Hoy Vamos a Hablar de los Duelos
Por: Luciana Russo
Recibido: 10 de Abril de 2009
Luciana Russo. Licenciada en Psicología, Egresada de la Universidad de Buenos Aires. Argentina. MN 45340. Contacto: Av. S. Ortiz 3622 -3ºC en Buenos Aires, 15-6143-1110. Web: http://www.psicoespacio.com.ar/
Correo electrónico: luru_81@hotmail.com
Hoy nos toca hablar de un tema delicado pero, ineludible a la vez, y que es inherente la condición humana. Hoy lectores, vengo a hablarles de los duelos, un tema que muchas veces es vivido con mucha angustia y desazón, pero que es importantísimo saber atravesar para darnos el permiso de seguir viviendo y disfrutar de la vida.
Podemos mencionar muchas situaciones dolorosas que pueden ocurrirnos: la pérdida de un ser querido como lo es de un padre, de un hijo, de una relación de pareja… todas ellas no sin consecuencias, ya que muchas veces no alcanzan las palabras ni el consuelo para aliviar tanto dolor…
Podemos relacionar al duelo con una pérdida, y es precisamente esa pérdida la que provoca toda una serie de transformaciones y modificaciones en nuestro interior, una invasión de recuerdos y situaciones vividas que hoy ya no están, hundiéndonos en una profunda tristeza y dolor…
La tarea de reconstrucción de nuestra propia historia a partir de un vacío, de aquello que hoy no está, no es tarea fácil sino que lleva un proceso y un tiempo determinado para poder precisamente elaborar esta situación, ya que el duelo es un proceso lento y penoso.
En el caso de la muerte, nos introducimos en un terreno complicado, porque a pesar de que en la sociedad de nuestros días se habla de todo, este tema sigue siendo un tema tabú… ¿será por miedo, o por una incapacidad para enfrentarlo?
Este es el sentido del artículo de hoy, porque las pérdidas están referidas a la muerte de esa conexión con eso otro: el ser querido, esa pareja, ese trabajo que no pudo ser…
La idea, es poder encontrar cada uno a su manera, la mejor forma de enfrentarnos y elaborar esa pérdida. Ya que, como bien decía Freud, el hombre por su naturaleza egoísta no desea renunciar a nada…
Ocurre que estas situaciones son inevitables en el acontecer humano, y por lo tanto, tenemos que vérnosla con ellas…
El punto reside, y lo reitero, en poder encontrar cada uno la mejor manera de atravesar esta situación y amigarnos con la ceremonia de los duelos, de poder duelar eso que se perdió para evitar en un futuro consecuencias patológicas importantes…
Rivalidad entre Hermanos
Por: Nils Alfonso Puerta Carranza
Recibido: 11 de Mayo de 2010
PasPresidente Departamental del Colegio de Psicologos de Tarija - Bolivia. Docente de la Universidad Juan Misael Saracho. Psicólogo Social.
Desde tiempos inmemorables, la especie humana ha tenido una curiosa tendencia a la rivalidad entre hermanos, esto se evidencia al menos en la mayoría de las culturas, según la apreciación de antropólogos. En el mundo bíblico, por ejemplo, la disputa entre Abel y Caín; un hecho del que resulta la expresión popular: "La furia de Caín", para designar las malas intenciones de una persona envidiosa o cruel.
La rivalidad entre hermanos, por lo tanto, viene a ser la cara oculta de la competitividad y constituye uno de los móviles que, desde la horda primitiva, indujo a los hombres a disputarse el prestigio y el poder, motivados por la idea de "triunfar a cualquier precio" en el seno de una colectividad donde nadie está conforme con ser menos que el otro. Tal vez por eso, en la historia de la humanidad, la rivalidad entre hermanos-enemigos sea la más frecuente y común.
Otro caso parecido encontramos en el mito de fundación de Roma, en el que Rómulo, impulsado por la ciega ambición y la envidia, mata a su hermano mellizo Remo. En la América precolombina, este enfrentamiento nutrido de envidia, está encarnada en Huáscar y Atahuallpa, dos hermanos-enemigos que se disputaron el trono del imperio incaico en una guerra sin cuarteles, en la que Atahuallpa, hijo bastardo del Inca Huayna Cápac, hace prisionero a su hermano Huáscar, heredero legítimo del trono, antes de matarlo como a su peor enemigo
Pero... ¿será que los humanos tenemos una tendencia natural ha enfrentarnos? ¿O es que este comportamiento de enfrentamiento o de rivalidad es producto de la relaciones entre las personas? Es más, ¿Por que los hermanos entran en rivalidad?, ¿Cuál es el motivo principal que provoca tal enfrentamiento?
La Psicología ha tratado de dar respuesta a estas y otras interrogantes desde diferentes enfoques o corrientes teóricas conceptuales. Quedando la discusión en dos posturas claramente diferenciadas, una que atribuyen la rivalidad entre hermanos a un componente hereditario de carácter innato, y la otra que considera al ambiente o al contexto social como factor esencial para que este comportamiento de rivalidad entre hermanos sea aprendido.
Entonces la psicología hace su análisis a partir de la familia, considerada núcleo social, donde se encuban estas manifestaciones de enfrentamiento entre hermanos, pero no solo son enfrentamientos, sino también existen otras manifestaciones que se orientan a la salud mental y es la cooperación entre hermanos.
La cooperación y buen entendimiento entre los hermanos es, por otra parte, una de las grandes preocupaciones socializadoras de los padres, si atendemos a sus frecuentes peticiones a los niños, a su papel de árbitros en las discusiones, etc. Una de las formas que adopta en gran parte del mundo actual es que los mayores, sin distinción de sexo, asumen el cuidado de los más pequeños: les protegen, les entretienen, les consuelan, les dan de comer, etc.
En nuestra cultura urbana y tecnológicamente avanzada "cuidar del pequeño" tiene tintes de cariñosa farsa: a todo lo más el mayor presta atención a si le "pasa algo". En las culturas agrícolas africanas o asiáticas o en las subculturas de pobreza, las madres han de ausentarse de las chozas/favelas para recoger alimento u otras faenas y los pequeños son confiados a sus hermanos mayores durante la jornada. Su contribución a la socialización de los más pequeños es muy importante. No solo en cuanto los cuidan, limpian, alimentan y demás, sino, porque al hacerlo siguiendo el modelo de los padres (y de la tribu o clan) trasmiten así el mundo de significaciones que les es peculiar. En pueblos asiáticos e indonesios, donde los niños aun no están escolarizados, esa obligación temprana y "natural" de que los niños/niñas mayores cuiden de sus hermanitos se considera una iniciación oportuna en las responsabilidades sociales.
Es obvio que no siempre los niños/niñas ejecutan correctamente estas tareas familiares que interfieren con sus juegos o escapatorias con sus amigos. Lo que queremos subrayar es que cuidar de los hermanos es una norma cultural que se cultiva en contextos socio-ecológicos variados. Se trata de una práctica impuesta por modos de subsistencia, división del trabajo, frecuencia de nacimientos, disposición del hábitat, etc.
En las culturas en que la familia es la unidad social que aglutina las actividades y relaciones de los miembros, está además contribuyendo al refuerzo de estos lazos y se toma como una actividad tan "natural" como lo es para nuestros hijos la opuesta, es decir, despreocuparse o desentenderse de los hermanos.
En consecuencia, la realidad social en la que vivimos necesariamente debe dar un gran giro hacia la cooperación versus destrucción, es hora de vernos entre todos como hermanos, unos velando por el bienestar de los mas pequeños o desprotegidos y otros valorando - reproduciendo este gesto.
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