo de afecto, manifiesten este tipo de síntomas. En línea con este autor, en el 2004, Carrera y sus colegas, analizaron los estilos de crianza parentales en pacientes con trastorno de angustia versus la población general. Ellos hallaron que los pacientes con trastorno de angustia, perciben a sus madres como más sobreprotectoras en comparación con los controles. También, Salirrosa- Alegría, & Saavedra-Castillo (2014), exploraron la relación entre la percepción de algunos estilos de crianza y la depresión en adultos. Luego de analizar los datos, se encontró una relación entre la depresión y la calidez/rechazo. El rechazo, el control y la sobreprotección paterna/materna se relacionaron con la ideación suicida, mientras que el rechazo y control se relacionaron con el intento suicida.

Los padres autoritarios y permisivos generalmente no presentan un adecuado uso de las habilidades sociales (Valiente et al., 2004). Por el contrario, un estilo de crianza que se base en el afecto favorece el despliegue de conductas socialmente aceptadas y adecuadas (Confalonieri y Giuliani, 2005; Isaza, 2012).  

En el año 2014, Carpintero, Castillo, Sibaja, & Romero-Acosta, realizaron un estado del arte sobre el estudio de los estilos de crianza en Colombia. Esta investigación se presentó en las Jornadas Psicológicas GEPU de la Universidad del Valle. El objetivo general fue identificar cuanto se ha investigado y que tanta información hay acerca del estudio de los estilos de crianza en el país. Los resultados indican que los estilos de crianza han sido poco estudiados en Colombia y que las variables con las cuales se han relacionado son las siguientes: el desarrollo de las habilidades sociales, el clima social-familiar, la autovaloración y el comportamiento moral y el desarrollo socio-afectivo. Esto quiere decir, que no se han realizado estudios que analicen la relación entre estilos de crianza y presencia de síntomas ansiosos y/o depresivos en niños y adolescentes específicamente en Colombia. De la misma forma, no se halló nada en el departamento de Sucre, uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado. Muchas familias sucreñas han tenido que movilizarse del campo a la ciudad y, en línea con lo hallado por Pulido y sus colegas (2013), esto puede influir en la aparición de nuevos estilos de crianza debido al proceso de adaptación del espacio rural al urbano por causa del desplazamiento interno.

Esta investigación marcaria una nueva perspectiva en los estudios sobre los estilos de crianza y su relación con la presencia de ansiedad y depresión. Ciertamente, en Sucre no se tiene información sobre los estilos de crianza y su relación con los síntomas internalizantes. Prueba de ello, son los resultados arrojados por el estudio realizado por Castillo et al (2014). Por todo lo explicado anteriormente, este estudio se realiza, con la intención de contribuir con esta área del conocimiento en la población sucreña. El objetivo de este estudio es examinar la relación entre los estilos de crianza parental y la presencia de síntomas internalizantes en estudiantes de ocho a dieciséis años de edad de la ciudad de Sincelejo (Sucre).

Metodología

Se utilizó una metodología de paradigma de investigación positivista, de corte transversal, con un diseño de investigación cuantitativa y de tipo correlacional. 

Población y muestra: Este estudio se llevó a cabo en Sincelejo, una ciudad colombiana que pertenece al departamento de Sucre y que tiene una población de 267.571 habitantes según el último estudio estadístico del DANE (2012). De esta ciudad se eligió de forma intencionada la institución educativa Altos del Rosario, la cual actualmente tiene matriculados a 1264 estudiantes. En total participaron 96 individuos. Sin embargo, solo 45 madres y/ padres contestaron el cuestionario de crianza parental. En la tabla 1 se detallan más ampliamente las características sociodemográficas de la muestra. (Ver tabla 1 en PDF).

1) Cuestionario de datos sociodemográfico: Los participantes completaron un cuestionario de datos socio-demográficos que incluyó fecha, lugar de nacimiento, género y nivel de ocupación y nivel de estudio de los padres. El nivel socioeconómico de los padres se basó en la escala de Hollingshead (1975).

2) El Screen For Child Anxiety Related Emotional Disorders (SCARED, Birmaher 1997) es un test de cribado; que mide la sintomatología ansiosa. Este instrumento está diseñado para detectar síntomas de ansiedad en niños y adolescentes. Consta de 41 ítems tipo Likert que evalúan la frecuencia de los síntomas a partir de tres opciones de respuesta que son nunca o casi nunca que equivale a una puntuación de cero (0), algunas veces que equivale a uno (1) y frecuentemente o casi siempre que equivale a dos (2).   Se habla de alta sintomatología ansiosa cuando el participante obtiene 25 o más en la puntuación total del SCARED. En este estudio el Alpha de Cronbach es ,85.                                                                                                                          
3) Cuestionario de crianza parental PCRI- Parent-Child Relationship Inventory, Gerard, 1994; De roa y del Barrio, 2001). Este cuestionario mide actitudes paternas y maternas hacia la crianza de hijos. Éste consta de 78 ítems con cuatro opciones de respuesta. El PCRI mide seis características de crianza, a saber: apoyo, satisfacción con la crianza, compromiso, comunicación, disciplina y autonomía. A continuación se detalla el concepto de cada una de estos estilos:

o Apoyo: Nivel de apoyo que una madre o padre está recibiendo
o Satisfacción con la crianza: Satisfacción con ser padres
o Compromiso:  Grado de interacción y conocimiento que los padres tienen hacia los hijos
o Comunicación: Percepción que los padres tienen con el grado de afectividad de la comunicación con su hijo
o Disciplina: Nivel de exigencia con respecto al cumplimiento de las normas impuestas por los padres
o Autonomía: Habilidad de los padres para proporcionar independientemente a los hijos
o Distribución de rol: Actitud de los padres acerca del papel que desempeña el género en la crianza
o Deseabilidad social: Se detectan respuestas hacia la deseabilidad

En este estudio el Alpha de Cronbach fue de ,83.

4) Children’s Depression Inventory (CDI, Kovacs 1983), Este es un instrumento que mide los síntomas depresivos en niños de 7 a 17 años de edad. El individuo tiene que seleccionar la opción que más describa sus sentimientos basándose en los acontecimientos sucedidos en las últimas dos semanas. Tiene tres posibilidades de respuesta, en las cuales 0 quiere decir ausencia de síntomas, 1 síntomas moderados y 2 síntomas severos. Se habla de alta sintomatología depresiva cuando el participante obtiene 17 o más en la puntuación total del CDI. El Alpha de Cronbach en este estudio fue de ,66.

Análisis estadístico: Se realizó un análisis estadístico con ayuda del Statistical Package for Social Science (SPSS, V 20). En este análisis se calcularon frecuencias, porcentajes, medias y desviaciones típicas. También, se correlacionaron los estilos de crianza con la sintomatología ansiosa y depresiva.

Procedimiento: Este estudio hace parte de una investigación llamada “Intervención de la presencia de sintomatología internalizante en un grupo de niños y niñas víctimas del desplazamiento forzado cuyo lugar de residencia actual es el barrio Altos del Rosario de la ciudad de Sincelejo (departamento de Sucre)”.  Lo primero que se llevó a cabo fue la visita al colegio en donde se le explicó el proyecto de investigación a la psicóloga y a la terapeuta del lenguaje. En una segunda visita se entregaron los consentimientos informados directamente a los padres. En esta carta se les explicó las características del proyecto y la importancia del mismo. Ellos tenían que responder si aceptaban que su hijo participara o no participara en la investigación, también tenían que aportar su firma y su cédula. En la tercera visita los 96 participantes respondieron los cuestionarios en los salones de clases. En ese momento se les aclaró que el cuestionario no contenía respuestas ni buenas ni malas, solo eran preguntas sobre sus preocupaciones y sentimientos. Asimismo, se les comunicó que la información que respondieran era estrictamente confidencial y no se utilizaría para otros fines que no fueran el proyecto de investigación. En el momento de contestación de la prueba los participantes estuvieron acompañados de siete integrantes del semillero de investigación, quienes ayudaron a aclarar dudas y a responder el cuestionario a los individuos que así lo solicitaban.

Posteriormente se citaron a los padres de los alumnos que respondieron el test expuesto anteriormente a través de una carta formal firmada por la tutora del proyecto y por la terapeuta del lenguaje de la institución, solo asistieron tres de los citados en las horas de la mañana, quienes respondieron el correspondiente (P-CRI). En un próximo encuentro se volvieron a citar los padres y acudieron once, los cuales también llegaron en la mañana respondieron el test (P-CRI). Luego se volvieron a citar a los padres en diferentes ocasiones para responder el test ya arriba mencionado y así se lograron obtener los datos correspondientes; finalmente se logró aplicar el test a 45 padresy/o madres en total. Debido al alto número de padres con solo estudios primarios, se optó por ofrecer ayuda a éstos mismos para responder el test. La mayoría de los padres pidió ayuda para contestar todos los ítems. 

Resultados

Presencia de los estilos de crianza en la muestra

El estilo de crianza con la media más alta de la muestra ha sido el estilo de compromiso (M=39; DT=5,3) mientras que los más bajos de la muestra fueron dos: apoyo (M= 25; DT=3,3) y distribución de roles (M= 25, DT=4,5). En el gráfico 1 se muestra más detallada toda esta información y en la tabla 2 se amplía. (Ver gráfico 1 y tabla 2 en PDF)

Presencia de estilos de crianza dependiendo el tipo de sintomatología

La media de los estilos de crianza en los diferentes grupos sintomáticos se muestra homogénea. La tabla 3 muestra de manera más detallada esta información. ( Ver tabla 3 en PDF)

Presencia de ansiedad y depresión

En la muestra estudiada 37 estudiantes presentaron ansiedad y 44 depresión. La tabla 4 muestra la presencia de sintomatología ansiosa y depresiva en la muestra, con sus respectivos porcentajes. ( Ver tabla 4 en PDF)

Relación entre sintomatología y estilos de crianza

Al realizar una correlación de Pearson se han detectado algunas correlaciones significativas entre los estilos de crianza y la presencia de síntomas depresivos. A continuación se detallan de una manera más específica estos resultados en la tabla 5. ( Ver tabla 5 en PDF).

Discusión

El objetivo principal de este estudio fue examinar la relación entre los estilos de crianza parentales y la presencia de síntomas internalizantes en estudiantes de ocho a dieciséis años de edad de la ciudad de Sincelejo. En términos generales, a partir de los datos arrojados, ahora se sabe que el estilo de crianza más frecuente en la muestra sucreña estudiada fue el compromiso seguido de la disciplina y luego de la autonomía y de la comunicación. 

En línea con estos hallazgos, Franco y colaboradores, en el 2014, encontraron que los estilos de crianza más comunes son el compromiso, el grado de satisfacción, la disciplina y la autonomía y que estos a su vez influyen significativamente en el desarrollo y en el mantenimiento de los problemas de conducta y de los problemas emocionales en los hijos. En su estudio, ellos afirman que los estilos de crianza pueden ayudar a desarrollar sintomatología internalizante, sin emabargo, en el presente estudio no podríamos inferir directamente que la ansiedad es producida por estos estilos de crianza dado que solo se ha realizado un cálculo de correlaciones. 

Los estilos de crianza que más correlacionaron con síntomas de ansiedad fueron el compromiso, la distribución de roles y la deseabilidad. El compromiso se refiere al grado de interacción y conocimiento que los padres tienen hacia los hijos. Algunos padres, al momento de  dar respuesta al test manifestaban interés porque sus hijos estuvieran bien en el colegio y fueran buenos estudiantes. Estos padres afirmaban estar preocupados porque sus hijos llegaran más lejos que lo que ellos habían llegado en su vida. Esto podría explicar el hecho de que los padres con alto nivel de compromiso se relacionaran con individuos más ansiosos. Estos padres transmiten a sus hijos preocupación por hacer las cosas mucho mejor que lo que hicieron ellos, pudiendo producir altos niveles de estrés pues estos hijos tienen la responsabilidad de ser mejores que su cuidador principal.

También, la distribución de roles correlacionó con la presencia de ansiedad. En el test PCRI, la distribución de roles es entendida como la actitud que tienen los padres acerca del papel que desempeña el género en la crianza. Muchos cuidadores (la mayoría madres) indicaban que en sus hogares el lugar de poder y respeto lo tenía el padre y que ellas tenían que seguir haciendo la comida y los quehaceres mientras que sus maridos trabajaban. En contraste, algunas madres explicaban que ellas trabajaban y tenían que ayudar a la economía de la casa para poder comer. Esta situación de distribución de roles, en la ciudad, puede tener una transición que genera estrés, debido al cambio que muchas de estas familias tuvieron al trasladarse del campo a la ciudad. Tal y como Pulido y sus colegas (2013) explican, muchas de las pautas de crianza mutan con el fin de lograr una adaptación favorable al  nuevo estilo de vida citadino. Esto podría provocar altos niveles de estrés en el menor.

Igualmente, la deseabilidad es un factor que se relacionó con altos niveles de sintomatología ansiosa. Esta dimensión detecta si existen respuestas hacia la deseabilidad. Los cuidadores que se preocupaban por contestar correctamente y quedar bien ante los investigadores pueden manejar más niveles de ansiedad y transmitir esos niveles de ansiedad a los niños y adolescentes.

Tanto los padres, como las madres, que crean y hacen uso de estrategias equilibradas mediadas por el dialogo, por las manifestaciones de afecto y por las normas establecidas, propician en sus hijos e hijas aprendizajes de repertorios sociales más amplios. Por el contrario, aquellos padres y madres que se relacionan con sus hijos e hijas desde acciones más punitivas, rígidas y autoritarias, o a la inversa desde estrategias pobres en control y bastas en afecto y permisividad, generan en sus hijos e hijas comportamientos disfuncionales y pobres en aprendizajes adecuados para su edad y contexto (Steinberg, 1993). 

El estudio de los estilos de crianza es en alto grado importante para determinar ciertos comportamientos en los hijos. Por ejemplo, Mestre (2007) encontró que la relación que tienen los adolescentes con las madres junto a la función que emplea la misma, alcanza una correlación favorable hacia la prosocialidad de los adolescentes si ésta se caracteriza por la estimulación de la autonomía junto con el afecto y el apoyo emocional. Si una madre da buenos ejemplos a sus hijos, se compromete a cuidarlos, velar por ellos, guiarlos y orientarlos de la mejor manera, estos hijos tendrán la posibilidad de ser unas personas pro-sociales y altruistas de cara a futuro (Mestre, 2007).

Para Avila y Bernaloa (2007) el niño y la niña no solo crecen y se desarrollan por componentes genético-hereditarios, sino, a su vez, por componentes socioculturales, donde se le da un papel primordial a los padres y a la manera en como éstos crían y orientan; y más específicamente, a como éstos estimulan a sus hijos e hijas a hacer parte del entorno social. En este sentido, se le da más importancia a lo social y al papel del lenguaje que a lo propiamente genético. En efecto, mediante las experiencias sociales y culturales, el componente genético entra a formar parte de su constitución como ser humano, pero no lo determina.

Al analizar las asociaciones existentes entre el desarrollo de habilidades sociales de los niños, las niñas y adolescentes con relación al estilo de crianza de los progenitores y el desarrollo de sintomatología internalizante, se logran hallazgos que van en concordancia con los resultados de la presente investigación. Este estudio halló que la deseabilidad de los padres, se relacionaría con altos niveles de ansiedad. Padres muy preocupados por el papel de sus hijos en la escuela y en el barrio y por parecer buenos padres, podrían influir en conductas ansiógenas en los niños y adolescentes.

Cuervo (2009) señala que la prevención y la promoción de la salud mental de los padres y cuidadores evitaría el aumento de trastornos de angustia y de depresión y así se disminuiría la agresividad; por lo tanto, son los estilos de crianza los que ayudarían a  determinar las conductas de los hijos en la sociedad. Las prácticas educativas asertivas y el acompañamiento en todos los procesos formativos influirían en el individuo para un buen desempeño en el entorno social.

En la presente investigación se encontró que el compromiso es el estilo de crianza más utilizado, pero a su vez es el que mayoritariamente se relaciona con la presencia de sintomatología ansiosa en los niños y adolescentes de la población. Vale la pena destacar que ningún estilo de crianza correlacionó con la presencia de sintomatología depresiva. Esto nos invita a investigar mucho más sobre la relación de los estilos de crianza en la aparición de sintomatología ansiosa y la depresiva. También, se requieren más estudios que evalúen el efecto del desplazamiento del campo a la ciudad por causa del conflicto armado en la transición o cambio de los estilos de crianza a nivel intergeneracional. Por último, se recomienda replicar este estudio en una muestra más amplia de niños y adolescentes sucreños para indagar el tipo de estilo de crianza que se relacionaría con niños deprimidos, teniendo en cuenta diferentes estratos sociales, puesto que esta investigación se llevó a cabo en una zona de estrato 1 y 2 de la ciudad de Sincelejo, departamento de Sucre, con altos índices de pobreza y vulnerabilidad.

Referencias

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