REVISTA DE PSICOLOGIA -GEPU-
ISSN 2145-6569
IBSN 2145-6569-0-7

   
 
  Percepción de la infidelidad, por parte de personas infieles
Percepción de la infidelidad, por parte de personas infieles
 
 
 

Andres Segura, Erika Rojas & Lorena Reyes

 

   

 

Universidad de San Buenaventura / Colombia

 


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Andres Segura, Erika Rojas, Lorena Reyes. Estudiantes de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Bogotá. Correo electrónico: pipe_segura414@hotmail.com
 
  
Recibido: 12 de Febrero de 2020
Aprobado: 30 de Junio de 2020 
 
 
Referencia Recomendada:  Segura, A., Rojas, E., & Reyes, L. (2020). Percepción de la infidelidad, por parte de personas infieles. Revista de Psicología GEPU, 11 (1), 88-112.
 
 
Resumen: La infidelidad es un tema poco tratado en el contexto colombiano, que comprende la ruptura de un nosotros dentro de las relaciones de pareja, por ende el propósito del presente estudio fue comprender la misma, a partir de lo referido por personas infieles, ello desde una perspectiva cualitativa de base fenomenológica, que permitió encontrar semejanzas entre el discurso de cada participante, concluyendo que, para los mismos, la infidelidad es un comportamiento que genera mayor placer sexual siendo este justificado en el aburrimiento con la relación principal, permeado por una actitud indiferente por parte de los mismos con base en experiencias y predisposiciones relacionadas con dicho tema. Lo cual consideran nocivo para la pareja oficial en la medida en que esta se entere de la situación.

Palabras clave: Percepción, percepción de infidelidad, infidelidad, relaciones de pareja, motivadores para ser infiel, actitud indiferente.

Abstract:Infidelity is a subject little treated in the Colombian context, which comprises the rupture of a US within the relationships of couples, therefore the purpose of the present study was to understand the same, from what is referred by infidels, this from a Qualitative perspective of phenomenological base, which allowed to find similarities between the discourse of each participant, concluding that, for them, infidelity is a behavior that generates greater sexual pleasure being justified in boredom With the main relationship, permeated by an indifferent attitude on the part of them based on experiences and predispositions related to this topic. Which they consider harmful to the official couple to the extent that this one finds out the situation.

Key Words: Perception, perception of infidelity, infidelity, partner relationships, motivators to be unfaithful, indifferent attitude.

Introducción
 
La sociedad occidental actual según Bauman (2005) está caracterizada por lo que el autor refiere como “amor líquido”, entendido como la pérdida o ruptura de los principios de compromiso, exclusividad y responsabilidad en la pareja, aspectos que están llevando a la terminación de vínculos afectivos. Finchman y May (2017) se refieren a la infidelidad como un fenómeno universal, que ocurre entre el 20% y 25% de los matrimonios y que ha sido determinada como la primera causa de divorcio en más de 160 grupos étnicos según un estudio antropológico intercultural realizado con participantes de África, Mediterráneo, Europa, Asia, Pacifico Insular y América del Norte y del Sur (Betzig, 1989). En cuanto a relaciones de pareja diferentes al matrimonio, se encontró en un estudio realizado en 691 estudiantes de psicología de una universidad de Estados Unidos entre el 65% y el 75% de los participantes habían tenido algún tipo de relación extradiada mientras estaban comprometidos en una relación estable (Wiederman & Hurd, 1999). Estos datos llaman la atención, ya que la tasa de infidelidad en matrimonios es inferior a la tasa presente en otros tipos de parejas. De igual modo se estima que aproximadamente el 50% de las personas han tenido una relación extradiada en algún momento de su vida (Fisher, citado en Romero, Rivera y Díaz, 2007). 
 
Teniendo en cuenta lo anterior, el objetivo de la presente investigación es contribuir al conocimiento de la infidelidad en el campo de la Psicología Clínica y familiar con el fin de entender y ampliar la percepción que jóvenes infieles tienen sobre este fenómeno y poder generar espacios que promuevan la importancia de la comunicación de pareja, en términos de expresar significados y expectativas frente a los tipos de contratos que se establecen al vincularse en una relación, así como las posibles consecuencias que el rompimiento de estos contratos puede traer a los miembros de la pareja. Con relación a las consecuencias, Jauregui (s.f) menciona que la infidelidad puede generar problemas psicológicos manifestados en trastornos de ansiedad, trastornos psicosomáticos, depresión y en algunos casos síntomas de estrés postraumático debido a que los daños psicológicos usualmente llegan a durar largos periodos de tiempo.
 
Finalmente, Treas y Giesen (2004) mencionan que profundizar en el fenómeno de la infidelidad es valioso ya que se espera que entre más permisiva sea la percepción de un sujeto sobre este tipo de comportamientos más probabilidad hay de que esa persona termine vinculándose en algún tipo de relación extra diada. 
 
Percepción de la infidelidad por parte de sujetos infieles
 
El término pareja hace referencia a la relación recíproca entre dos personas, que se han unido para compartir el día a día y encontrar formas de solucionar los retos inherentes a la construcción de un nosotros, generalmente a través de negociaciones que implican pertenecer a otro y poner límites propios (Zumaya, Brown & Baker, 2008). De esta interacción, surgen espacios y situaciones en donde prima la mutua aceptación y en la cual se acepta legítimamente a otro, dando paso a la emoción del amor (Maturana, 1993). El amor, es lo que permite que las relaciones crezcan y se profundicen (Camacho, 2004).
 
Sternberg (1989) considera el amor como una relación triangular entre intimidad, pasión y decisión-compromiso. Estos componentes van a variar en intensidad dependiendo del tipo de relación y del tiempo.  Algunos estudios han concluido que los jóvenes de hoy no tienen claro el tipo de relación que establecen, no hay expectativas y los vínculos que construyen no concuerdan con las características tradicionales, en donde priman las emociones y los sentimientos, dejando fuera aspectos como el compromiso y la estabilidad (Barrios, Avendaño & Rocha, 2017). Los jóvenes han pasado de relaciones formales en las que se construyen lazos permanentes a relaciones informales, conocidas como amigovios o relaciones free, que encajan perfectamente en su predominante estilo de vida acelerado y cambiante (Vizzuetth, García & Guzmán, 2010). 
 
En la actualidad las relaciones pueden clasificarse, a partir de la profundidad del vínculo en temas de afecto y tiempo y según el tipo de contrato que se establece, no obstante, en casi todos los casos aparece una cláusula de exclusividad afectiva y sexual, con lo cual una relación puede asumir el nombre de tranza, amigovios, novios, pareja abierta, amantes o matrimonio (Camacho, 2004). Sumado a lo anterior, el ambiente que rodea a los jóvenes, considerados como adultos emergentes, es una sociedad que cada vez cree menos en el compromiso y que está mediada por la tecnología, las redes y el internet, como nuevas formas de comunicación que promueven vínculos frágiles y contactos superficiales (Berzosa, 2016).
 
Por todo lo anterior, mantener actualmente una relación estable en el tiempo no es tarea fácil y son varias las causas que pueden llevar al rompimiento de la relación de pareja, Bastida, Valdez-Medina, González-Arratia, y Rivera sugieren como motivos: la falta de atención, maltrato, rechazo, discusiones, agresiones, peleas, traición, engaño, mentira e infidelidad (Como se citó en Valdez-Medina et al, 2003). La presente investigación se centrará en el tema de la infidelidad.  
 
El fenómeno de la infidelidad visto desde el punto de vista evolucionista ocurre porque el ser humano puede permanecer con una sola pareja durante 2 o 3 años, pero luego de este tiempo cada uno de los miembros sentirá la motivación de buscar una nueva pareja sexual o compañía. Por el lado psicológico, cuando esta conducta se presenta en una relación, se explica a partir de la no satisfacción de ciertas necesidades, por lo cual la parte insatisfecha estará motivada a llenar los vacíos, por fuera de la relación establecida (Valdez-Medina et al, 2003).
 
Se entiende como infidelidad, toda ruptura o transgresión a las normas de exclusividad establecidas en una pareja formalmente conformada, de manera explícita o implícita con una persona fuera de la relación oficial, la cual puede manifestarse de diferente formas, niveles y tipos, sin tener en cuenta el consentimiento del otro (Macedo, 2014; Baquero & Ruiz, 2014; Galarza, Martiens-Taboas y Ortiz, 2009; Camacho, 2004). Por su parte, Blow y Hartnett la definen como el acto sexual y/o emocional ejecutado por una persona que tiene una relación formal con otra, por fuera de la relación principal, lo cual constituye un abuso de confianza y/o violación de las normas establecidas (ya sea explícitas o implícitas) por uno o ambos miembros de la pareja, en relación con la exclusividad romántica/emocional previamente asumida (como se citó en Bernal y Sequeda, 2003). Esta última, será la definición que se tendrá en cuenta en la presente investigación.
 
La infidelidad puede entonces manifestarse de diferentes maneras; la sexual, cuando uno de los miembros de una relación está en búsqueda de placer, e involucra a un tercero para satisfacer este deseo; o, la infidelidad emocional que se da cuando la persona dedica tiempo, atención y afecto, a otra que esta fuera de su relación primaria (Baquero & Ruiz, 2014; Galarza, Martiens-Taboas y Ortiz, 2009; Camacho, 2004). Por lo tanto, la infidelidad implica que uno de los miembros de la relación o incluso los dos esté en una relación fuera de su compromiso oficial. En todo caso, se parte del concepto de pareja que comprende un yo, un tú, y un nosotros, y se convierte en una triangulación que ahora involucra un yo (persona infiel), un tú (persona engañada) y un él o ella (tercero) (Paz, 2003). Según Cordella, Pacheco y Ringeling (2012) a las terceras personas por lo general se les atribuye la culpa de la terminación del vínculo primario y se pueden clasificar en dos tipos: el funcional, que puede acoplarse positivamente en los ámbitos laborales, familiares y en planes a mediano, corto y largo plazo, y el de tipo disfuncional entendido propiamente como la tercera persona, la cual puede o no, generar crisis en la relación principal.
 
Con relación a los motivos que llevan a una persona a ser infiel, Glass y Wright (1992) mencionan cuatro factores: (1) dimensión sexual, que incluye placer/experimentación sexual, curiosidad, frustración, variedad, excitación y novedad; (2) intimidad emocional, relacionada con la búsqueda de comprensión, compañía, reforzadores del ego y aumento del autoestima; (3) motivación extrínseca, como venganza o conseguir un ascenso profesional; y (4) dimensión amorosa, expresada como recibir amor/afecto o enamorarse. Por su parte, Camacho (2004) afirma que la infidelidad se da más en el sexo masculino, entre los 30 y 50 años refiriendo que para los hombres las razones más frecuentes suelen ser por deseo sexual, búsqueda de aventuras, elevación de auto estima, entre otras. Por el lado de las mujeres, a diferencia de los hombres, no tienen los mismos facilitadores sociales que justifiquen una infidelidad, ya que históricamente existe mayor presión social sobre ellas. Esto lleva a que la infidelidad por parte de la mujer sea un acto más clandestino que el de un hombre y sea motivada principalmente por factores afectivos. 
 
En cuanto a las conductas que puede considerarse infidelidad,  Camacho (2004) afirma que el fenómeno se puede presentar en diversos grados o niveles: la fantasía, referente a aquellas ideas o pensamientos que se tienen con un tercero; la seducción, relacionada con el coqueteo constante; infidelidades platónicas definidas como  pensamientos sobre personas específicas que ocupan la mayor parte del tiempo; la infidelidad de una vez, que indica una aventura o encuentro único; infidelidades esporádicas, asumidas como actos que ocurren con baja frecuencia sin tener en cuenta el factor emocional; están también las infidelidades fijas, donde prima mayormente el encuentro sexual y ocurren de manera más frecuente; infidelidades puras, en las que una persona mantiene una relación afectiva y sexual con otra y dedica tiempo; también se encuentran las compulsivas que son los momentos en que una persona no pierde la oportunidad de ser infiel, es decir que incurre en dicho acto cada vez que puede y por último la doble vida donde se evidencia que la persona infiel establece lazos paralelos y sólidos con vínculos afectivos, donde en algunos existe presencia de hijos y por lo general uno de los dos hogares sabe del otro.
 
Como se ha mencionado anteriormente la infidelidad puede darse de forma muy variadas y las consecuencias relacionadas con este comportamiento, no son específicas debido a que se considera un fenómeno bastante complejo al involucrar varias personas. Las personas víctimas de esta situación manifiestan respuestas psicológicas inmediatas que pueden ir desde, enojo, ira, desprecio por el otro, celos, baja auto estima, tristeza, ansiedad e incluso depresión en formas leves o patológicas (Paz, 2013). Otros autores  (Paz, 2013; Romero, Rivera y Díaz, 2007) establecen que los efectos que puede llegar a tener una  infidelidad, varían en función de cada persona y de la pareja y pueden manifestarse de dos maneras, una negativa que puede implicar, un conflicto, una ruptura del vínculo e incluso llegar a temas de violencia y otra positiva, en la medida en que dicho acto funciona para mejorar o sostener la relación, re-estructurando el lazo ente la pareja y dando mayor valor a la persona con la que se está y lo que se ha construido. 
 
Es claro que la infidelidad por lo general es un acto castigado colectivamente, debido a que atenta contra las normas que se han establecido la sociedad en general. Por un lado, la infidelidad pone en riesgo la integridad, así como la salud mental de las personas involucradas en la situación, no obstante, en ciertos contextos y según el sexo de quien comete la infidelidad, se pueden recibir castigos o elogios por tal hazaña, es decir, si el individuo es hombre es más probable que sea elogiado en lugar de castigado, caso contrario en el caso de la mujer (Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología, 2014).
 
Posada y Noreña (2014) refieren que, en los últimos años, las estadísticas indican un aumento de la infidelidad como motivo de consulta, resaltando además nuevas formas de ocurrencia del fenómeno. Cerca del 70% de los pacientes expresan estar o haber estado involucrados en relaciones de infidelidad bajo una nueva tipificación conocida como infidelidad virtual. Esta se concibe como el acto en el que una persona sostiene una relación por medio de internet o redes sociales con una persona diferente de su pareja oficial. Bajo esta categoría, se tienen en cuenta factores como el tiempo que dura la relación, el contenido de las conversaciones, frecuencia de los encuentros, posible relación previa con el amante virtual en tiempo real, entre otros.
 
En Colombia no hay cifras oficiales con relación al fenómeno de infidelidad. Según un estudio realizado por Datexco (2012) en 13 ciudades del país, el 82% de los hombres y el 42% de las mujeres han sido infieles alguna vez, mientras que el que el 55% de los hombres y el 25% de las mujeres manifestó haber sido sexualmente infiel en algún momento de su vida según una encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) realizada en el 2008. De acuerdo con lo expuesto anteriormente, resaltando la complejidad del concepto y las circunstancias y retos que en temas de vínculos estables exige la sociedad actual y los pocos estudios realizados en el país, se pretende con el presente trabajo comprender las percepciones que sobre la infidelidad tienen las personas infieles, específicamente los llamados adultos emergentes.
 
Para algunos autores la percepción es un proceso que implica reconocer, observar y discriminar las señales sensoriales que llegan a nuestros sentidos. Es mediante la percepción que el ser humano puede lograr comprender su entorno, basando su actuar en los conocimientos significativos que resultan de la organización e interpretación de los estímulos del ambiente que lo rodea (APA, 2010; Schiffman, 2004).
 
A nivel social, se entiende como la conciencia sobre determinados fenómenos sociales, haciendo énfasis en las inferencias acerca de las motivaciones, actitudes y valores con base en la conducta de los demás seres humanos (APA, 2010).
 
Martínez por otro lado define la percepción, como un elemento de construcción afectiva y cognitiva que tiene la capacidad de orientar a una persona hacia un modo determinado de actuar frente a situaciones específicas o generales de la vida manteniendo coherencia e identidad personal según las experiencias vividas (como se citó en Martínez & Castellanos, 2013) 
 
El concepto de percepción que se usará en este caso es el de Bousoño (2010) quien la define como el proceso de interpretación de estímulos que llegan a través de los sentidos. Se basa en experiencias previas (memoria), expectativas, contexto y predisposiciones personales. En otras palabras, es un proceso cognitivo que aprehende la realidad, a través de los sentidos a partir de tres elementos: Recepción o proceso sensorial; representación o agrupación de los distintos trozos de información para determinar lo que representan; y comprensión o combinación de la representación con el conocimiento previo para que pueda ser comprendido. 
 
Es importante destacar que la percepción en los seres humanos posee tres características básicas: es subjetiva, pues el resultado de dicho proceso varía de una persona a otra; es selectiva, debido a esa misma subjetividad; la persona no puede percibir todo al mismo tiempo, por lo que escogerá aquella información que pueda ser agrupada y generar así una representación mental; y es temporal, ya que evoluciona junto con las experiencias vividas por el sujeto, según varíen sus necesidades y/o motivaciones (Oviedo, 2004).
 
En la revisión empírica se encontraron algunos estudios sobre percepción acerca de la infidelidad, Schonian (2010) trabajó con 289 estudiantes activos y graduados de la Universidad de Nevada para comprender como se define la infidelidad y que comportamientos son percibidos como infieles. Este estudio confirmó la dificultad encontrada por investigadores y psicólogos clínicos para llegar a una definición universal de infidelidad. A pesar de que la mayoría de los participantes subrayaron que la infidelidad es subjetiva, los análisis cuantitativos y cualitativos permitieron identificar que ciertos comportamientos en contextos particulares pueden ser catalogados sin duda como conducta de infidelidad, así como el hecho de que variables como género, orientación sexual, religiosidad, historia familiar o creencias pueden llegar a influir en estas percepciones.  
 
Por su parte Mercado y Peña (2013) realizaron un estudio sobre percepción de infidelidad en la ciudad de Cartagena en la que encontraron que la infidelidad es considerada como la violación al contrato específico pactado en la relación y describen las relaciones sexuales como el referente más claro y demostrable de infidelidad, llegando a clasificar el fenómeno en infidelidad sexual, emocional y de pensamiento. También mencionan que una de las principales motivaciones para ser infiel es la insatisfacción con la relación actual o el deseo por lo novedoso y concluyen que la religión puede convertirse en un factor protector contra la infidelidad, y resaltan el hecho de que esta situación puede convertirse en una oportunidad para mejorar fallas de la relación de pareja.
 
Otros estudios muestran diferencias en la percepción en cuanto al género (Urooj, Haque & Anjum, 2015), a los estilos de amor en la pareja (Espinoza & Correa, 2014) o según el tipo de relación extradiada (Schnarre & Adam, 2017).  Sin embargo, la mayoría de estos estudios han sido realizados en otros países y las diferencias culturales pueden llegar a interferir en las conclusiones.
 
Problema
 
¿Cuál es la percepción asociada a la infidelidad, en personas infieles?
 
Objetivo General
 
Comprender la percepción que tienen personas infieles sobre la infidelidad.
 
Objetivos Específicos
 
Conocer el significado que para las personas infieles tiene el establecer una relación de pareja.
Conocer los significados que personas infieles tienen sobre la infidelidad a partir de sus experiencias, contexto y predisposiciones personales. 
Describir las motivaciones que llevan a una persona a ser infiel.
Describir las diferencias en la forma en que una persona infiel puede experimentar una situación de infidelidad.
 
Método

Tipo de estudio
 
Estudio cualitativo de diseño fenomenológico, que permite abordar el fenómeno de la infidelidad desde la perspectiva subjetiva de cada participante, tomando como eje central sus propias experiencias, puntos de vista y la construcción que hace de su realidad. Se elige este diseño, ya que se centra en el estudio de las realidades vivenciales que son poco comunicables pero que son determinantes para la comprensión de la vida psíquica de cada persona (Hernández, Fernández, & Baptista, 2007; Martinez, 2006)
 
Diseño
 
La investigación se realizó en el marco del concepto de diseño emergente el cual es flexible a lo que se va encontrando en el proceso.  El problema de investigación fue definido anteriormente y hace énfasis en el estudio de la percepción del fenómeno de infidelidad por parte de sujetos infieles. En lo que respecta a decisiones muéstrales, el contexto identificado fue el de relaciones de pareja ya que, en él, es donde se presenta el fenómeno que se desea conocer, es decir que los casos seleccionados son aquellos en los cuales existe una relación estable; de acuerdo con el criterio de heterogeneidad se representa en la elección de participantes de sexo opuesto lo cual permitió responder al objetivo de encontrar diferencias con relación a la percepción de la infidelidad. Otro de los criterios de decisión de la muestra fue el tema de la accesibilidad y disponibilidad de los participantes para hacer parte de la investigación, que, si bien no respondieron a características de representatividad, tiene que ver con consideraciones pragmáticas (Valles, 1999). Sumado a lo anterior, cabe resaltar que Glaser & Strauss refieren que la selección estratégica de los casos se puede realizar a partir de pautas relacionadas con el muestreo teórico como se realizó en la investigación presente (como se citó en Valles, 1999).
 
Con relación a la decisión de fechas, la presente investigación es de corte transversal ya que el interés es la percepción del fenómeno de infidelidad a partir de la relación tripartita que sostienen los participantes en la actualidad (Valles, 1999).
 
Participantes
 
La investigación contó con la participación voluntaria de dos personas, un hombre de 28 años que se encuentra actualmente laborando y una mujer universitaria de 20 años, ambos residentes en la ciudad de Bogotá. La edad escogida corresponde según Arnett (2000) a los llamados adultos emergentes, es decir, personas entre los 18 y 35 años que apenas está asumiendo su rol como adulto, a partir del contexto social en el que se encuentren; se eligió esta etapa, ya que a esta edad el ser humano está explorando diferentes posibilidades en los ámbitos social, laboral y afectivo. Los criterios de inclusión incluyen que los participantes deben haber tenido relaciones con terceras personas al mismo tiempo de una relación estable. Como criterios de exclusión se verificó que los participantes no deben estar bajo tratamiento farmacológico, psicológico y psiquiátrico, y a su vez no haber sufrido algún tipo de lesión cráneo encefálico.
 
Instrumento
 
Se utilizaron dos técnicas, la entrevista semiestructurada y el registro de un relato por parte de los participantes. Se escogió la entrevista ya que ésta permite usar el diálogo como método de conocimiento de los seres humanos, facilitando que el entrevistador formule preguntas generales que pueden ir siendo ajustadas y ampliadas de acuerdo con como se vaya desarrollando la conversación. Esta técnica permite explorar el significado individual del fenómeno a partir del dialogo a profundidad, así como de las impresiones adquiridas recogidas de la observación de movimientos, audición de voz y comunicación no verbal (Díaz-Bravo, Torruco-García, Martínez-Hernández, Valera-Ruiz, 2013). Con relación a la perspectiva fenomenológica la entrevista permite recolectar información sobre aspectos subjetivos como creencias, actitudes, valores u opiniones, permitiendo profundizar en el mundo del participante y llegando a describir y definir el significado que éste ha dado al fenómeno estudiado, en este caso, la infidelidad en un contexto de relaciones de pareja.  
 
Con relación al relato, éste hace parte de los métodos cualitativos conocidos como documentos personales y se refiere a reflexiones del individuo escritas en primera persona sobre su vida o acontecimientos específicos. Esta es una fuente de datos que permite indagar sobre la intimidad y reflexionar sobre las experiencias (Taylor & Bogdan, 1987). En este caso se solicitó a los participantes que escribieran un relato sobre el significado de su experiencia de infidelidad.
 
Para el diseño del instrumento se tuvieron en cuenta las unidades de significado elaboradas a partir del marco teórico tal como se detalla en la tabla del Apéndice B (ver apéndice B)
 
Procedimiento
 
Se partió con la definición del problema de investigación para luego realizar una revisión teórica y empírica sobre el fenómeno escogido, en este caso el de la infidelidad, revisando información que se tomó como base para la construcción del marco teórico, que guio la investigación.
 
Una vez recolectada y analizada la información, se elaboraron categorías y subcategorías de análisis, a partir de los objetivos de la investigación. Estas categorías fueron la base para la construcción del instrumento de recolección de datos, el cual reunió información, para dar respuesta a cada categoría propuesta (significado de pareja, noción de infidelidad, motivadores para ser infiel y diferencias en la percepción de infidelidad) y por ende al fenómeno.
 
Una vez definidas las categorías, se procedió al desarrollo de las preguntas las cuales fueron varias veces revisadas por el equipo hasta obtener la versión final. Ya con la guía de entrevista finalizada, se contactaron los participantes potenciales teniendo en cuenta los criterios de inclusión.  Al ser contactados se solicitó su participación voluntaria en la investigación, se hizo un primer acercamiento y se agendaron citas. Las entrevistas se realizaron en lugares cerrados, sin ruidos, con buena iluminación y en sitios privados que les permitiera a los participantes sentirse cómodos para responder. Las entrevistas fueron grabadas con autorización de los entrevistados para facilitar la posterior transcripción y análisis de la información. Uno de los investigadores realizó la entrevista, mientras los otros dos registraban anotaciones sobre observaciones, gestos, conducta no verbal, impresiones, pensamientos, etc. Una vez terminada la entrevista se solicitó al participante realizar un escrito reflexivo en el que pudiera expresar ampliamente lo que ha significado la infidelidad en su vida.
 
Con relación al instrumento utilizado, se elaboró una guía de entrevista semiestructurada con un total de 61 preguntas, dicha guía fue implementada en ambas sesiones (una por cada participante que duro en promedio 36:00 minutos) con los participantes, sin embargo cabe resaltar que en ambas entrevistas no se realizaron todas las preguntas, debido a lo sugerido por Mari, Bo y Climent (2010) sobre iniciar la entrevista con conversaciones generales, lo que permitió efectivamente crear un ambiente de confianza donde el entrevistador se encargó de realizar las preguntas pertinentes en función del contexto de la conversación y el discurso del participante. Debido a lo privado del tema a tratar se le comunicó al participante su derecho de parar la entrevista o no contestar, en caso de que no quisiera hacerlo. Posterior a la terminación de cada entrevista se procedió a realizar la transcripción de estas, enriqueciendo la información recolectada con la experiencia que el entrevistador tuvo al realizar las preguntas. Tan pronto se terminaron las transcripciones se realizó un ejercicio de lectura reflexiva de la información recolectada y se procedió a identificar, interpretar y clasificar los datos dentro de las categorías previamente identificadas teniendo en cuenta la posibilidad del surgimiento de nuevas categorías y subcategorías (Mari, Bo & Climent, 2010).
 
Del mismo modo se llevó a cabo un análisis narrativo del escrito reflexivo de cada participante con el fin de aumentar la rigurosidad en cuanto al procesamiento y análisis de la información recolectada. Es importante anotar que sólo fue posible contar con uno de los escritos reflexivos, ya que no fue posible para el otro participante hacerlo. 
 
Análisis de datos
 
Se realizó un análisis comprensivo del contenido de las entrevistas en donde se contrastaron las unidades de significado finales con las emergentes, integrando los datos tal cual fueron expresados, respetando el lenguaje y la identidad de las opiniones y realizando con ellos el análisis fenomenológico en el cual se identificaron significados comunes, donde a su vez se hizo énfasis en las diferencias encontradas. Para garantizar la credibilidad del estudio se realizó una triangulación de datos entre las dos técnicas y entre los investigadores. Adicional a esto se solicitó a los participantes la revisión de los resultados obtenidos, los cuales fueron verificados y aceptados por ellos. Sumado a lo anterior, se realizaron observaciones y anotaciones de comunicación no verbal. Con relación a la transferibilidad, en el apartado de diseño se hace una explicación detallada de las decisiones muéstrales tenidas en cuenta durante el desarrollo de la investigación. En términos de dependencia, toda la documentación incluyendo los guiones de entrevista, transcripciones y reflexiones se encuentran en los apéndices de la investigación (Valles, 1999). Es importante anotar que algunos de los investigadores han tenido experiencias con situaciones de infidelidad, lo cual se tuvo en cuenta cómo predisposición personal, a la hora de que estos criterios propios no alterarán los resultados ni la información entregada por los participantes. En cuanto a criterios éticos la presente investigación velo por la protección de las personas en cuanto a privacidad, confidencialidad y consentimiento, teniendo en cuenta también que el haber tocado temas tan íntimos pudo haber llegado a generar crisis en los participantes, caso en el cual se tuvo en cuenta el posible requerimiento de tratamiento psicológico adecuado. 
 
Consideraciones Éticas
 
El presente estudio tiene en cuenta el Código Deontológico y Bioético del ejercicio de la Psicología en Colombia (Colegio Colombiano de Psicólogos, 2009) y la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud y Protección, según la cual, la presente investigación clasifica entre los estudios que suponen un bajo riesgo para los participantes. Haciendo énfasis en que el tema de la investigación es bastante sensible es primordial el tema de la confidencialidad de los participantes, respetando su dignidad, derechos y bienestar, así como el deseo de retirarse de la investigación en cualquier momento; para lo anterior se utilizó el Consentimiento Informado, en el cual se les invitó a los sujetos a participar en la investigación, informándoles el propósito, el procedimiento y garantizando el buen uso que se dará a la información.
 
Resultados
 
Previo a la realización de los resultados se tuvo en cuenta la autorización de ambos participantes sobre la validación que ellos mismo hicieron sobre la respectiva agrupación y categorización de los relatos posterior a la revisión de cada entrevista.
 
Luego de revisar el contenido de las entrevistas se identificaron patrones de contenido a partir de las categorías y subcategorías deductivas: Significado de Relación de pareja, Noción de Infidelidad, Motivadores para ser infiel y Percepción de la infidelidad (ver Apéndice A). Una vez identificadas estas unidades generales y a la luz de los objetivos de la investigación se revisaron contenidos que no quedaron incluidos en la clasificación anterior, con los cuales se construyeron nuevas subcategorías y categorías inductivas a partir de las convergencias y/o divergencias encontradas en la información. La repetición de los temas permitió identificar la esencia y el significado que se estaba buscando. Una vez identificadas estas unidades de significado se determinaron los contenidos más relevantes determinados por la mayor frecuencia de relatos encontrados en cada categoría e identificando los temas que permitieron dar respuesta a la pregunta de investigación, como se muestra en la Figura 1.
 
Sin embargo, se encontró una discrepancia entre el discurso de la entrevista, el relato escrito (ver Apéndice B). y su ejercicio como infiel, cuando el participante refiere que “bajo mi perspectiva considero que la infidelidad va más ligada a pertenecer emocionalmente a la tercera persona, las relaciones sexuales pasan a un segundo plano” es decir que de lo anterior se podría inferir que hay una prevalencia sobre la importancia que tiene para ella, que una de las dos personas se involucre emocionalmente con otra diferente de su pareja llamándolo así como “infidelidad” diferente de lo descrito en la entrevista cuando ella menciona si posiblemente su pareja se involucrar sexualmente con alguien más sin su consentimiento, ella podría dar por terminada la relación
 
Contrario a lo que se esperaba, los contenidos se agrupan principalmente en tres categorías inductivas (significado de la relación con la tercera persona, actitud egoísta de la persona infiel e historia de aprendizaje) y sólo una deductiva (percepción de la infidelidad por parte de la persona infiel). Por otro lado, las observaciones relacionadas con los motivos que llevan a la persona a realizar comportamientos infieles y lo que lleguen a pensar o sentir por estos comportamientos, parecen no ser tan relevantes para los participantes.
 
Con relación a lo que significa para los participantes la relación extraoficial, se observa que esta relación no tiene mayor importancia para la persona infiel. En varias ocasiones se refiere a ellas como “…algo de momento, simplemente cuando yo iba allá”, relaciones que no llegan a tener ningún valor para la persona, como lo explican al referir “...no, no... en absoluto, o sea lo que esperaba era que no se generara ningún tipo de sentimiento”, sin embargo, en ambos casos se tuvieron relaciones de más de tres meses, y en uno de los casos adicionalmente sostenía también relaciones con más personas. 
 
Al indagar sobre el aspecto de intimidad, se encontró que las relaciones que se establecían no eran profundas,
 
 “...simplemente se comentaban digamos ehhh… Cosas así tal vez como lo dijera, ummm… como más relevante, como lo más relevante ya se lo contaba, pero cosas así más profundas más de fondo, cosas más de mí o sea ya como acercarse más a mí no, no, no dejaba, es decir contaba cosas más normales, como lo que se cuenta normalmente” 
 
Además, no es tan importante el tema de confianza en este caso “…Obviamente yo confiaba más en mi pareja como tal”. También es interesante resaltar que con la tercera persona si hay acuerdos definidos con relación a los límites y las expectativas de la relación: 
 
“... Pero muy claro ¿sí?  O sea, claro que o sea yo les dejaba claro que tenía otra persona que era digámoslo así pues mi pareja, entonces digamos solo había encuentros pues sexuales.”; “…si o sea nosotros siempre, o sea con esa persona siempre hablamos claro, o sea. No, nunca nos poníamos con misterios siempre yo le decía pasa esto pasa lo otro yo tengo otra persona y ya, o sea cada uno se respetaba como su espacio simplemente se hizo como un acuerdo para…. Para estar juntos así en modo sexual y ya.”. 
 
La segunda categoría inductiva llamada actitud egoísta de la persona infiel, se refiere a los comportamientos, cogniciones y sentimientos encontrados en estas personas, con relación a un interés instrumental en sus relaciones: 
 
“…es colocar las prioridades de esa persona primero que las de uno mismo y creo que es algo que nunca he hecho”; “…trato como de no dedicarles tanto tiempo a cada una para que no, para que no pidan más… tiempo ¿sí?...”; “…que uno hace lo que se le dé la gana, lo que uno quiera precisamente por lo que le digo yo estoy acostumbrado a salir a todo momento con amigas y tenía bastantes...”. 
 
Esto se refleja en la razón por la cual buscan o tienen relaciones con la tercera persona: “…pues lo que te digo era algo muy de momento o sea como tener ahí a alguien más ehhh...”, o el hecho de no pensar en las consecuencias que su actitud puede tener sobre su pareja: “…pues no creo que la afecte porque precisamente y nunca lo ha sabido”; “…o sea no me daño el momento pensando en eso…”. O el hecho de que ellos se refieren a ellos mismos como “…soy del que hace y no le gusta que le hagan, soy de ese tipo.”
 
Es importante resaltar que encontramos una fuerte relación entre las dos categorías anteriores al inferir que una actitud egoísta lleva a la persona a dar un significado instrumental a la otra: “…Entonces yo no esperaba encontrar a una persona con quien, o a quien querer sino simplemente quería era pasar el momento y ya”, en la que se deduce el significado que la persona infiel da a la tercera persona resaltando que es lo que esta persona necesita, sin tener en cuenta al otro.  
 
En tercer lugar, aparece la categoría percepción, que hace referencia al valor positivo o negativo que la persona infiel de al fenómeno de la infidelidad. En este caso curiosamente ambos participantes tienen una percepción negativa al referir que para ellos sería difícil aceptar que sus parejas les fueran infieles: “…no pues bastante mal, bastante mal y probablemente hasta la relación terminaría”; “…no yo no lo aceptaría, yo… terminaría la relación.”, o al contestar que no es algo que recomienden: 
 
“No porque pues si se llevan re bien y están súper enamorados pues no para que se van a ser infieles no no, no, pues depende de la relación y si están muy mal y si no se quieren para nada pues que se dejen pero pues nada, no lo no lo recomendaría, porque sería muy mierda, tal vez lo recomendaría a alguien que está sufriendo por qué le están siendo infiel tal vez, o que simplemente termine con esa persona, pero así de recomendar, ahí si se un infiel no, no, no creo”. 
 
En cuanto a las consecuencias mencionan que es algo que puede afectar la relación: 
 
“es berraco que vuelva a ser como, como uno sentir la misma confianza, la misma felicidad digámoslo así, o sea con cada cosita van cambiando las cosas…”; “…y que a veces las relaciones se dañan o… se dan las circunstancias para embarrarla y eso… está mal hecho”; “…Si claro, porque gracias a eso se enfrió mucho la relación se creó mucho como la distancia.” 
 
Manifiestan directamente lo que piensan de estos comportamientos:
 
 “…pues que está mal hecho obviamente si uno se mete en una relación pues… Se habla de respeto y todo uno tiene que digamos así respetar”; “…negativa…. Ummm… Si, como que uno, no o sea que al estar uno con otra persona pues uno en verdad lo que hace es dañar la otra relación, uno se va alejando de la otra relación por… Simplemente por…” 
 
Así como también han pensado que las consecuencias no sean solo con relación a la pareja sino para ellos mismos: 
 
“…pues yo si pienso eso que quizás en el algún momento, digámoslo que se devuelvan, de pronto que uno pague  de pronto con la misma persona, o lo hagan a uno sufrir de pronto todo lo que uno ha hecho  sufrir a las personas, eso sí pienso…” . 
 
El análisis también encontró que la historia de aprendizaje, es decir las formas en que los participantes aprendieron a comportarse de esta forma, hacen parte de la forma en que los mismos experimentan la infidelidad. En uno de los participantes el primer acercamiento a la infidelidad fue porque lo observó en la relación de sus padres “…Emmm… Mi papá siempre engañaba a mi mamá, mi padrastro también siempre engañaba a mi mamá, no pues todo, siempre he estado rodeada de eso, siempre, hasta mi mamá ha sido infiel.”, en el otro caso apareció porque así siempre fueron sus relaciones: “...claro, claro, claro por qué yo me acostumbre digámoslo a un tipo de vida que, a todo momento, ehhh… estaba con mujeres ¿sí?”. Sin embargo, para ambos la infidelidad se convirtió recurrente en todas sus relaciones, porque de alguna forma aprendieron a relacionarse así: 
 
“Uy si, en todas mis relaciones, todas.”; “las mañas ya con mi primera, digámoslo así con mi primera novia si me di bastante garra tuve varias relaciones a la vez y no…. No, digámoslo así me pillo a lo último entonces ya después… todos los errores que cometí con la primera ya no los cometía con el resto”; “Emmm… Si claro, o sea pues como tal lo otro que me llevo a eso es que siempre fue así”; “Porque precisamente conozco, o sea las experiencias me han demostrado que, que uno no debe ser así o sea cada uno no debe confiar plenamente en una persona porque, uno se puede llevar una gran desilusión entonces preferiblemente para mí, o sea lo que yo pienso uno está que puede saber que puede pasar y si pasa pues listo”.  
 
Con relación a las diferencias en la percepción a partir del género de los participantes se identificaron diferencias con relación al porque se llegó a la infidelidad en cada caso, en el caso de la participante mujer lo que motivó la infidelidad fue el aburrimiento con su pareja actual, mientas que, en el caso del participante masculino, como él lo ha referido anteriormente, se dio porque estaba acostumbrado a estar siempre con varias mujeres. Sin embargo, en ambos casos se hizo relación a justificar la infidelidad en casos en que su pareja también hubiera tenido esos comportamientos: 
 
“Emmm… Pues yo la verdad si estaba del lado de mi mamá cuando fue infiel porque estaba como, usted me lo hizo pues yo también lo voy a hacer ¿sí?, pero pues, en ese punto si, y pues no estoy de acuerdo con que mi papá lo haya hecho, con que este otro tipo también no, o sea en ese aspecto como que mi mamá lo hubiera hecho sí, porque creo que estaba respondiendo, precisamente a lo mismo no.”; “…después de que vi esos mensajes, me volví digámoslo muy perro ¿sí? Yo me la pasaba con una salió con otra… y así realmente muchas, muchas mujeres.”
 
En seguida aparecen las categorías asociadas a la evaluación que los participantes hicieron de su relación actual en términos de intimidad (confianza), pasión y compromiso, en ambos casos manifestaron un deseo de construir un proyecto de vida juntos y la importancia de que haya respeto. Con relación a la pasión, los relatos mencionan que hay momentos de más atracción que otros, pero es algo natural en la pareja y en términos de confianza para uno de los participantes había bastante cercanía, mientras para el otro, el rompimiento de ésta fue uno de los motivos que llevó a que empezaran los problemas de infidelidad : “..Porque quizás uno al pasar del tiempo como que uno va perdiendo la confianza, como que igualmente uno para… de pronto para dar un cien por ciento es complicado ¿no?..”. En resumen, el valor que el participante de a la pareja formal, puede llegar a influir en mantener una relación de infidelidad: “Yo la termine por decisión por querer de pronto ehhh… Estar bien con esta persona, con mi pareja.”
 
Finalmente quedan dos grupos de categorías, las asociadas con los pensamientos y sentimientos de la persona infiel a lo que se encontró que no es algo que preocupe mucho a los participantes: 
 
“Ummm… No, no o sea la verdad, no me lo he puesto a pensar, pero no me genera culpabilidad, ni nada, simplemente creo que es algo que, experimento y ya, no me siento ni bien ni mal.”; “pues placer, placer… y ya como… muy o sea como muy digámoslo, así o sea nada sentimental ni nada, sino simplemente placer”.
 
Las relacionadas con los motivadores que los han llevado a la infidelidad, a lo cual lo que se encontró es que la mayor motivación es por temas de aburrimiento sexual: “No sé, duro como un tiempo que ya a veces como la monotonía la vaina, entonces uno empezaba no que me pierdo que hago otra cosa.” y en algún caso por venganza “no sé si es por rencor o por que le pegan a uno en el ego, o no sé, pero desde ese momento cambie muchísimo con respecto al respeto hacia ella, aun así, que ya la había embarrado.”
 
Con relación al escrito reflexivo que cada participante debía realizar sobre su perspectiva acerca de la infidelidad, solo se logró efectuar con el participante 1, ya que por temas personales no se logró obtener la información del segundo participante, lo cual dificulto la completa realización de dicha tarea. Respecto a la percepción sobre la infidelidad del participante 1, no varía en función de lo explicado en su discurso en la entrevista, al mencionar que “La infidelidad se refiere a tener una relación afectuosa de carácter romántico con personas distintas a la pareja oficial, que generalmente se mantiene en secreto”. Siendo esto un aspecto relevante al estar asociado al claro conocimiento que tiene sobre el funcionamiento de una relación extradiada, apreciándose a su vez que “cabe resaltar que la confianza se quebranta y se halla un incumplimiento a un tipo de compromiso que se establece” así como se encontró en la entrevista.
 
Sin embargo, se encontró una discrepancia entre el discurso de la entrevista, el relato escrito, y su ejercicio como infiel, cuando el participante refiere que “bajo mi perspectiva considero que la infidelidad va más ligada a pertenecer emocionalmente a la tercera persona, las relaciones sexuales pasan a un segundo plano” es decir que de lo anterior se podría inferir que hay una prevalencia sobre la importancia que tiene para ella, que una de las dos personas se involucre emocionalmente con otra diferente de su pareja llamándolo así como “infidelidad” diferente a lo descrito en la entrevista cuando ella menciona que si posiblemente su pareja se involucrara sexualmente con alguien más sin su consentimiento, ella podría dar por terminada la relación.
 
En resumen, a partir de la revisión de las categorías y lo referido por los participantes se deduce que para poder comprender la percepción que se tiene sobre la infidelidad es importante profundizar en la actitud egoísta que presenta la persona infiel respecto a los significados y los intereses vinculados a su relación oficial, pero sobre todo en lo relacionado con su forma de entender la relación con la tercera persona. Y por otro lado determinar las creencias y los aprendizajes que ha tenido el sujeto a partir de sus experiencias, predisposiciones personales y el contexto, que lo llevan a pensar, sentir o actuar de formas determinadas (Ver Figura 2 en el PDF). 
 
Discusión
 
En respuesta al primer objetivo de la investigación, se encontró que para ambos participantes el significado que tiene el establecer una relación de pareja radica, en establecer acuerdos mayormente implícitos entre dos personas, teniendo en cuenta el asentamiento de una serie de conductas en pro del fortalecimiento de la intimidad, la confianza y el compromiso, en donde ambas aportan equiparablemente para la construcción en conjunto, confirmando lo expresado por Camacho (2004) en cuanto a la forma en que se establecen de manera implícita o explícita acuerdos dentro de la conformación de una relación pareja. 
 
Con relación al segundo objetivo que buscaba conocer los significados que personas infieles tienen sobre la infidelidad a partir de sus experiencias, contexto y predisposiciones personales, se concluye que un aspecto clave en el significado que le dan los participantes a la infidelidad tiene su base en una actitud egoísta por parte del sujeto infiel. Al respecto, Jauregui (2014) menciona que “la infidelidad parece hundir sus raíces en el registro narcisista: hacer lo que se quiere, cuando se quiere y con quien se quiere, sin pensar en el daño que puedo generar”. Adicional a esto, se observó que las experiencias personales y familiares influyen en el acercamiento que los participantes tuvieron con el fenómeno, mientras uno de ellos vivió historias de infidelidad de sus padres, el otro sencillamente siempre ha tenido conductas infieles por su necesidad de estar con varias mujeres a la vez. Es importante destacar que en ambos casos los participantes han sido infieles en todas sus relaciones. 
 
Con relación al objetivo de conocer las motivaciones que llevan a una persona a ser infiel, se observa la importancia que tiene la monotonía presente en la relación de cada participante, lo cual se justificó a su vez (por ambos participantes) en la búsqueda de novedad y mayor placer sexual, y en el caso del participante varón también por motivos de rencor hacia la pareja. Esto concuerda con lo expresado por Glass y Wright (1992) como uno de los posibles factores que llevan a alguien a cometer infidelidad. Sin embargo, los participantes no mencionaron ninguno de los otros posibles motivos. 
 
En otra idea teniendo en cuenta el discurso dado en la entrevista y el relato escrito del participante 1 con respecto a su perspectiva sobre la infidelidad, se puede concluir que lo dicho en ambos apartados, se encontró relación, siendo perspectiva por un lado “Ummm… El engaño hacia una relación, la confianza que se tiene en otra persona y traicionarla” (entrevista) y en relación a ello “cabe resaltar que la confianza se quebranta y se halla un incumplimiento a un tipo de compromiso que se establece” (relato escrito), donde también se evidencio que para la participante la parte emocional equiparablemente comprable a una infidelidad sexual ya que también menciona en la entrevista que si su pareja le fuese infiel sexualmente a cabria la relación, pero que, en su ejercicio como infiel, prima la obtención de placer sexual con otros. 
 
Finalmente, con relación a las diferencias de percepción se resalta que no se esperaba encontrar equivalencia entre ambos sexos en lo que respecta a lo que significa para ellos ser infiel y que el mismo comportamiento se da principalmente por el componente sexual, justificado en el aburrimiento en la pareja y la búsqueda de placer sexual y de cierto modo en la motivación extrínseca para hacerlo, lo cual se manifestó a partir de la importancia de tener una o varias relaciones extramaritales como lo proponen Juárez-Tamargo, Castro-Calvo, Ceccato, Gil-Juliá y Ballester-Arnal (2016), sino que por el contrario se tuvo en cuenta lo propuesto por Fuentes y Koval (2017), Camacho (2004), Valdez, Gonzáles, Maya, Aguilar, Gonzáles, y Torres (2013) y Sirvent (2011) donde se refiere en mayor medida que ello se presenta en especial y casi exclusivamente en varones. 
 
Del mismo modo no se esperaba encontrar que a diferencia de lo encontrado por Fuentes y Koval (2017), Camacho (2004) y Valera (2014) las conductas explicitas de infidelidad, entendidas como el engaño a nivel sexual por encima del engaño emocional, fueran, en el caso de esta investigación mayormente castigadas por el sexo femenino encontrándose a su vez que el sexo masculino rechaza en un nivel equiparable la infidelidad de tipo emocional y sexual.
 
Como conclusión, la infidelidad es vivida por el sujeto infiel como  la ruptura de un contrato implícito, pactado en el establecimiento de una relación, que trae consecuencias por un lado negativas para la pareja oficial (si se llega a enterar), que pueden llegar a afectar la relación específicamente en términos de confianza, pero por otro lado también tiene connotaciones positivas en términos de la satisfacción sexual, el cual prima, ya que los sujetos siguen teniendo este tipo de conductas relación tras relación. Es aquí, en donde la relación extradiada se convierte en una relación instrumental que no significa más allá que un encuentro casual y fortuito y que concuerda claramente con el tipo de relación frágil referida por Bauman (2005) como experiencia liquida. Dichos resultados pueden explicarse a partir de la relación directa que tiene el contexto de cada participante (universitario-laboral) con lo mencionado por Arnett, (2000) en función de que en la etapa de la adultez emergente apenas se está asumiendo el rol de adulto, según el contexto social en el que se encuentren y lo que este les demande. 
 
Como limitantes del estudio se encontró un poco de timidez por parte de los investigadores al tratar de abordar estos temas tan íntimos, así como la falta de tiempo de los participantes para poder producir los relatos reflexivos solicitados. Otro punto para revisar fue la dificultad de poder establecer diferencias en la percepción a partir del género, con solo dos participantes, para lo cual se sugiere incluir más participantes en un futuro estudio.
 

Comentarios sobre expresión no Verbal (entrevista 1)
 
Con relación a las conductas que se presentaron durante la entrevista se resalta que a lo largo de la misma hubo contacto visual entre la entrevistadora y la entrevistada en la medida en que la entrevistadora realizaba las preguntas, sin embargo, al momento de que la entrevistada respondía, esta no establecía contacto visual, además de ello, se observó que con relación a las preguntas de relación de pareja la entrevistada presentaba mayor frecuencia en el “juego con el esfero”, es decir lo presionaba, metía y sacaba la mina del tubo, además de que rayaba la pantalla de su celular con el mismo esfero, por otro lado, conductas como, tomarse el cabello, y echarlo para atrás de la cara, y bajar la mirada cuando respondía, fueron constantes durante la entrevista y a su vez mantuvo una expresión facial plana casi total.  
 
Comentarios sobre expresión no Verbal (entrevista 2)
 
Con relación a las conductas que se presentaron durante la entrevista se puede observar la empatía que hay entre el participante y el entrevistador, se evidenció la confianza entre ellos, el participante estaba atento con un tono muscular adecuado, su postura era receptiva,  nunca aparentó estar cansado si no interesado en la entrevista, aunque en ocasiones su tono de piel era rojo ya que le daban pena algunas preguntas, el contacto visual fue clave entre ellos para mantener una conversación enriquecedora. El participante tuvo una actitud plena para indagar acerca del fenómeno, su expresión facial en ocasiones era sonriente lo que hacía que el entrevistador estuviera sonriendo constantemente y con expresión de felicidad.
 
Apéndice B
 
Transcripción de relato de participante 1.
 
La infidelidad se refiere a tener una relación afectuosa de carácter romántico con personas distintas a la pareja oficial, que generalmente se mantiene en secreto. Esto debido a la amenaza que puede representar para el individuo que la práctica, pues podría perder el vínculo y como tal la relación con su pareja oficial. Respecto a lo anterior, también cabe resaltar que la confianza se quebranta y se halla un incumplimiento a un tipo de compromiso que se establece. 
 
Un motivo de la infidelidad podría ser por insatisfacción no sólo sexual, sino también intelectual o similar; esto generaría la búsqueda por alguien que llene este tipo de vacíos y recurrir al engaño. 
 
Para finalizar, bajo mi perspectiva considero que la infidelidad va más ligada a pertenecer emocionalmente a la tercera persona, las relaciones sexuales pasan a un segundo plano.
   
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