EMOCIÓN Y DIAGNÓSTICO DE ALZHEIMER: NUEVOS DATOS
Fernando Gordillo León - Universidad Camilo José Cela / España
José M. Arana Martínez - Universidad de Salamanca / España
Lilia Mestas Hernández - Universidad Nacional Autónoma de México / México
Judith Salvador Cruz - Universidad Nacional Autónoma de México / España
Recibido: 02 de Agosto de 2012
Fernando Gordillo León. Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Camilo José Cela, Facultad de Psicología. C/Castillo de Alarcón, 49. Madrid (España). Correo electrónico: fgordilloleon@hotmail.com
José M. Arana Martínez. Departamento de Psicología Básica, Psicobiología y Metodología de la Universidad de Salamanca, Facultad de Psicología. Avda de la Merced 109-131. 37005 Salamanca (España)
Lilia Mestas Hernández. Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México, C/ Batalla 5 de Mayo s/n. Esquina Fuerte de Loreto. Colonia Ejército de Oriente. 09230 - México DF (México).
Judith Salvador Cruz. C/ Batalla 5 de Mayo s/n. Esquina Fuerte de Loreto. Colonia Ejército de Oriente. Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, Universidad Nacional Autónoma de México, 09230 - México DF (México).
Desde hace unos años se viene advirtiendo del grave problema sociosanitario y económico que supone la enfermedad de Alzheimer en los países desarrollados, por el envejecimiento progresivo de la población (Atance, Yusta y Grupeli, 2004). Es en este contexto donde resulta de vital importancia un diagnóstico temprano de la enfermedad mediante métodos no invasivos y económicamente viables. Recientemente se ha sugerido la posibilidad de que el efecto de la emoción sobre la memoria pueda utilizarse como un índice para el diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer (EA) (Gordillo, Arana y Mestas, 2011; Gordillo, Mestas, Arana y Meilán, 2011). Este planteamiento prevé diferencias en la capacidad discriminativa de la información visual en los enfermos de Alzheimer que estarían mediadas por el contenido emocional (valencia y arosual) de dicha información.
Esta hipótesis parece cobrar fuerza a partir de los datos obtenidos en un reciente trabajo (Huijbers, Bergmann, Olde Rikkert y Kessels, 2011), en el que se comparan en una tarea de reconocimiento incidental un grupo de sujetos con EA, con dos grupos de adultos sanos (jóvenes y mayores). En esta tarea se utilizaron fotografías de contenido emocional sacadas del International Afective Picture System (IAPS) (Lang, Bradley y Cuthbert, 1995) y se tuvieron en cuenta los aciertos y falsas alarmas. Los resultados mostraron diferencias en la tasa de reconocimiento entre los grupos, siendo los sujetos con EA los que peor rendimiento mostraron. Por otro lado, no se obtuvieron diferencias entre los grupos en cuanto al contenido emocional de las fotografías; sin embargo, dentro del grupo de EA se observó una peor discriminación para las fotografías negativas respecto a las neutras.
Según estos resultados, los EA muestran peor capacidad discriminativa para la información negativa respecto a la neutra, dato congruente con los trabajos que reportan que en los EA el contenido emocional de la información no facilita su recuerdo (p. ej., Abrisqueta-Gómez, Bueno, Oliveira y Bertolucci, 2002). Si bien en el trabajo de Huijbers et al. (2011) se contemplan las premisas sugeridas por Gordillo, Mestas, et al. (2011) para el registro de las diferencias en el procesamiento de la información emocional en los EA; es decir, la utilización de un método multinivel de inducción emocional, tareas de reconocimiento incidental y análisis basados en la teoría de la detección de señales; no se tuvieron en cuenta los niveles de arousal –constantes para las fotografías de contenido emocional negativo y positivo–, ni la gradación en la respuesta durante la fase de recuperación –se registraron con formato dicotómico (SI/NO)–, que hubiera permitido una mayor precisión en los resultados (p. ej., SÍ, estoy seguro; SÍ, estoy casi seguro; SÍ, pero tengo dudas; NO, estoy seguro; NO, estoy casi seguro; NO, pero tengo dudas), y posiblemente habría evidenciado diferencias significativas entre los grupos de comparación.
Hay que tomar en cuenta que el número de sujetos utilizado en este trabajo, 23 por grupo, resulta pequeño para comprobar otras posibilidades que se derivan de un análisis detallado de la literatura existente. Por ejemplo, dentro del deterioro normal que acontece durante la vejez cabe esperar una menor frecuencia de los sentimientos negativos frente a los positivos (Carstensen, Pasupathi, Mayr y Nesselroade, 2000) y en el mismo sentido un sesgo positivo que da lugar a un mejor recuerdo de la información positiva frente a la negativa (Carstensen y Mikels, 2005). Bajo esta perspectiva y teniendo en cuenta los resultados obtenidos por Huijbers et al. (2011), se puede interpretar que el procesamiento de la información negativa es más sensible al deterioro producido por la EA por su propia vulnerabilidad al paso del tiempo, quizá como un sistema de adaptación al cambio social que supone la vejez.
Podemos concluir diciendo que existe un deterioro en el procesamiento de la información negativa en los EA que podría ser registrado a través de una metodología que tenga en cuenta los niveles de valencia y arousal de la información emocional. Sería necesario incrementar la sensibilidad del método, con las sugerencias apuntadas anteriormente, y ampliar los grupos de comparación incluyendo pacientes con Deterioro Cognitivo Leve (DCL), como posible estadio previo a la manifestación de la EA (Donoso, Venegas, Villarroel y Vásquez, 2001), que nos permita comprobar la evolución del efecto de la etapa asintomática, y de manera progresiva, hasta la etapa sintomática de la enfermedad.
Referencias
Abrisqueta-Gómez, J., Bueno, O. F. A., Oliveira, M. G. M. y Bertolucci P. H. F. (2002) Recognition memory for emotional pictures in Alzheimer's patients. Acta Neurologica Scandinavica, 105, 51-54.
Atance, J. C, Yusta, A. y Grupeli, B. E. (2004). Estudio de costes en la enfermedad de Alzheimer. Revista Clínica Española, 204 (2),64-69.
Carstensen, L. L. y Mikels, J. A. (2005). At the intersection of emotion and cognition: Aging and the positivity effect. Current Directions in Psychological Sciece, 14, 117-121.
Carstensen, L.L., Pasupathi, M., Mayr, U. y Nesselroade, J. (2000). Emotional experience in everyday life across the adult life span. Journal of Personality and Social Psychology, 79, 644-655.
Donoso, A., Venegas, P., Villarroel, C. y Vásquez, C. (2001). Deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer inicia en adultos mayores. Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 39, 231-238.
Gordillo, F., Arana, J. M. y Mestas, L. (2011). La memoria emocional. Síntesis de una propuesta de estudio. Neurología. doi:10.1016/j.nrl.2011.09.004.
Gordillo, F., Mestas, L., Arana, J. M., Meilán, J. J. G. (2011). La influencia de la emoción en la memoria como índice para el diagnóstico temprano de Alzheimer. Alzheimer. Realidades e Investigación en Demencia, 48, 5-11.
Huijbers, M. J, Bergmann, H. C., Olde Rikkert M. G. M., Kessels R. P. C. (2011). Memory for emotional pictures in patients with Alzheimer’s dementia: Comparing picture-location binding and subsequent recognition. Joal of Aging Research. doi:10.4061/2011/409364.
Lang, P. J., Bradley, M. M., Cuthbert, B. N. (1995). International Affective Picture System (IAPS): Technical manual and affective ratings (Tech. Rep. No. A-4). Gainesville: University of Florida, Center for Research in Psychophysiology.
PARADIGMA CERO
Salvador Soriano Fernández
Investigador Independiente / México
Recibido: 21 de Noviembre de 2012
Salvador Soriano Fernández. Licenciatura de Médico Cirujano, Maestría en Educación, Especialista en Nutrición Clínica y Bariatría, Especialista en Recuperación Biológica y Especialista en Investigación en Ciencias de la Salud. Correo electrónico: salvadorysoriano@hotmail.com
Introducción
Convencido estoy, que es harto difícil dar a conocer un descubrimiento científico, especialmente cuando no tengo experiencia en esta labor. Pero lo es más, cuando se trata de nuevos paradigmas. Discurren estas líneas en primera persona, para adjudicar mi plena responsabilidad de lo que a continuación describiré, y que toma forma de un comunicado social.
Lo que necesito dar a conocer, pretendo explicitarlo de forma lo más clara, concreta y ligera (desafortunadamente habrá que incluir alguna terminología particular por necesidad), para que la población lo conozca de primera mano; independientemente que el conocimiento científico debe ser procesado, interpretado y validado por expertos, si éstos se resisten a “voltear la cara” para por lo menos, deben otorgarme el beneficio de la duda, a lo que en múltiples formatos e instancias he intentado dar a conocer, que ha dad por resultado, en una cuestión de respuestas irracionales, incluso, impertinentes, a los postulados que he presentado.
Este ensayo trata de un nuevo modelo científico, al que denomino, “Paradigma Cero”. Esta denominación concurre, dado que el nuevo asunto provoca que todo paradigma antiguo retorne a cero, cuando uno nuevo hace su aparición; de ahí parte la inclusión indiscutible, de una nueva manera de ver un fragmento del conocimiento de la naturaleza, que pionero hace partícipe.
Debo presentar a ustedes los lectores, los antecedentes conceptuales necesarios, que se convierten en indispensables, para que el desarrollo de este comunicado se juzgue adecuadamente, para los que se interesen en él, sea de forma prudente y madura; por tanto, estoy en la disposición formal, académica e inalienable de proporcionar la información que me soliciten, en la medida, situación y tiempo que correspondan.
La Psicología Contemporánea (se toca el tema porque los descubrimientos son del campo de ésta ciencia) se encuentra desfasada, primero, porque si la analizamos en forma interna e intensa, encontramos que si bien es una ciencia, está formulada a través de “fragmentos completos de ciencia”. En otras palabras, existen antes de 1990, muchas psicologías; múltiples formas de analizar la mente o sus productos. Esta aserción se establece porque varios formatos, nominaciones o corrientes, han sido establecidas dentro del compartimento original y epistemológico de la Psicología; en cuanto a su objeto de estudio, así tenemos: freudismo, conductismo, gestalismo, psicoanálisis, entre otros. Segundo, porque argumenta por adjudicación las cuestiones inherentes a las propiedades a la Mente y sus elementos, casi con exclusividad a la materia, cuando que en la realidad opera una verdad, ésta es virtual.
Los postulados que se aquí se presentan derivan de la Psicofisiología, Superespecialidad de la Psicología. El error sustantivo y operativo consiste en que la mayoría de los expertos en el tema, confieren los límites del proceso funcional de la conducta humana, únicamente al cerebro, y consecuentemente a las neuronas. Por supuesto que las neuronas constituyen parte del proceso fisiológico; no obstante, se excluye a la Mente de esta aseveración, al ser conocida exclusivamente como ente material, concepto equivocado, demostrado por Grinberg (en sus estudios, de 1974 a 1991), probando que ésta (la Mente) es Virtual, No Local, Ubicua, Atemporal, manifestada mediante pulsos analógicos (mapas de territorio del objeto percibido o el creado por el ente pensante), a diferencia del cerebro, cuyos productos son pulsos digitálicos, (impulsos electrobioquímicos, que no contienen al territorio o al objeto percibido o el creado por el ente pensante).
Los descubrimientos científicos radican en el campo de la Psicofisiología, y son dos Paradigmas y dos científicos los creadores.
Primer Paradigma
El primer Paradigma se denomina Teoría Sintérgica, y su creador-descubridor se llama Jacobo Grinberg-Zylberbaum, doctorado en Psicofisiología. Arriba se inscribe la propiedad de la Mente; una metáfora la explicita formidablemente, y es la siguiente: el cerebro es al CPU de una computadora y sus partes físicas (Hardware), lo que los Programas son a la Mente (Software).
Con base en la Teoría de Grinberg, se crea la Psicopedagogía Sintérgica (Soriano y Soriano, de 1991 a 2011). Este Modelo científico constituye el fundamento de dos Proyectos:
a) “Diseño de Códigos Mentales para que los invidentes obtengan percepción alterna”.
b) “Diseño de Códigos Mentales para que los alumnos mejoren su aprendizaje y su memoria”.
El trabajo dirigido a ciegos tuvo como producto, que los participantes pudieran percibir algunos colores y otros pocos de ellos pudieron percibir siluetas. Tuvieron mayor y mejor percepción los invidentes que no nacieron así; menores aciertos los invidentes que así nacieron y los débiles visuales.
El segundo proyecto dirigido a alumnos, consistió en enseñarles a crear archivos mentales singulares, para mejorar su aprendizaje escolar y consecuentemente su memoria. El producto se reveló en la elevación del aprovechamiento escolar y un mejoramiento de su conducta.
La incredulidad que provoca las aseveraciones postuladas por los proyectos no ha permitido que los hallazgos se difundan. Autoridades educativas Federales y Estatales han conocido de los proyectos, sin que haya habido respuesta favorable, por lo menos en una atención parcial.
Segundo Paradigma
El creador-descubridor se llama Rick Geerd Hamer, doctorado en medicina y en física, con seis especialidades médicas; además es inventor de instrumental médico.
Por haber mostrado su descubrimiento, perdió el empleo, le quitaron la licencia médica, fue enviado a un hospital psiquiátrico para ser evaluado, del que salió liberado; después fue encarcelado por un año por motivos creados exprofeso contra él. De ahí él se desterró en España posteriormente la Interpol de Francia lo sacó de ese país y lo encarceló en Francia, sin derecho a ser defendido.
Actualmente esta en España. Sus seguidores en algunos países han sido encarcelados o bien se han tenido que amparar para permanecer en libertad. Mi trabajo ha sido sólo difundir este descubrimiento; se ha solicitado apoyo institucional médico, sin respuesta favorable.
El Paradigma Psicofisiológico de Hamer es denominado “Nueva Medicina”; se ha sumado a lo descubierto por Grinberg en un proyecto denominado “Psicobiomedicina Sintérgica” (Soriano, 2000). El protocolo de Hamer está constituido por un sistema médico, conformado por una triada: Conflicto, Foco de Hamer, Patología.
Cuando una persona se enfrenta a un conflicto inesperado, dramático, vivido en silencio y sin solución, se formula en el cerebro un corto-circuito electrónico, que puede verse a través de una Tomografía Axial Computarizada, y dependiendo del área afectada, iniciará una patología funcional o anatómica. El proceso en la mayoría de las ocasiones es reversible.
El cáncer, la leucemia son las patologías mórbidas o mortales en las que resulta más interesante su estudio; sin embargo, todas las enfermedades tienen este formato. La sumatoria psicofisiológica de Grinberg, ha producido el mismo efecto, de no aceptación del nuevo paradigma.
Los Obstáculos
Varios son los pensadores (Kunt y otros) que aseguran que un nuevo modelo deja “ciegos” a los que lo ven por primera vez; y también se conoce que los pioneros en esa novedad, casi nunca lo ven consolidado. Todo paradigma pasa por 4 fases: 1) ceguedad o negación de su existencia; 2) resistencia a que se use o se aplique, porque no les conviene o porque su ignorancia no es súbita, menos única; 3) aproximación dudosa a su aplicación, y 4) compromiso pleno; Ya se discuten sus generalizaciones. Las dos últimas fases hacen su aparición cuando los abanderados del viejo paradigma han muerto, y en menor posibilidad, que ellos hayan sido convencidos por los pioneros.
El conocimiento se divide en vulgar, práctico, científico y filosófico. El vulgar es el que va de boca en boca, sin mediar si en verdad es cierto o no ese conocimiento. El práctico es aquél que se ha probado como cierto, para ciertas condiciones, sin haber sido dispuesto en experimentación formal. El científico es el que ha sido procesado a través de metodología científica, pero éste, sólo otorga conocimiento próximo, porque en el futuro puede ser desplazado por otro que se pruebe como verdadero; la mayoría de las personas, e incluso de los científicos creen firmemente que hasta ahí llega el conocimiento; de ahí que cuando alguien les refiere del filosófico, aparecen ellos como legos, la negación o la burla, de que el cuestionado, se refiere a una porción literaria y sólo eso. El conocimiento filosófico es el conocimiento absoluto, el que no tiene discusión. Su desconocimiento se debe a que desde Galileo, después por la creación el positivismo y el objetivismo; Modelo Aristotélico, <campo intelectual que es procesado preferentemente por el Hemisferio Cerebral Izquierdo>, permitió que se creyera, aplicara y fundamentara, exclusivamente en él, ignorando, rechazando todo aquello que derivara del pensamiento subjetivo: Modelo No Aristotélico, <campo intelectual que es procesado preferentemente por el Hemisferio Cerebral Derecho>. La existencia de los dos modelos es incuestionable en la actualidad; por ejemplo: los estudios en Física Cuántica revelan y se apoyan en los dos.
Desafortunadamente cuando aparecen nuevos descubrimientos, son analizados mediante viejas interpretaciones.
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