MODELO EXPLORATORIO DE BIOSEGURIDAD PERCIBIDA FRENTE A LA COVID-19
EXPLORATORY MODEL OF PERCEIVED BIOSECURITY REGARDING COVID-19
José Marcos Bustos Aguayo, Cruz García Lirios & Francisco Rubén Sandoval Vázquez
Universidad Nacional Autónoma de México / Universidad de Sonora / Universidad Autónoma del Estado de México
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Referencia Recomendada: Bustos-Aguayo, J. M., García-Lirios, C, & Sandoval-Vásquez, F. R.(2022). Modelo exploratorio de bioseguridad percibida frente a la COVID-19. Revista de Psicología GEPU, 13 (2), 5-15.
Resumen: La seguridad ha preocupado a las autoridades y la sociedad civil durante los últimos años. Los diferentes sustratos de la sociedad tienen diferentes percepciones sobre la seguridad. El presente documento explora la confiabilidad y validez de un instrumento que mide la percepción de seguridad en estudiantes de licenciatura mediante la revisión de siete dimensiones: territorial, nacional, pública (gobierno), humana, pública (autoprotección), privada e internauta. En consecuencia, la fijación de valores y residuales permitió aceptar la hipótesis nula de relación significativa entre las dimensiones teóricas con respecto a los factores ponderados.
Palabras clave: Confiabilidad del instrumento, Validez del instrumento, Percepción de seguridad.
Abstract: Security has been a concern for authorities and civil society in the last years. Different strata of society have different perceptions of security. This paper explores the reliability and validity of an instrument that measures the perception of security in undergraduate students by reviewing seven dimensions: territorial, national, public (government), human, public (self-protection), private and internet-related. Consequently, the fixing of values and residuals allowed accepting the null hypothesis of a significant relationship between theoretical dimensions regarding the weighted factors.
Key Words: Instrument reliability, Instrument validity, Perception of security.
Recibido: 2 de Octubre de 2022 / Aprobado: 30 de Diciembre de 2022
Correo electrónico de contacto: garcialirios@aol.com
Introducción
Al momento de escribir este artículo, la pandemia provocada por el coronavirus SARS-COV-2 y la enfermedad COVID-19 ha infectado a 10 millones, enfermado a 5 millones y matado a 500.000
personas en todo el mundo (OMS, 2022). En México ha infectado a 200.000, enfermado a 150.000 y matado a 25.000 personas (OPS, 2022). En este escenario, la percepción de seguridad es un tema central en la agenda ciudadana no solo por la crisis sanitaria, sino también por la crisis económica.
De esta manera, la escalada de violencia contra grupos vulnerables como niños, mujeres y ancianos ha aumentado exponencialmente y se ha sumado a los riesgos que plantea la pandemia. Derivado de esta situación, la percepción de seguridad emerge, se desarrolla y se consolida como un tema central en la agenda ciudadana (Martínez et al., 2018). Es un fenómeno en el que las potenciales víctimas aprecian la pandemia como impredecible en sus efectos, inconmensurable en sus consecuencias e incontrolable por parte de las autoridades.
Tales fenómenos, la pandemia y la seguridad, convergen en la violencia contra los grupos vulnerables como resultado de la frustración de los jefes de familia ante el desempleo, el hambre y la insalubridad (Juárez et al., 2017). De esta forma, las zonas de mayor riesgo son las más densamente pobladas como la Ciudad de México, principalmente en la alcaldía de Iztapalapa.
La seguridad, en varios países, ha sufrido carencias, o ausencias, particularmente cuando se habla de participación gubernamental. La seguridad pública puede entenderse como la labor del Estado para proteger y resguardar a su población de peligros o amenazas internas. En los países latinoamericanos, la custodia pública se percibe como ausente, debido a la gran cantidad de coberturas de prensa que exponen la falta mencionada (Rincón et al., 2018). En el caso de México, día a día, aparecen en las noticias, una mayor cantidad de coberturas de notas rojas, lo que muestra una cara violenta del país. La estructura de percepción de seguridad en: Seguridad territorial; Seguridad nacional; Seguridad pública (Estado como procurador general); Seguridad humana; Seguridad pública (Autoprotección); Seguridad privada; y, percepción internauta de la seguridad, alcances (Bustos et al., 2018).
Los eventos de seguridad pública ocurren en todo el mundo, lo que representa una amenaza para la seguridad personal, la propiedad y la defensa nacional. Los problemas de seguridad de México son como el contexto general en América Latina en muchos sentidos. Sin embargo, México tiene influencia del crimen organizado debido a los niveles de consumo de productos ilegales en el mercado estadounidense (Carreón et al., 2018).
La seguridad pública ha sido tradicionalmente entendida como la función del Estado que consiste en proteger a sus ciudadanos de ataques ilegales (o delitos contra) su propiedad, integridad física, libertad sexual, etc. El significado de seguridad pública se infiere como seguridad de las personas: inherencia, inseparabilidad, amplitud y enfoque en la justicia (Aldana et al., 2018).
Se afirma que la percepción de nuestra realidad es subjetiva y que la percepción de nuestro mundo depende de nuestras condiciones de vida. La percepción de la realidad opera desde un orden superior, desde un mesosistema que incluiría a ambas (percepción y realidad), y en el que cada una aparece como elementos y no como unidades cerradas e independientes. La noción de que: lo que vemos, podría no ser lo que realmente está allí, ha preocupado y atormentado a toda la población en todos los sectores, clases o roles de nuestra sociedad. Diferente sector de población tendría diferente percepción de seguridad (Carreón et al., 2018).
También se puede mencionar que el estigma cultural en el país, también incide y promueve la falta de resguardo público, debido a la forma de pensar general de la población mexicana, que en comparación con otras culturas, se muestra como perezosa y con poco interés para desarrollarse en aspectos académicos, profesionales, sociales, entre otros. La administración de la seguridad pública es la implementación de políticas públicas que justifican la orientación del Estado en la prevención del delito y la administración de justicia, pero solo la desconfianza de los ciudadanos hacia la acción gubernamental se evidencia en una creciente percepción de inseguridad reportada en la literatura en siete dimensiones: territorial, nacional, pública (gobierno), humana, pública (autoprotección), privada e internauta (Martínez et al., 2018).
México puede ser visto desde diversos ámbitos como el económico, histórico o social. En ese sentido, existen otros sub ámbitos (o subescalas en el ámbito social) como salud, seguridad pública, educación, conciencia ambiental, entre otros. Como se mencionó anteriormente, los diferentes sectores de la población tienen una percepción diferente de los sub ámbitos (o subescalas) sociales. En el caso de los estudiantes de licenciatura, en la medida en que su formación escolar da la posibilidad de generar un pensamiento crítico, ese sector de la población puede generar una sólida percepción de factor que incide en el contexto de la sociedad (García et al., 2017).
La teoría de la percepción de la seguridad alude a dimensiones convergentes respecto de la confianza entre gobernantes y gobernados. De esta forma, la premisa central de la teoría es que los ciudadanos tienen expectativas desfavorables o positivas de sus autoridades encargadas de la aplicación de la ley y la prevención del delito, así como la rehabilitación social (Carreón, 2020). En este sentido, la seguridad es un fenómeno sociopolítico, pero reducido a las expectativas mediáticas de la acción gubernamental, así como a la desconfianza o empatía por sus estrategias, programas o políticas en cuanto a salvaguardar la integridad y dignidad de sus gobernados, así como bienes privados e intereses públicos.
Las dimensiones de esta percepción de seguridad se han estructurado en términos socioespaciales como el territorio o en cuestiones sociales como la nación, pero con énfasis en la situación de sectores, estratos o grupos como la denominada seguridad pública y ciudadana, así como los intereses particulares como la seguridad privada y en Internet (García, 2019).
La seguridad territorial y nacional han sido tradicionalmente los temas más abordados desde la sociología del riesgo para dar cuenta del impacto del cambio climático sobre el nivel del mar y las costas, así como los eventos de riesgo derivados de sequías, heladas, incendios, inundaciones o terremotos en zonas vulnerables, el tráfico de especies o la aparición de epidemias por invasión de territorios animales (Quiroz, 2019).
La denominada bioseguridad se centra en la alimentación como principal indicador del nivel de salud ante una crisis sanitaria o ambiental (Hernandez, 2019). En este sentido, la seguridad territorial o nacional debió especializarse en lo público porque cada sector o estrato social demandaba necesidades distintas según las situaciones contingentes. La ciudadanización de esta seguridad dio paso a la individualización de expectativas y recursos, dando lugar a la autoprotección tanto personal como virtual, con la aparición de la ciberseguridad.
Existen más diferencias entre bioseguridad y ciberseguridad, pero ambas son esenciales para el estado de derecho, la administración de justicia, la procuración del delito, la rehabilitación social y la pacificación colectiva (Bustos et al., 2020). Desde una perspectiva tradicional, ambas dimensiones son observables como complementarias, pero desde un enfoque progresista se asumen como concomitantes. En otras palabras, los efectos del cambio climático están cada vez más vinculados a la usurpación de identidad, la extorsión o la cooptación, ya que se asumen nichos de deterioro ambiental y social que originan los ciberdelitos. O, con base en la ciberseguridad, se observan en tiempo real los datos de robos, secuestros u homicidios en situaciones de desastre natural o contingencias sanitarias.
A partir de la revisión teórica, conceptual y empírica se modelaron las relaciones entre las variables(García, 2021). De esta manera, la seguridad territorial y nacional son concomitantes dado su grado de generalidad en la protección del país, así como el multilateralismo que implican las medidas de pacificación internacionales o regionales. En el caso de la seguridad pública y ciudadana, ambas comparten los imperativos de salvaguardar los bienes comunes que, si bien son públicos, pueden establecerse como social y ambientalmente disponibles para las generaciones futuras. En este sentido, la seguridad privada y la digital también son similares en cuanto a la prevención de delitos que atenten contra la dignidad e integridad de la persona y no de la sociedad.
Las relaciones teóricas entre las percepciones de seguridad son consistentes con los datos observados (García et al., 2016). Esto es así porque se presume que el instrumento mide las siete dimensiones de la seguridad, así como su consistencia cuando se aplica a toros, escenarios y muestras. Además, la seguridad como fenómeno multidimensional sugiere niveles de medición concomitantes (HC) entre sí, reflexivos (HR) y con errores (HE) atribuidos a la varianza de las respuestas.
Las hipótesis concomitantes aluden a las covarianzas entre las dimensiones del fenómeno, así como a la explicación de su estructura de trayectoria si surgiera una nueva especificación o modelado al contrastar la hipótesis nula (Garcia, 2020).
Las hipótesis reflexivas aluden a las relaciones entre los factores respecto de los indicadores, sugiriendo la estructuración del fenómeno, así como la convergencia de las respuestas a los reactivos que miden cada rasgo de las dimensiones (Rivera, 2020).
Las hipótesis de errores de medición se refieren a varianzas no explicadas en la estimación de la estructura de las relaciones concomitantes y reflexivas. Además, sugiere la probable incidencia de otros factores e indicadores no incluidos en el modelo (Amemiya, 2020).
Precisamente, el objetivo del presente trabajo es concretar un modelo para el estudio de la seguridad percibida frente a la pandemia, el confinamiento y la violencia hacia grupos vulnerables como adultos mayores, mujeres y niños con respecto al cabeza de familia, autoridades civiles y sanitarias.
¿Cuáles son las redes de significados en torno a la bioseguridad en trabajadores migrantes del centro de México ante la pandemia?
Los aportes del estudio a la disciplina son 1) revisión sistemática del estado del arte, 2) sistematización de hallazgos, 3) propuesta de un modelo teórico y conceptual, 4) abordaje metodológico, 5) diagnóstico del problema, 6) discusión entre los hallazgos y la literatura revisada, 7) diseño de secuencias pedagógicas.
Así, la primera sección revisa los enfoques teóricos y conceptuales que explican el fenómeno (Mejía et al., 2016). La segunda sección presenta los resultados de estudios relacionados con el tema (Mendoza et al., 2017). En la tercera sección se proponen los ejes, trayectorias y relaciones entre las variables. En la cuarta sección se presentan las decisiones para abordar el problema (Quintero et al., 2017). En la quinta sección se describen los resultados (Sandoval, 2020). En la sexta sección se discuten estos hallazgos (García, 2018). El séptimo apartado reflexiona sobre la aportación y aplicación del estudio en el aula.
Metodología
Se realizó un estudio documental, transversal y exploratorio con una selección no probabilística de fuentes indexadas a repositorios nacionales: Clase, Conacyt, Latindex y Redalyc, considerando el periodo de 2019 a 2022, así como la búsqueda por palabras clave; "seguridad", "bioseguridad" y "COVID" (Ver Tabla 1 en PDF).
Se utilizó el inventario Delphi, que incluye preguntas relacionadas con la relevancia de los hallazgos reportados en la literatura sobre la seguridad en el trabajo. Se seleccionaron jueces expertos en el tema a partir de su índice h de citas en Google Académico. El criterio de los jueces permitió evaluar los hallazgos buscados en la literatura (Ver Tabla 2 en PDF).
Los jueces fueron contactados a través de su correo institucional. Se informó a los encuestados sobre el proyecto y sus responsables. Se garantizó por escrito la confidencialidad y el anonimato de sus respuestas. Se siguieron los protocolos para estudios con humanos recomendados por el comité de ética. Se utilizó el protocolo de Helsinki para llevar a cabo la investigación. El estudio siguió las directrices de la Asociación Americana de Psicología.
Los jueces codificaron sus respuestas utilizando una escala de Likert que va de 0 = "nada de acuerdo" a 5 = "bastante de acuerdo". Los datos fueron capturados en Excel y procesados en JASP versión 15. Se utilizaron coeficientes estadísticos no paramétricos. Se estimó la centralidad y el agrupamiento, así como la red de relaciones, considerando un aprendizaje de los protocolos de bioseguridad reportados en la literatura.
Resultados
La pendiente de los datos simulados y observados sugiere un ajuste, significa entonces que las dimensiones de la bioseguridad frente al COVID-19 emergen del contexto de estudio. En este sentido, la red de significados se orienta hacia dimensiones relacionadas con la ira, el miedo, la ansiedad, la frustración, el agotamiento, la despersonalización, el estrés, la distancia, el encierro, el oportunismo y el estigma ( Ver Figura 1 en PDF).
La Figura 2 (ver en PDF) muestra las relaciones entre los indicadores y los doce factores establecidos. La pandemia impactó directamente en las emociones. El modelo incluye relaciones negativas entre los factores pero relaciones positivas entre los factores con respecto a los indicados.
Los resultados muestran una diversificación emocional producto de las políticas de contención y mitigación de la pandemia en la literatura publicada de 2019 a 2022, considerando el criterio de los jueces expertos en los temas. La estructura resultante sugiere que los doce componentes del modelo de seguridad sugieren una diversidad de significados.
Discusión
En relación a la teoría de la percepción de seguridad, que plantea nueve dimensiones relacionadas con territorio, nación, ciudadanía, público, privado, humano e internet, este trabajo demostró que la seguridad humana es el factor que más refleja la estructura perceptual de seguridad (Carreón et al. al., 2014). Las líneas de estudio referentes a las dimensiones de la seguridad humana permitirán advertir escenarios de conflicto entre gobernantes y gobernados, así como el surgimiento de la seguridad ciudadana y privada.
En cuanto a los estudios de seguridad donde se destaca un continuo estado coercitivo y persuasivo en su relación con los ciudadanos, este trabajo ha demostrado que la seguridad humana es una dimensión que explica las diferencias y similitudes entre gobernantes y gobernados (García, 2019). El desarrollo de esta dimensión nos permitirá notar el tránsito de un sistema coercitivo a otro persuasivo, es decir, se observará la seguridad atribuida a la violencia legítima de un gobierno democrático hasta la seguridad que deslinda al régimen de toda responsabilidad y recarga al ciudadano con la atribución de prevención al confinar su expresión y su propiedad.
En cuanto al modelado de las siete dimensiones de la percepción de seguridad, el presente estudio ha demostrado que estas explican el 55% de la varianza y advierten del surgimiento de un factor común que la literatura identifica como de segundo orden (García et al., 2016). Las líneas de investigación en torno al surgimiento de este factor común permitirán evaluar, acreditar y certificar las relaciones entre gobernantes y gobernantes en materia de seguridad multidimensional.
Conclusión
En resumen, la seguridad percibida es un fenómeno psicológico multidimensional ya que deriva de las relaciones entre autoridades y ciudadanos respecto de la prevención del delito, la administración de justicia y la rehabilitación social, aunque existen otras dimensiones como la seguridad sectorial o mediática para explicar el impacto de las políticas, estrategias y programas sobre decisiones y acciones civiles. En México prevalece una interpretación o idea común de qué país carece de seguridad. En la ausencia de custodia influye la presencia del crimen organizado, la venta ilegal de drogas y armas, y la corrupción existente en cada poder del Estado, entre los principales aspectos.
Las correlaciones de confiabilidad y validez cuando la unidad muestra que existen otras dimensiones vinculadas al constructo. En este sentido, la inclusión del autocontrol explica los efectos de la propaganda estatal en materia de prevención del delito, aplicación de la ley y educación para la paz en los estilos de vida de sectores civiles.
El aporte de este estudio se preocupa por la confiabilidad y validez de un instrumento que midió siete dimensiones de la seguridad: territorial, nacional, humana, pública, pública, privada y digital. Los estudios sobre seguridad ciudadana identifican en las expectativas del gobierno el factor predominante que explica el fenómeno como una institución eficiente y eficaz, pero en el presente trabajo se ha evidenciado el surgimiento de este fenómeno a partir de una estructura de percepciones en torno a lo personal, ciudadano, agenda pública, humana, nacional y territorial.
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