Resumen: El presente artículo de análisis y comprensión teórica, postula desde una concepción Crítica, un breve Análisis Cultural de la problemática de las enfermedades mentales, fundada en dos visiones donde la Psicosis es la protagonista: (1), una mirada desde un análisis comprensivo de Victoria Margree (2002) en “Normal and Abnormal: Georges Canguilhem and The Question of Mental Pathology”, sobre el análisis de la problemática de la industria farmacéutica en las enfermedades mentales; (2), la mirada de construcción social en la Enfermedad Mental, que proponen Anthony J. Marsella y Ann Marie Yamada (2007), en “Culture and Psychopathology: Foundations, issues, and directions ”, argumentan que las investigaciones relacionadas con la psicopatología, muestran una gran resistencia a las consideraciones culturales en la etiología, expresión ,y en su tratamiento .
Palabras Claves: Comprensión Crítica, Cultura, Psicopatología, Enfermedad Mental, Industria Farmacéutica.
A Manera de Introducción
El presente artículo de reflexión teórica, postula desde una concepción Critica, un breve Análisis Cultural, desde la mirada comprensiva de Victoria Margree (2002) sobre sus postulados, en la problemática de la industria farmacéutica para el tratamiento de las enfermedades mentales. Estas reflexiones teóricas propuestas por Margree, entienden desde una mirada comprensiva de construcción social lo que se conoce desde la historia como la Enfermedad Mental. Asimismo, se integra la visión comprensiva de Anthony J. Marsella y Ann Marie Yamada (2007), quienes refieren sobre los análisis culturales en la Psicopatología, análisis que rebasan la explicación del comportamiento patológico en el sujeto, en una mirada donde el comportamiento en sí mismo, no sería considerado como patológico, esto porque refiere Canguilhem (1966): “No es posible hacer un análisis de un comportamiento aislado de los elementos culturales”.
La experiencia de intervención Clínico-Psicológica, en instituciones y centros de Salud Mental Departamentales, me ha llevado a comprender de la Enfermedad Mental al sujeto que significa esta experiencia de enfermedad, ante una sociedad que establece límites, y una cultura donde la palabra “Enfermedad” es sinónimo de rechazo, que además de ser una problemática de Salud Pública, es también una problemática Social. Esta comprensión del sujeto, donde su discurso sobre lo que él refiere de su realidad psíquica es lo importante, debemos tener presentes además de este lugar que se le da al sujeto, insertar el orden cultural. Porque, a partir del empleo de la palabra de los sujetos, se van a lograr efectos sobre los oyentes, así como las normas culturales que rigen un comportamiento, y estas dependen del medio adaptativo que puede presentar el sujeto; estas normas culturales empleadas por el lenguaje de un otro, podrían cambiar comportamientos que son vistos como “Normales”, a comportamientos patológicos considerados como “Anormales” o viceversa.
Son estos, los comportamientos patológicos considerados como enfermedades mentales dentro de un Modelo Médico Organicista, en especial el Modelo Medico de la Psiquiatría Actual, donde su propósito es “Corregir” el síntoma patológico; es decir, que a partir de la incursión del sujeto a los Neurolépticos, lo que se pretende es adaptarlo a las normas sociales y culturales que lo han rechazado por su comportamiento. Es así, como las perturbaciones psicóticas en especial la Esquizofrenia Paranoide, son las que mayor sufrimiento ocasionan en la vida del sujeto y su familia, tanto en el campo económico como relacional, y están inseparablemente vinculadas al tema de los Derechos Humanos, por el estigma, la discriminación, y las violaciones de los Derechos Humanos que sufren las personas, y las familias afectadas por esta perturbación.
Es por esto que, es necesario comprender desde lo cultural cómo en los “Caucanos”, existen un conjunto de representaciones guiadas por un código de valores (tradiciones, religión, leyes política, ética, artes), que impregnan al sujeto en su conciencia más honda, dirigiendo cada vez, su comportamiento en todas las formas de su actividad; comportamientos que van ligados a la medicación como cura sintomática por parte de un Modelo Médico Psiquiátrico cuando se presenta una perturbación psicótica.
Estas representaciones culturales que imperan en el Modelo Médico de la Psiquiatría Actual, no le dan importancia al discurso del sujeto psicótico, a lo que en realidad está aflorando en la vida psíquica de cada uno de estos sujetos, una vida psíquica que está ligada a una cultura que crea fronteras en cuanto a los modos de tratamiento empleados por el Modelo Médico que cada vez más, se alejan de pensar en los modos de organización psicótica, en sus angustias, y en sus fragilidades, que mediante el discurso y sus expresiones se pueden encontrar.
Por lo tanto, la apuesta aquí presentada es el reconocimiento de la Enfermedad Mental desde una comprensión cultural.
La Enfermedad Mental ¿Es una Construcción Socio-Cultural?
Todo diagnóstico y tratamiento empleado por el Modelo Médico, especialmente en la Psiquiatría Biológica, acepta la existencia de la Enfermedad Mental como trastorno, al presentarse lo conocido como el síntoma, en una clasificación llamada: Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), que ayuda al Modelo Médico Psiquiátrico a rotular y a socialmente estigmatizar a los sujetos que según esta clasificación, podrían presentar algún tipo de Enfermedad Mental; identificación que es científica en las alteraciones biológicas, y útil a la vez, según este modelo pero no suficiente por sí misma.
Es así, como Margree (2002), refiere que el aumento del consumo de fármacos para tratar la Psicosis, en sus cifras se tornan alarmantes, debido, a la nueva generación de Neurolépticos. Los Neurolépticos en la industria farmacéutica, se comercializan con el propósito de “Curar” la Enfermedad Mental desde un Modelo Bioquímico, pero lo que muestran estos estudios, es que con el suministro del medicamento existe una disminución del síntoma psicótico, más no refieren que se aumentan las tasas de pacientes con síntomas psicóticos, realidad que se presenta con el consumo.
Este fenómeno del consumismo, se debe a que las compañías farmacéuticas han empezado a determinar ¿Qué es lo que puede considerarse como Enfermedad Mental? Al “Desequilibrio químico cerebral que los fármacos pueden corregir”; y no cómo la “Influencia de factores ambientales, culturales e intrapsíquicos”. Estos mecanismos de consumo farmacéutico, ponen en marcha medidas abusivas y agresivas de venta de Neurolépticos (Margree, 2002). Por lo tanto, las reflexiones de Margree, a partir de diversas posturas que dan una explicación a la teoría del desequilibrio químico, en décadas de investigación para explicar las enfermedades mentales sostiene:
"Antes del inicio del tratamiento farmacológico, los pacientes diagnosticados con Esquizofrenia, Depresión o cualquier otro trastorno psiquiátrico, no presentaban estos famosos desequilibrios químicos. Sin embargo, una vez que una persona inicia el tratamiento farmacológico, que de una manera u otra, abre una llave en la mecánica habitual de la transmisión neuronal, su cerebro empieza a funcionar de manera anormal" (2002).
No es la primera vez, que se pone en duda el modelo farmacológico que impera en nuestros días para tratar los Trastornos Mentales, ni el peligro de que la industria farmacéutica haya comenzado adquirir al poner en influencia la forma de determinar ¿Qué es lo que puede considerarse como Enfermedad Mental? , ¿Cómo tratarla? (Margree, 2003).
Lo anterior, deja reflexiones sobre la influencia de un “Consumismo” ante una problemática de Salud Mental, que cada vez es considerada como un problema desde el Modelo Médico de la Psiquiatría Actual, donde su tratamiento es considerado como el más costoso al proporcionar una “Cura”, o disminuir el síntoma de la enfermedad que dentro de este Modelo, alude a manifestaciones físicas y características de la enfermedad según la teoría de un sistema de clasificación que también se pone en duda, por la gran incoherencia de sus características al desconocerse datos etiológicos como los Sistemas de Clasificación (DSM-IV). Las reflexiones de Margree, permiten reconocer que a la hora de narrar el sujeto con Esquizofrenia Paranoide sus vivencias respecto al cómo vive su enfermedad cultural, permite comprender además de cómo el Modelo Médico de la Psiquiatría que propone la medicación para el tratamiento de las enfermedades mentales en especial para la Esquizofrenia, es aceptado por una sociedad “Consumista” guiada por unas creencias sobre un ideal de Salud Mental, que permite la toma de la medicación como cura de la conducta sintomática. Pero lo que la sociedad “Consumista” no está viendo con este movimiento de la medicación, es que se está aumentando la necesidad de un consumismo de Neurolépticos; por lo tanto, el consumidor que hace parte de esta sociedad, genera una dependencia de un mecanismo agresivo que induce a un nuevo consumismo, es decir, que induce a una nueva necesidad.
Cultura en la Psicopatología
El análisis cultural presentado anteriormente sobre los postulados de Margree (2002), respecto a la problemática de la industria farmacéutica para el tratamiento de las Enfermedades Mentales, se entreteje con la visión de Anthony J. Marsella y Ann Marie Yamada (2007), en “Culture and Psychopathology: Foundations, issues, and directions”. Estos autores, afirman que los trastornos mentales en su gran mayoría están moldeados por la cultura, debido, a sus prácticas que dentro de estas cosmovisiones son literalmente normales, pero si son vistas dentro del contexto occidental industrializado , van a ser considerados como enfermedades mentales.
Es así, como las consideraciones culturales en la comprensión de la tasa, etiología y expresión cultural que algunas investigaciones presentan, incluyen criterios recomendados para la realización de estudios epidemiológicos a través de fronteras culturales, especialmente de los trastornos esquizofrénicos; considerados como una categoría diagnóstica problemática que las investigaciones culturales han dejado en tela de juicio para la observación, y criterios diagnósticos del sujeto en su construcción cultural (Marsella y Yamada, 2007). La importancia del conocimiento de las influencias culturales en la Psicopatología, se destaca por el hecho de que las influencias culturales pueden significar la diferencia entre un pronóstico favorable y desfavorable en el sujeto. Esto nos lleva a considerar, algunas de las diferencias que existen en distintas culturas y en particular, a los síndromes que van ligados a la cultura, es decir, síndromes psicopatológicos que se identifican y se observan sólo dentro de un grupo cultural en particular.
Es así, como finalizo este apartado con una comprensión reflexiva que el psicoanalista Anthony Sampson, en su artículo “Mente, Cultura y Enfermedad”, refiere sobre las Enfermedades Mentales: “Si hablamos de Enfermedades Mentales es justamente porque son de la mente, el cerebro humano es igual en todas las culturas. La mente, es en gran medida un fenómeno cultural, por lo tanto, ganaríamos más si pensamos en Enfermedades Mentales como Enfermedades Culturales; como no hay cultura ideal, cada cultura es enferma, cada cultura las diagnostica y pretende sanarlas con sus propios métodos…”
A Modo de Conclusión
En la mayoría de las investigaciones relacionadas con Enfermedad Mental, la cultura de los diagnósticos se ha olvidado, al recibir una atención mínima en formulaciones investigativas. Por ello, el desafío que fundamenta el presente artículo de comprensión teórica, además de orientar al lector sobre las trasformaciones culturales que se presentan dentro de la Enfermedad Mental, permite la reflexión para comprender siempre que se trabaje ya sea a nivel de intervención e investigación , entender la cultura de los sujetos, como una energía que siempre va a estar presente en el modo de relación que el sujeto tiene con el mundo, sobre el lugar que el sujeto le da a los demás, tanto en su problemática psicológica, como en las posibilidades de recuperación de su estado mental.
Referencias
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