REVISTA DE PSICOLOGIA -GEPU-
ISSN 2145-6569
IBSN 2145-6569-0-7

   
 
  Proceso de indivicuación según Carl Gustav Jung: Una mirada monográfica
Proceso de individuación según Carl Gustav Jung: Una mirada monográfica

 
 
    
 
    
  
   
 
 
Ferney Mora Acosta, Victor Hugo Rosero Arcos & Gabriel Ibarra Muñozez 
 
 

   

 

Corporación universitaria Minuto de Dios / Colombia 

 


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Ferney Mora Acosta. San Juan de Pasto, Colombia. Correo electrónico: moraferney@hotmail.com 
 
Víctor Hugo Rosero Arcos San Juan de Pasto, Colombia. Correo electrónico: vrosero@umariana.edu.co 
 
Gabriel Ibarra Muñoz. San Juan de Pasto, Colombia. Correo electrónico: vrosero@umariana.edu.co
 
 
Recibido: 9 de Agosto de 2018
Aprobado: 30 de Diciembre de 2018 

Referencia Recomendada: Acosta-Mora, F., Rosero-Arcos, V. H., Ibarra-Muñoz, G. (2018). Proceso de individuación según Carl Gustav Jung: Una mirada monográfica. Revista de Psicología GEPU, 9 (2), 46-57.
 
 
Resumen: En este artículo se presenta los resultados de un estudio monográfico sobre el proceso de individuación, teoría propuesta por Carl Jung. Se analizó la función del arquetipo sí-mismo, siendo el arquetipo principal dentro del proceso de individuación, de igual manera, su relación con el concepto de “persona”, como una máscara artificial que recubre la personalidad limitando la individuación, y la identificación del símbolo del mándala como proyección del proceso de individuación. Como técnica para la obtención de la información se utilizó la Ficha de Análisis Documental, (F.A.D), para la sistematización de la información obtenida de las fuentes de recolección. La propuesta de Jung plantea una profunda búsqueda en el inconsciente del ser humano. 

Palabras claveIndividuación, Arquetipos, Sí-mimo, persona, mandala.  

Abstract: In this article are presented the results of a monograph research on the individuation process, term proposed by Carl Jung. Was analyzed the function archetypal self the principal archetype of the process, the relationship of the concept of "person" as an artificial mask that covers the personality, limiting individuation and identification symbol of the mandala as a projection the process of individuation. To organize the data, the information obtaining was used the file Documentary Analysis Worksheet (F.A.D) to collect the data. This theory poses an inescapable of the man quest by growth and self-realization.  

Keywords: 
Individuation, archetypes, self, person, mandala.

Introducción

El Gracias a su formación médica y psiquiátrica Carl Gustav Jung, pudo estudiar la dinámica de las alteraciones mentales hacia finales del siglo XIX, las cuales serán explicadas por la comunidad psiquiátrica de su tiempo, desde una perspectiva puramente biologicista. Sin embargo, los síntomas de muchos de sus pacientes, no tenían una causa debida a deficiencias o patologías de tipo orgánico. No se trataban aquellos elementos psicógenos, dejando de lado la parte afectiva y la historia personal del enfermo, y existiendo además una resistencia a otras teorías y métodos terapéuticos que interpretaban desde otro enfoque, el padecimiento del paciente. De esta forma, Jung iniciaba su camino del encuentro con el inconsciente y la escuela psicoanalítica, hasta llegar a ser uno de sus pioneros y más allegado colaborador de Sigmund Freud.
 
Al realizar Jung la lectura de la “Interpretación de los sueños” y adoptar las teorías del psicoanálisis como método de análisis y tratamiento de este tipo de conductas anormales, el autor evidenciaba la relación de sus ideas con las de su maestro Freud. Logrando comprobar que, en los procesos oníricos, se plasma una simbología producto de las alteraciones manifestadas en distintos síntomas, como lo había planteado Freud. Todo esto finalmente derivo en su lectura y comprensión de la Psicología profunda, y en todo el corpus teórico de la Psicología Analítica. 
 
Una de las teorías de su pensamiento, afirma que el ser humano posee la capacidad natural para buscar estados más elevados de su existencia y, por esto, se entiende las cualidades y aspectos últimos de desarrollo psicológico del individuo, esta exploración y búsqueda natural de la psique, Jung la llamó individuación.
 
La individuación es un proceso en el que, según Jung, existe un inmanente cuestionamiento sobre el sentido de la existencia, y lo describe como el influjo de arquetipos que se experimentan en la vida de forma inconsciente, donde se descubre las potencialidades del ser humano. “Empleo la expresión 'individuación' en el sentido de aquel proceso que engendra un 'individuo' psicológico, es decir, una unidad aparte, indivisible, un Todo” (Jung 1970, p. 47). Se entiende como aquella esfera más propia en la cual se han despertado instancias de crecimiento interno; “Individuación significa llegar a ser un individuo y, en cuanto por individualidad entendemos nuestra peculiaridad más interna, última e incomparable, llegar a ser uno Si-Mismo. Por ello se podría traducir 'individuación' también por “mismación” o “autorrealización” (Jung, 1970, p. 91).
 
Por medio de esta investigación de tipo monográfico, se planteó  la comprensión de del proceso de individuación a través del análisis de la función del arquetipo self, como arquetipo principal del proceso, la interpretación de  la relación del concepto junguiano de “persona” con el proceso, y la identificación de los resultados de sus estudios de la psicología comparada con la mitología de las culturas orientales, donde se toma el término mándala como expresión inconsciente y dibujada del proceso de individuación. 
 
Dentro de esta investigación monográfica se tomaron los anteriores elementos, como conceptos determinantes, los cuales deja en explicito Jung en 1936, y que guiaron el planteamiento de los dos primeros objetivos de esta investigación, al afirmar que: “La finalidad de la individuación no es otra cosa que de liberar el sí-mismo, por un lado, de los envoltorios postizos de la ‘persona’ y, por otro, del poder sugestivo de las imágenes inconscientes.” (Jung, 1964, p. 131).  El tercer objetivo se desarrolló debido a que en la expresión del mándala se encuentra manifiesto el desarrollo psíquico a través de símbolos o de figuras simbólicas. (Jung, 1955).
  
Para la psicología en general, el estudio del proceso de individuación es fundamental, pues toma de manera más amplia al ser humano en su construcción cronológica, incluyendo el futuro del mismo, con todo su pasado y enfatizando en el presente. Es por ello que, gracias a sus estudios y su inmersión en las expresiones inconscientes de la psique hacia la trascendencia, es considerado como el precursor de las teorías del arco de vida, por lo cual ha sido llamado el primer psicólogo transpersonal (Murray, 2004). 

Metodología

Esta investigación de tipo monográfica se encuentra dentro de un paradigma cualitativo, al estudiar la realidad y las teorías subjetivas construidas por el autor, como por ejemplo la influencia misma del inconsciente en la vida del hombre.
 
Para la elaboración de este trabajo investigativo se necesitó de la lectura y análisis de las fuentes primarias, así como de fuentes secundarias de la obra de Carl Jung que son accesibles en la región, conociendo que una monografía, “Es un trabajo que tiene la particularidad de versar un tema único, bien delimitado y preciso. En general, por lo tanto, resulta un escrito breve en el que se prefiere sacrificar la extensión de los asuntos a tratar en beneficio de la profundidad”, (Sobino 1994, citado por Romero).
 
Una monografía, generalmente, recurre al enfoque histórico hermenéutico, donde, la palabra hermenéutica deviene del verbo griego “Hermeneuein”, que enuncia la acción de interpretar, y algunos autores lo relacionan el término con la tarea de Hermes, el mensajero entre dioses y hombres el cual ayudaba a llevar sus designios. (Martínez, 1989. p. 118. citado por López, 2001. p.81).
 
Comprender los sucesos históricos, como por ejemplo el encuentro y desencuentro de Jung con la teoría psicoanalítica y su creador Sigmund Freud, fueron determinantes para el planteamiento del proceso de individuación; “Las reglas de la semántica y no las leyes de la naturaleza constituyen los principios generales del pensamiento histórico; La historia se halla incluida en el campo de la hermenéutica y no en el de la ciencia natural” (Cassirer 1993. p. 287. citado por López 2001. p.83)
 
Para llevar a cabo los objetivos, se realizó la selección y estudio principalmente de textos de Carl Jung, material que sirvió de fuentes primarias. Como fuentes secundarias, se tomaron los textos de autores como Joland Jacobi, quien fue la autoridad con más experiencia después de Jung, y una de sus seguidoras de confianza. La obra llamada “El Mapa del alma según C.G.Jung” de Stein Murray un analista junguiano, psicoterapeuta, formador en la Escuela Internacional de Psicología Analítica, y un escritor contemporáneo quien ha trabajado sobre el proceso de individuación;   por último como fuentes secundarias fue necesario la revisión de un diccionario de simbología, y la obra del sacerdote Víctor White quien colaboró y mantuvo correspondencia con Jung, referenciándolo permanentemente en su obra denominada, “Dios y el Inconsciente” de 1995.
 
Para esta investigación sobre el proceso de individuación, se necesitó abordar la espíteme desarrollada en su escuela denominada psicología analítica, en donde queden además argumentadas las categorías relacionadas con el proceso, como arquetipos, complejos y simbolismo del mandala, que delimitaron y dieron la coherencia necesaria a la investigación.
 
La técnica para la obtención de la información fue la Ficha de Análisis Documental (F.A.D), para organizar y seleccionar la información obtenida de las fuentes teóricas primarias y secundarias, donde se especifica el autor, el año de publicación, la página, la categoría deductiva, la cita textual y el comentario del texto que realiza el investigador, que se utilizó para la construcción del texto interpretativo con el resto de las fuentes de referencia teórica que se encontraron en el transcurso de la investigación. 

Resultados

Acerca del Proceso de Individuación
 
En la publicación de la obra “Transformaciones y símbolos de la libido “de 1912, obra que además cabe decir, produjo la ruptura definitiva entre Freud y Jung por el alejamiento de las ideas originales como el concepto de libido,  reelaborada y editada con el nombre de “Símbolos de Transformación”, publicada en 1952, Jung ya ha concebido la teoría de la individuación como una forma de integrar lo disperso,  de aquellos contenidos producidos por lo consenciente y el inconsciente, teoría que se va desarrollando en el transcurso de sus investigaciones. “El problema consiste en la integración de lo inconsciente, esto es, en la agregaci6n de "consciente" e "inconsciente". He llamado a este proceso, proceso de individuación, y a su respecto remito a mis posteriores trabajos” (Jung, 1993, p.310).  
 
En la definición anterior, se encuentran algunos elementos importantes para la compresión de la individuación desde un análisis teórico, cuando Jung iniciaba a construir su escuela, como resultado de sus investigaciones sobre inconsciente. A través de lo cual, con el transcurso del tiempo desarrolla su teoría, analizando lo que pasa durante el proceso de individuación, y como se da la acción del inconsciente colectivo y personal, como también, la dinámica de los arquetipos, y la acción del yo y la conciencia en el proceso de individuación. 
 
Posteriormente a través de sus investigaciones ha dejado el propósito de la individuación: que el arquetipo sí-mismo, se libere de aquellos limitantes que ha construido la ‘persona’ el arquetipo de la persona, y de la fuerza que representan las imágenes sugestivas del inconsciente (Jung, 1964, p. 131).  
 
Dicha finalidad nace de la propia naturaleza de la psique humana, movida por una inmanente búsqueda del crecimiento interno y logrando estados más trascendentes, “por ello se podría traducir 'individuación' también por mismación o autorrealización” (Jung, 1970, p. 91). Uno de esos elementos importantes es que la individuación representa un camino, y necesita de un guía, que se comienza a reconocer en la necesidad de encontrarse con su mundo interno, pues es un camino que no deja ser peligroso, en el que el yo pierde su integridad, ante la fuerza sugestiva de los contenidos inconscientes (Jolande, 1963).
 
Otro aspecto importante, es que este camino comienza en la segunda mitad de la vida, aproximadamente a los treinta años, en una etapa donde se inicia la búsqueda de una realidad interna, una explicación de la propia existencia, y un lugar de discernimiento continuo, esto se produce durante el curso que ha pasado de la primera a la segunda mitad de la vida, evento llevado por fuerzas opuestas, que se determinan y se complementan recíprocamente. 
 
Jung ha dirigido su atención y sus esfuerzos especialmente a este último estadio y con ello ha abierto al ser humano en el giro de la vida la posibilidad de una ampliación de su personalidad que puede valer también como una preparación para la muerte. Cuando habla del proceso de individuación, piensa en primera línea justamente en esta forma (Jolande, 1963, p.165).
 
En este orden de ideas, en un aparte del prólogo de la cuarta edición de su obra “Símbolos de Transformación” mencionada anteriormente: “Escribí este libro en 1911, cuando tenía treinta y seis años, punto crítico que señala el comienzo de la segunda mitad de la vida, en la cual no pocas veces se produce una metanoía, una modificación de mentalidad” (Jung, 1993. p. 19)
 
De lo anterior, cuando se comienza a analizar la individuación, se puede caer en un error al hacer una analogía o mala interpretación, confundiendo el término con individualismo, pensando en el sujeto que se aísla del mundo y de lo colectivo para no enajenarse y ser alguien individuado: “Empleo la expresión 'individuación' en el sentido de aquel proceso que engendra un 'individuo' psicológico, es decir, una unidad aparte, indivisible, un todo” (Jung, 1944,  p. 47), sin embargo la búsqueda de la individuación implica un encuentro con la totalidad, donde el individuo se descubre tal y como es, en su esencia, y en la relación como un ser colectivo.
 
Vuelvo a observar que el proceso de individuación se confunde con la conciencialización del yo y que de ese modo el yo se identifica con el sí-mismo, lo cual produce una fatal confusión de ideas. Pues de ese modo la individuación se convierte en mero egocentrismo y autoerotismo (Jung, 1970, p. 10).  
 
El mundo y lo colectivo es una conditio sine qua non de la individuación, y Jung ha procurado diferenciar individualismo de individuación, “El individualismo es una acentuación intencionada de la supuesta singularidad en contraposición a miramientos y obligaciones colectivos” (Jung, 1964, p.130), en este caso, el inconsciente se conforma de un elemental yo, y la actitud de un realce individualista discrepa de la naturaleza de lo humano como sujeto dado por fenómenos universales.
 
Por su parte, la individuación de Jung entra en contacto con la afluencia de factores colectivos, “[…] Ahora bien, individuación significa precisamente un cumplimiento mejor y más completo de los destinos colectivos del hombre, […], se puede esperar de él un mejor rendimiento social que haciendo caso omiso o incluso suprimiendo dicho carácter” (Jung, 1964, p.130).
 
No obstante, el proceso de individuación según el autor, es un proceso todavía insondable, al cual pudo acceder por su conocimiento, su técnica o método terapéutico y una visión psicológica especial, de forma científica pudo describirlo por primera vez, “el término individuación designa meramente el terreno aún muy oscuro y necesitado de investigación de los procesos de centración formativos de la personalidad del inconsciente” (Jung, referenciado por Jolande, (1963), p.196).
 
El Despertar del Arquetipo Sí-Mismo
 
El sí-mimo es un arquetipo, que tiene la función de ser un guía y rector de los demás contenidos del inconsciente. Tiene además una representación simbólica como la totalidad, se refiere a la complementariedad que se da entre energías opuestas, es el arquetipo donde se integra el sol y luna, es la completud en la que se encuentra la luz y las tinieblas, y que se personifica en la figura de Cristo o de Buda, que simbolizan la totalidad y a la misma perfección de la personalidad, la divinidad hecha carne, que se hace hombre como los demás. 
 
Cristo, como héroe y hombre-dios, significa psicológicamente el sí-mismo, representa la proyección de este arquetipo, del más importante y central de todos. Funcionalmente, le corresponde la significación de señor del mundo interior, de lo inconsciente colectivo. Como símbolo de la totalidad, el sí-mismo es una coincidetia oppositorum, por lo tanto, entraña a la vez luz y tinieblas (Jung, 1993, p.372).
 
Según Jung, los equilibrios de las funciones de la psique dependen de la acción reguladora que cumple el sí-mismo, constituye el centro y totalidad de la psique de donde emanan los contenidos de imágenes oníricas, diferente a la acción del ego que representa un fragmento pequeño de la parte consciente.
 
Este arquetipo, funciona como un centro organizador que regula nuestro sistema psíquico, generando una acción “heurística” en el sentido más etimológico de la palabra, para organizar y ser fuente de imágenes oníricas.  Su función es percibida únicamente a través de la exploración de nuestra actividad onírica, en la que se presenta como un elemento central, un ente rector de la psique que modera la posibilidad de desarrollo de la personalidad. Dependiendo de la vida subjetiva, tiene la probabilidad de aparecer de forma natural, y emerger vagamente en algunos momentos, o mantenerse en forma parcial durante toda la vida. 
 
El “sí mismo” puede definirse como un factor de guía interior que es distinto de la personalidad consciente y que puede captarse solo mediante la investigación de nuestros propios sueños. Estos demuestran que el “sí mismo” es el centro regulador que proporciona una extensión y maduración constantes de la personalidad. Pero este aspecto mayor y más cercano a la totalidad de la psique aparece primero como una mera posibilidad innata. Puede emerger muy débilmente o puede desarrollarse con una totalidad relativa a lo largo de la vida (Jung, 1995, p. 162)
 
La individuación es, en todo caso, realizar al sí-mismo, al que sólo es posible experimentar de alguna manera en procesos inconscientes, contenidos oníricos o simbólicos, aunque es complejo hablar de su contenido y de una caracterización por su misma naturaleza, no obstante si puede tratar de lo que causa; una serie de transformaciones continúas en el transcurso de una vida, “En el transcurso del desarrollo, el sí mismo hace impacto en la psique y crea cambios en el individuo en todos sus niveles: en el físico, el psicológico y el espiritual”, (Murray, 2004 p.253), este proceso es promovido por la acción del sí mismo, y llevado a dominios de la consciencia  que no lo controlan ni lo originan. 
 
Descubriendo la Persona
 
Cuando Jung utiliza el término de persona,  hace referencia a la actitud de los seres humanos para asumir un papel, con el fin de adaptarse y cumplir a detalle con las exigencias de lo externo, pero que, sin embargo, genera un extravió de individualidad, cuando hay una identificación  extrema, con el rol y con la máscara que se adquiere, en  contraste con la búsqueda de la individuación, resultando en lo que Jung llamó, como envoltorios postizos de la persona que  impiden la liberación del sí-mismo (1963).
 
La persona, como sujeto que necesariamente debemos comprender dentro del contexto asume una identidad propia que lo identifica con un personaje en el mundo, la individualidad se pierde frente a lo externo, y las cualidades más propias y auténticas se ven extraviadas. 
 
Analizando la persona, quitamos la máscara y descubrimos que en el fondo es colectivo lo que parecía ser individual, y que, para decir lo mismo con otras palabras, la persona no era más que la máscara de la psique colectiva. En el fondo, la persona no tiene nada <<real>>. Más bien constituye un compromiso entre el individuo y la sociedad, referente al papel que ha de desempeñar por el hecho de tener un nombre, adquirir un título o desempeñar un cargo siendo tal o cual personaje (Jung, 1964, p.101)
 
Jung propone diferenciar el concepto de persona con lo que significa individualidad, ya que es por medio de la interacción con el objeto, y lo externo que se ha construido a la “persona”, a través de todo lo que se encuentra fuera del sujeto. “La persona es, pues, un complejo funcional al que ha llegado por motivos de adaptación o de la necesaria comodidad. Pero no es algo idéntico a la individualidad” (Jung, 1985, p. 200).
 
Entonces, cuál sería la limitación de persona con el proceso de individuación. Esto se produce cuando el sujeto ha asumido de forma extrema ser aceptado para acoplarse a un rol social y cultural, estando en contravía de la naturaleza del sujeto y renunciando a su esencia y particularidades más propias, generando un ser qué escindido de sí mismo, se convierte en un “un hombre masa”, sin la capacidad de discernir, entregado y volátil a los acontecimientos y necesidades de lo externo.
 
La persona... es aquel sistema de adaptación o aquel modo con el cual entramos en relación con el mundo. Así, casi toda profesión tiene una persona característica... El peligro está sólo en que se identifique uno con la persona, como por ejemplo el profesor con su manual o el tenor con su voz... Se podrá decir con cierta exageración: la persona es aquello que no es propiamente de uno, sino lo que uno y la demás gente creen que es (Jung, 2002, p. 480).
 
Finalmente, la persona en la psicología junguiana, se entiende como un medio por el cual nos adaptamos a diferentes contextos, según sea la exigencia que nos requiera el mundo, más si el sujeto se refiere en el mundo únicamente a la persona que ha debido crear, pierde su individualidad pues solo tendrá a mano lo que al sujeto no viene siendo propio, y tuvo que ser creado por la demanda de lo externo.
 
El Mandala como Proyección Simbólica del Proceso de Individuación
 
Los mandalas son un símbolo que proyecta la totalidad de la psique, hacia la búsqueda de un equilibrio de lo inconsciente y, lo consciente, un ejemplo son los dibujos mandálicos, que se han producido en diferentes culturas de oriente, como el dibujo chino del taigitu, conocido como el yin y el yan en le filosofía del Tao, para simbolizar dicha totalidad, y que representa un fenómeno de equilibrio interno. “Este dibujo taigitu es uno de los símbolos primitivos de la humanidad. Representa la dualidad de luz y sombra, lo masculino y lo femenino como unidad, como totalidad”. (Jolande, 1963, p.43) 
 
Los mandalas son la expresión inconsciente del proceso de individuación. En los mandalas se pueden comprender los conflictos internos de la psique, su acción no se limita al hecho de ser una representación que indica las intenciones y procedimientos ejecutores que está utilizando el inconsciente, según Wilhelm (1955),  el mándala también produce  elementos que activan una expresión artística, emanada por los cambios a nivel inconsciente, por este motivo Jung en sus terapias proponía realizar alguna tarea artística a sus pacientes, en el cual expresaran mandalas, debido a que tiene una conexión profunda con los contenidos del inconsciente que permiten el encuentro con la totalidad de forma  paulatina.
 
La importancia del símbolo del mándala con el proceso de individuación, es que está relacionado de forma inherente a la proyección del arquetipo sí-mismo, que se ve representado por material simbólico concreto, como en sueños, mitología, fantasías o revelaciones.
 
El símbolo del arquetipo del <<si-mismo>> se llama <<símbolo reconciliador>>; puede ser concreto (como en muchos diseños relacionados con la alquimia) o puede ser más abstracto (como en el Mandala). Al estudiar este tipo-mándala de los símbolos, Jung se vio sorprendido por la presencia de un problema que le tenía preocupando a él cada vez más: el problema del cuádruplo o cuaternidad. La expresión simbólica del si-mismo es un modelo del tipo mándala que aparece ordinariamente como combinación del circulo y el cuadrado (White, 1955, p.347).
 
Los mandalas producen manifestaciones de la creatividad artísticas y de la cultura, muestran un símbolo, que proyecta las imágenes de una organización psíquica, hacia la integración de elementos dispersos, que se observan en toda la humanidad. La función prioritaria del mándala es integrar lo disperso, proyectando al sí-mismo, como centro regulador de la psique. “El mandala cumple de este modo la función de ayudar al ser humano y aglutinar lo disperso en torno a un eje, (el self de la terminología junguiana)” (Cirlot, 1992.  p.294).
 
Los mandalas, permiten que la estructura de la psique se encuentre y permanezca inserta en la cultura. En la época moderna se trata de crear mándalas que no poseen el significado simbólico de la totalidad, rompiendo toda herencia de imágenes simbólicas que buscan la trascendencia, que daba a estos dibujos un significado como manifestaciones y representaciones de deidades y así una imago mundi. Ocupando hoy el mandala un significado de exteriorización de procesos que le incumben solo al hombre mismo. 
 
Un mándala moderno es una confesión involuntaria de un estado mental peculiar. Ni se da deidad en él mándala, ni sumisión o reconciliación con una deidad. El lugar de la deidad parece haber sido ocupado por la totalidad del hombre (White, 1955.p. 355).
 
El genio de la modernidad alimentado por un estilo de vida, distrae de forma constante la búsqueda de un camino a hacia la autorrealización, y lo centra en lo más superficial, llevando a una especie de neurosis colectiva, por lo cual no se expresen formas simbológicas como mandalas. 
 
Finalmente, esto lleva a reflexionar que el proceso de individuación es una necesidad, para no sólo sobrevivir sino también tratar de vivir en la totalidad de la realidad psicológica de cada ser humano, liberándose de las estratagemas que se venden como fuentes de felicidad, o autorrealización
 
Conclusiones
 
El proceso de individuación, representa para el hombre movilizar sus capacidades más propias de su realidad psicológica, toparse con energías inmanentes para buscar su autorrealización, que dista mucho al modelo de autorrealización que promueve la filosofía de la modernidad.
 
El funcionamiento de la psique en el proceso de individuación, lleva a comprender desde la teoría junguiana, que existen contenidos dentro de ella, que originan imágenes, símbolos y sueños por los cuales se experimentan vivencias creativas y de trascendencia significativa.
 
A través de la realidad de que cada ser humano, en el devenir de su esencia, puede discernir si buscar la integración y la totalidad de su ser, asimismo el sentido de su propia existencia, y encontrar la salida a un profundo conflicto psíquico, y una alteración compleja de la consciencia
 
La individuación es la liberación del arquetipo sí-mismo, que se experimenta de en procesos inconscientes, contenidos oníricos o simbólicos, produciendo una serie de transformaciones continúas en el transcurso de una vida, y cambios hacia el crecimiento interno en lo físico, psicológicos y espiritual.
 
El concepto de persona desde la perspectiva junguiana es la máscara que se ha ido adquiriendo en el transcurso de una vida, y aunque es de alguna forma necesaria para sobrellevar los procesos más formales de educación y socialización, no está fuera del alcance de los designios arquetípicos en la elección del tipo de persona que se ha de asumir en la sociedad, en dicha elección también existen elementos del inconsciente colectivo.
 
La persona produce una la limitación al proceso de individuación, impidiendo la liberación del arquetipo sí-mimo, cuando se asume de forma extrema la máscara para adaptarse a las necesidades y exigencias del mundo, renunciando a su propia esencia, y generando compensación y conflicto en la dinámica de la psique. 
 
Aunque se encuentra en algunos textos que el concepto de persona, es comúnmente relacionado con la categoría de un arquetipo, esto no se encuentra en las definiciones realizadas por Jung, más bien se puede decir que presenta algunas representaciones arquetípicas. La información encontrada refleja que persona, ciertamente funciona como un arquetipo, pero su naturaleza no corresponde sólo a la del inconsciente colectivo, se relaciona un poco más al inconsciente personal y lo que Jung llama como complejo.
 
La representación simbólica de los dibujos mandálicos, son la mejor forma de observar cómo puede proyectarse el arquetipo sí-mismo, como una representación inconsciente del proceso de individuación.
 
En el símbolo del mándala se encuentra la representación de una organización psíquica que propende por el equilibrio, se llega a comparar con un lugar sagrado que se encuentra protegido por un círculo divino, como la flor de oro en el texto taoísta del budismo chino, que simboliza la luz del cielo.
 
Los mandalas pueden encontrarse en diferentes culturas, y se tienen algunos rastros de expresiones mandálicas desde los tiempos que datan de la edad de piedra, su presencia es universal, y lo que indican es, la actividad del inconsciente de los primeros hombres, al igual que los tiempos modernos, por buscar su autorrealización o individuación. 

Referencias

Cirlot, J. (1992).Diccionario de símbolos. Barcelona: Labor S.A.

Galindo, C. J. (1998). Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. Pearson, Addison Wesley Longman.

Jolande, J. (1963).La psicología de C.G.JUN. Madrid: Espasa-Calpe, S.A.

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Jung, Carl Gustav. (1995). El hombre y sus símbolos. España: Paidós Ibérica, S.A

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López Parra H. J. (2001). Un enfoque histórico hermenéutico y crítico social en psicología y educación ambiental. Universidad Pontificia Bolivariana.

Murray, S. (2004).El mapa del alma según C. G. Jung. Barcelona.

Romero R Leticia et al. Metodología de la investigación en Ciencias Sociales.



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